Capitulo 9: Limite

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Gardienne corría en dirección al refugio y se encontró con Mery, que la vio y desde lejos la saludó sonriente. Ella se acercó y habló un poco con él, hasta que una mujer (la misma que siempre aparecía), lo llamó desde su casa. Nunca había conocido personalmente a la madre de Mery.

Caminó tranquil hasta llegar a la fuente y se sentó, su becola apareció por detrás de ella y se le lanzó por la espalda abrazándola.

-¡Oye, me asustaste!- le reprendió tiernamente, tomándolo entre sus brazos y haciéndole cosquillas en la pansa. El pequeño, pataleó un poco con una cara sonriente.- Uhmmm... ahora que recuerdo... creo que ya debería darte un baño... -le dijo a este, él solo la miró fijamente con su tierna carita y en un rápido movimiento salió corriendo de sus brazos. La chica de un solo salto se puso de pie para perseguirlo, era lo que siempre hacía antes de bañarlo, al parecer a él solo le gustaba jugar un poco antes.

Mientras corría detrás de su familiar, sentía nuevamente esa presencia que la observaba y repentinamente pensó en un chico de cabellos azules. Se paró en seco y miró en la dirección en que su intuición le dijo que se encontraba quien la veía, pero no vio nada. Incluso buscó con la mirada, esperando encontrar al elfo, tal vez solo era que le echaba de menos. De cualquier forma, Trion la saco de sus pensamientos palmeando las rodillas de la chica, la estaba mirando con curiosidad.

-No creas que me he olvidado de ti.- le dijo sonriendo. El becola echó a correr nuevamente, la chica lo persiguió pasando por el borde de la fuente, resbalando con el pasto húmedo y cayendo al agua, no era profundo, pero al caer de costado hizo que se mojara casi completamente. Seguido de eso, sin previo aviso, su pequeño familiar saltó al agua terminando de mojarle por completo el cabello.

-Valla, si querías bañarte me hubieras avisado.- escuchó una voz detrás de ella. Un tono muy reconocible.

-Nevra.- dijo ella poniéndose de pie y se giró para verlo.

-Me habría gustado hacerte compañía.- dijo guiñándole un ojo.

Dio gracias a dios a que su ropa a pesar de blanca era gruesa, por lo que su pantalón no se traslucía. Mientras tanto, Trion nadaba feliz en el agua.

-Eso no habría sido necesario.- le contestó tratando de ignorar su comentario. Tomó a su familiar y comenzó a limpiarlo. Ocultando su rostro por el sonrojo que tenía, ese vampiro podía ser tan coqueto que bordeaba en el acoso. Por suerte, luego de eso se marchó riendo, hasta le dio la impresión de que no había venido a molestarla a ella, ya que normalmente se quedaba más tiempo.

-Iré al mercado- le avisó a Trion que estaba por dormirse pansa arriba después de su baño- No te quedes mucho tiempo ahí o querrás meterte de nuevo en la fuente- bien lo conocía.

Se dio media vuelta y se dirigió al mercado, compró unas galletas. En el camino se topo con la persona a la que quería darle el paquete, era Mery. Pensó que no tenía otra manera de poder despedirse de él sin que llorara, era un niño muy sensible a veces. El pequeño felizmente le agradeció y le dio un repentino abrazo.

Gardienne volvió contenta al C.G. pero al cruzar esa gran puerta miró hacia el laboratorio de alquimia, sentía la necesidad de pasar a ver si encontraba al elfo. ¡Rayos! casi no se lo podía creer, lo estaba extrañando... su humor, sus comentarios, su tono burlón, la manera en que parecía corretear a Nevra cada vez que lo veía. Incluso extrañaba la manera en que se había portado cuando la vio triste, aunque se avergonzaba de reconocerlo.

Sus mejillas estaban ligeramente coloreadas, mirando a la nada con una expresión ida casi hipnótica. Sus labios se curvaron en una linda sonrisa mientras parecía mirar la puerta del laboratorio. Casi no se había dado cuenta, pero iba caminando en dirección a ese lugar que parecía casi de la propiedad de ese molesto elfo/duende.

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