Volver al Mundo Real

Capitulo 6: Reconfortante

Cuando volvieron al C.G. fueron directamente a avisar a Miiko y le informaron a cerca de lo que Valkyon y Nevra encontraron en el bosque, los talismanes eran poderosos y estaban bien ocultos, las vallas que encontraron casi parecían una trampa puesta por aquellas rocas para hacer que los incautos se perdieran. Luego de eso, se les permitió ir a descansar, Gardienne estaba muy interesada en el poder de los talismanes, deseaba saber si realmente podían llevarla con su familia. Fue a su habitación, su familiar no estaba, lo cual no era extraño a juzgar por la hora. Se recostó en el mullido colchón y se durmió rápidamente...

"Se encontraba leyendo un libro de Historia del Arte, estaba de viaje en un barco, era el yate de su familia y estaban a mar abierto. Su padre, un hombre particularmente elegante conducía la nave en el momento en que la tormenta comenzó. Fue devastador, por más que hicieran intentos por alejarse de la tormenta las olas no los dejaban avanzar, haciéndolos retroceder con fuerza, hasta que llegado el momento los motores se apagaron, seguro algo se rompió. Gardienne estaba resguardada junto a su madre en la habitación principal de la nave. Al sentir que los motores no funcionaban, la chica corrió directo a las escaleras para buscar a su padre, este estaba bajo la lluvia tratando de buscar algo cerca de los bordes del barco, cuando una inmensa ola los impactó provocando que este callera al mar, la chica al verlo corrió aun más angustiada sintiendo como se hubiera destruido algo inmenso. Se sujetó de la barandilla para mirar hacia el manto espeso que se convirtió en el verdugo de su familia. Después de eso todo fue muy rápido y confuso, una bestia acuática destruyó el barco con sus tentáculos, y la dejó caer al mar, vio una luz inmensa de unas piedras en el fondo del mar antes de quedar inconsciente..."

Gardienne abrió los ojos de repente, había sido una pesadilla, sabía que era real pues tenía conocimiento de que había tenido un accidente antes de llegar a Eldarya, pero no recordaba cómo fueron las cosas al menos hasta haber visto la luz del las piedras. Había tenido sueños al respecto pero nunca tan detallado como este. Por otro lado, aun tenía recuerdos de su mundo, pero aun así a pesar de poder recordar mientras duerme, tenía la noción de que ciertos recuerdos estaban incompletos.

Se sentó en la cama y puso su mano en su rostro, sintió su mejilla húmeda no se dio cuenta de que estuvo llorando mientras dormía, decidió levantarse, estaba algo mareada y le dolía la cabeza, así que salió lentamente de su cuarto en busca del elfo que seguro se burlaría de ella antes de ayudarla. En el camino se encontró con Ykhar, quien estaba muy sonriente.

-Hola, Gardienne. ¿Estás bien?- pregunto preocupada al ver sus ojeras.

-Estoy algo cansada, no es nada.- le sonrió- Dime, ¿has visteo a Ezarel?

-Ezarel...- pensó- ¡Sí! Lo he visto entrar a la biblioteca hace un rato. Tengo que irme, debo hacer algunas entregas.- dijo todo muy rápido como siempre y se fue corriendo.

La castaña tomo rumbo a la biblioteca, dando pasos lentos pero seguros. Abrió la puerta sin hacer ruido y asomó la cabeza buscando al peliazul.

-Ezarel... -lo llamó al verlo sentado con un libro en las manos.

-¿Vienes a darme mis galletas?- le respondió sin quitar la vista del texto. Ella no respondió y escucho sus pasos acercarse a él, entonces levantó la mirada. La verla se quedó sorprendido, el rostro de la chica denotaba la tristeza por todas partes. El elfo se puso de pie y dio rápidamente unos cuantos pasos hacia ella.- ¿Ocurre algo?

Ella no le respondió, si se cruzo de brazos tímidamente para luego bajar un poco la vista y encogerse de hombros. Él se acercó todavía más a ella para poder ver cada uno de sus gestos con intriga.

-Yo...- se digno a responder la chica en un susurro.- Quería saber si tienes una poción para el dolor...

-¿Qué? ¿Te duele algo?- puso sus manos sobre los hombros de la chica gentilmente. Ella se limitó a mirarlo mientras se mordía el labio tratando de evitar recordar el sueño que tubo. El elfo no preguntó nada más y le tendió una poción que guardaba con él en ese momento. –Tómala... -ella la recibió, con los ojos llorosos. Él la tomó suavemente del mentón para que lo mirara- Oye... recuerdas el lugar que te enseñé la otra noche ¿no?- ella asintió- Espérame ahí... te alcanzaré pronto. Mientras tanto bebe la poción, ¿Está bien?- deslizo sus dedos desde el mentón hasta la mejilla de la joven, alegrándola al menos un poco.