Capitulo 12: Juegos

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Llegada la noche, después de cierto invidente. Gardienne se encontraba nuevamente en la cocina, ordenando un poco y limpiando. No le tomó más de unos minutos, y casi como si se tratara de una coincidencia. El protagonista de los acontecimientos de aquella tarde, apareció. Apenas se creía que estuviera en su mundo... y que su abuela los haya dejado quedarse en casa, realmente la edad le estaba afectada. Aunque... por lo que dijo Valk ella podía ver a Ezarel. Según lo que le dijo su amigo los humanos no pueden ver a los elfos en su mundo.

"Qué serio..." pensó la chica al verlo entrar. Y es que... no se podía decir que estuviera molesto por algo, ni nada parecido. Parecía más bien ensimismado, como si estuviera decidido a ejecutar algo.

-¿Aun sigues aquí? –le pregunto el elfo parándose frente a ella. –Debes dormir.

¿Se estaba preocupando por ella? Casi le pareció tener en frente al chico que la consoló en sus brazos cuando tuvo una pesadilla. Pero no... no, esperen... sí es el mismo. Era imposible que no lo fuera. Pero que confuso era para la chica que él no se decidiera a mostrarle una faceta del mismo. Sin embargo, a pesar de lo confuso, ahora parecía que estaba viendo todo mesclado, escuchaba preocupación en su voz, sus palabras eran una sugerencia y su rostro mostraba algo de tención, qué serio se veía. Aunque no la intimidaba.

-Si no duermes, no podrás levantarte temprano y hacerme el desayuno.-dijo burlón.

Qué inocente, casi cree que se preocupaba de verdad.

-Cierto... olvidé que era tu esclava.- dijo sarcástica dándole la espalda fingiendo que aún estaba ocupada.

Después de eso... silencio. Ezarel comenzó a recordar el motivo de su presencia en la cocina. Ya había hablado del tema con Valkyon, no podía estropearlo esta vez. Pero un recuerdo se vino a su mente, tenía que ver con ese tal "Astin, Justin..." o como se llamara.

//FLASH BACK//

Ya eran las 15:30 aproximadamente, del segundo día que llevaban el elfo y su amigo en la casa de la chica. El peliazul aún no se había dignado a hablar directamente con ella, de hecho, ni si quiera se puede decir que se saludaron por "el reencuentro", más bien era como si no fueran capaces de hablarse mutuamente.

Pero esa tarde tuvo que cambiar, ya sea por el destino, obligación o porque a cierta persona no le agradó al elfo gruñón.

Alguien llamó a la puerta aquella tarde, un chico. Gardienne fue hasta el recibidor para atenderlo.

-¡Ah! Hola Austin.- le sonrió, era un chico bastante apuesto, con mirada intensa y cabello negro.

El elfo los espiaba tras la pared para escuchar lo que decían, no era que la estuviera siguiendo, él no lo reconocería jamás... "Solo pasaba por aquí" se recordaba en caso de que alguien lo sorprendiera. Vio que el chico entraba a la cocina siguiendo a Gardienne. El elfo se asomó por la puerta de la cocina para saber qué hacia él ahí.

-¿Cómo está tu familia?- le pregunto la chica, ella estaba juntando unos frascos con distintas especias, rellenando un pequeño saco.

Todo parecía normal.

-Estamos bien, ¿Tu cómo te encuentras?- el chico se acercó peligrosamente a ella, como si fuera a tomar su mano. Eso según los ojos que los miraban.

Sin más y sin pensarlo, Ezarel entró empujando la puerta con fuerza. Los dos jóvenes que estaban dentro se giraron para ver, pero solo uno de ellos podía saber la razón por la que la puerta se abrió tan de repente.

-¿Qué fue eso?- le preguntó Austin a Gardienne.

-Debio ser el viento...-dijo sin preocuparse y dirigiéndose con enojo hasta la puerta para cerrarla.- ¿Qué haces? No molestes elfo- susurró recriminándolo para que el joven humano ahí presente no la viera extraño.

Ezarel sonrió con malicia, tenía algo con que divertirse. Dejo que ella se alejara sin decir nada más pero...

-¡Ay! –se quejó Austin, recibió un golpe en la cabeza. El elfo le arrojó un mondadientes. La chica lo miró con odio, él solo se limitaba a reír.

Ella lo recogió rápidamente para que su acompañante no lo viera y continuo con su trabajo tratando de no ponerle atencion. Mientras tanto el joven le hablaba del caballo que tenía cuando era niño.

-Oye, Justin, deberías irte pronto... esta mujer es una bruja horrible.-decia el elfo parado justo detrás de él.

-¿Qué dijiste?- lo miro molesta.

-Eh... d-dije que mi abuelo me enseñó a cepillarlo.- le repitió algo asustado, ella tenía una cara que hasta le hizo pensar que le sacaría los ojos en cualquier momento.

-¿Lo ves Astin? –la chica se mordió la lengua y dirigió la mirada hacia el joven que la veía extrañado.

-Espérame aquí un segundo, me falta un ingrediente.- le dijo ella poniendo su mano en su hombro. Él solo asintió.

Rápidamente la chica tomo al elfo de una oreja y lo llevo a regañadientes fuera de la cocina, mientras él gritaba.

-Huye de aquí... ¡Tú eres el siguiente!

-¿Qué diablos te pasa?- lo interrogó soltándolo en el pasillo.

-Solo me divierto un poco es todo.- contesto sobando su oreja.

-Pues hazlo en otro lado, ¿no vez que espantas nuestros clientes?- dijo molesta, picándole el pecho con su dedo.- No vuelvas a molestar, duende azul.

Se dio media vuelta para entrar nuevamente en la cocina. El elfo la siguió de cerca sin hacer ruido y entró nuevamente de todas formas. La chica continúo con su trabajo.

Mientras tanto... Ezarel comenzó a abrir todas las puertas de los muebles.

Corría de un lado a otro, abriendo y cerrando puertas. El joven que se encontraba ahí miro el lugar espantado.

-Gardienne, tu amigo se ve pálido.- dijo Ezarel al tiempo que habría las llaves del lavaplatos.

Ella se mordía la lengua indignada, sus mejillas enrojecieron y sus manos se hicieron puños. El elfo corría de un lado a otro provocando desastres, para el chico que los acompañaba parecía que la casa estaba poseída. Pero la chica sabía cuál era la razón, y ya no lo aguantaba más.

-¡Ya basta! –grito Gardienne en voz alta. Todo se detuvo. Hasta la llave del agua. Ezarel se quedó quieto al fin, con una sonrisa victoriosa aguantando la risa.

Austin estaba temblando al ver todo lo que pasó. Solo atinó a irse corriendo.

-Volveré otro día... -lo escucharon decir antes de salir de la cocina.

Todo quedo en silencio unos segundos, hasta que se escuchó una carcajada.

-¿Viste su cara?- el elfo se estaba partiendo de risa- Ahora debe pensar que de verdad eres una bruja.

En eso entra Valkyon, siempre perdiéndose del espectáculo que ellos montaban.

Gardienne le arroja un vaso con agua en la cara al elfo que no paraba de reír.

-¡¡¿Por qué siempre lo arruinas todo?!!- le grito antes de salir.

//FIN DE FLASH BACK//

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Hola otra vez OuO

les actualizo ahora que me inspiré y tengo tiempo... debo aprovechar antes de desaparecer por tiempo indefinido n.nU 

espero que este capitulo las haga felices y que lo disfruten mucho >u< porque me la paso muy bien escribiendo. me da pena pensar que ya queda poco para el final T-T no quiero dejar de escribir!!! D: 

bueno gente, no les pido nada más que amor y su opinión sobre esta historia, dejen sus comentarios si gustan o pasen desapercibidas como yo cuando hago una lectura ninja ;)

que tengan un buen día/tarde/noche donde quiera que estén OuO <3

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