Tres

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Apenas abro mis ojos siento que todo da vueltas, mareada me levanto apoyando mi mano en el suelo, de inmediato sé que no estoy en mi habitación

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Apenas abro mis ojos siento que todo da vueltas, mareada me levanto apoyando mi mano en el suelo, de inmediato sé que no estoy en mi habitación.

Hay un espejo en el centro brillando tan intensamente que no puedo apartar los ojos de él, pero no importa, porque ya sé lo que me rodea, hay un reflejo en ese espejo en el que puedes observar con tanta claridad un mundo entero, unas nubes rosados que no trasmiten nada de tranquilidad se asoman en su cielo, tornando oscuro todo a su alrededor, tristeza se nota en cada semblante de los habitantes, no quiero entrar allí, aunque mis pies corrieran dando todo de si no podría moverme, cada vez es peor, cada vez las cosas son más oscuras...más siniestras, estoy aterrada.

De esa realidad, de mí.

Hay gente que dice que cuando te vas de este mundo sientes paz y tranquilidad pues yo voy a desmentir eso, el miedo recorre todo mi cuerpo, el olor metálico de la sangre se presenciaba en el aire, imagines de seres matándose entre sí sin piedad alguna, sin importar que fuera su propio amigo, su propio hermano, eran presenciadas por mis ojos, aun sin estar físicamente presente, suelen aparecer en mis sueños o más bien, pesadillas.

Cierro los ojos fuertemente cuando cruzo el portal ya conocido, es inevitable, soy atraída hacia allí, una sensación de incertidumbre acompaña ese paso.

Lo primero que visualizo es una amplia extensión de árboles frondosos color rosa oscuro. El prado se ve con grandes manchas color verde sobre la negrura de la tierra. Grandes colinas se apreciaban más allá, un cielo hermosamente morado se manifiesta sobre mi cabeza; solo por ese instante este lugar lo considero lo mejor que mis ojos han apreciado. Pero solo es otra ilusión ocultando lo que de verdad existe allí.

Camino o más bien corro, no es seguro estar en un lugar tan abierto, tan expuesto. Logro llegar a esa zona tan transitada sin ser aún vista por nadie.

Escucho el panorama completo, sí, escucho los gritos aterrorizados, las voces suplicando piedad, el semblante de esa niña que están separando de su madre, el sonido agonizante que salen de la boca de ese hombre a tan poca distancia de mí que me parece estar sintiendo el mismo sufrimiento que él. Un horrible nudo en mi garganta regresa, siento impotencia porque sé que no puedo hacer nada para ayudar. Si siquiera lo intento solo empeoraré las cosas.

Hay montones de hombres, mujeres y niños siendo amenazados mientras le enseñan una lección, una lección que es inculcada por personas que dicen buscar paz.

Hay casas al frente de este prado, una ciudad entera de hecho, todas tan coloridas tratando de ocultar la sombría vida que conocen, supongo.

¿Cuánto durare esta vez dentro de este mundo? Nunca lo sé con certeza, solo pienso que mi hermano debe de estar aterrado con mi cuerpo inmóvil, sin saber que hacer conmigo, pero al menos ya no es tan espeluznante para mí, que te recuerden que tu vida tiene un límite próximo aterra mas que soñar despierta.

Realidades Difusas [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora