N°8 LA LLORONA 1 DÍA ANTES DEL TERREMOTO DE MÉXICO 1985

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Un día antes, el 18 de septiembre de 1985 para ser exactos, cayó una lluvia espantosa por la tarde.Yo me encontraba escribiendo en una vieja máquina de escribir olivetti, haciendo mis tareas de secundaria. Ese día había ido a visitarnos una tía, hermana de mi mamá. Recuerdo que me quedé sólo, pues mi familia la acompañó a la parada del bus, y poco después que salieron empezó a llover torrencialmente. Vivíamos en una privada con tres edificios construídos recientemente. Exactamente en lo que hoy se conoce como eje 6 sur esquina con Playa Mirador, en la colonia San Andrés en la ciudad de México. Tenía prendido el aparato de televisón con el volumén elevado, pero yo seguía realizando mis tareas escolares sin prestarle mucha atención.La lluvia pegaba violentamente en los ventanales del departamento, a pesar de que vivíamos en el primer piso del edificio de enmedio y estabamos flanqueados por el primero. De repente se fué la luz pero enseguida regreso, sólo que con menor intensidad. En ese momento escuché que alguien me llamaba por ni nombre. La voz se oía como la de una mujer pero en una especie de grito desconsolador y lastimero terrible-"Raaaymunnndooo....Raaaymuuunnndooo". Alcencé a responder:- "Mande" -distraídamente, pero al mirar hacia donde estaba el pequeño pasillo que conducía al baño y las 3 recámaras, ví flotando, como a un metro del suelo, a una mujer con un vestido largo color blanco, en una posición como echada para adelante y con las manos con unas uñas muy largas y extendidas hacia mí. Su cara se veía de un blanco sepulcral pero descarnada y con unos ojos completamente negros y como escurriendo sangre. Grité y me paré cual resorte echándome a correr fuera del departamento como un loco. Por ese entonces habían puesto una reja de fierro a la entrada del edificio, para protegernos de los robos, así que al llegar ahí no me pude salir pues obviamente estaba cerrada con candado, por lo que tuve que regresar a mi casa pues recordé que las llaves estaban puestas por dentro en el cerrojo...con mucho miedo, sudando, temblando y casi llorando me dí valor y traté de estirar la mano por fuera para alcanzarlas, pero cual sería mi sorpresa que la puerta se empezó a azotar solita. Primero lentamente y después violentamente. Cuando eso suceió puse pies en polvorosa de nuevo y corrí hacia los pisos de arriba, para pedirle a algún vecino las llaves de la entrada. Para ser exacto subí al tercer piso, toqué y salió una vecina...sin pedirme muchas explicaciones me dió las llaves y volví a bajar con un miedo tremendo hacia la puerta de entrada. Al pasar por mi puerta ví que automáticamente ésta se empezó a azotar de nuevo y con violencia. Como pude metí las llaves y abrí la reja. Corrí como desaforado hacia el edificio principal, al primer piso también, donde vivía un amigo un poco más grande que yo, de nombre Elí, a quien le conté lo sucedido. Fuímos y bajamos el switch de mi casa para evitar que se siguiera gastando la energía eléctrica, pues todo se había quedado encendido y después me acompaño a mi departamente. Metió sus manos, saco las llaves y cerramos la puerta. Nos fuímos a su casa y como una hora más tarde llegó mi mamá con mi hermano menor. Le platiqué lo sucedido pero no le dió mucha importancia. Ese día no pude dormir absolutamente nada del miedo y la impresión que tenía. Al otro día me levanté a las 6 de la mañana, me bañe y me fuí a la secundaria de gobierno en la que estudiaba en ese entonces (la diurna No. 71 que está en las calles de Playa revolcadero y uno de los andadores de la colonia militar marte y que todavía existe). Antes pasé por mi amigo Elí, quien también estudiaba ahí sólo que en un grado más alto. Ibamos caminando, hasta eso recuerdo que riéndonos de nuestra reciente aventura, y cuando pasábamos cerca de una papelería que aún existe en la calle de Playa encantada (Papelería del Sur se llama) de repente me caí al suelo con todo y portafolios y el se empezó a reir a carcajadas. Sólo que al momento el también se cayó, y se empezaron a escuchar tronidos y un ruído muy agudo que retumbaba en los oídos. De repente ví que los vidrios de una panadería cercana estallaron hacia afuera en mil pedazos de una manera impresionante. Eran como las siete y 20 de la mañana y ya había suficiente luz, pero al ocurrir todo ésto el día se oscureció de repente. Veíamos pasar perros aullando y corriendo, y no comprendíamos lo que estaba sucendiendo. Hasta que mi amigo gritó: "Está temblando, vamos a cubrirnos..." y empezó a rezar el Padre Nuestro. Nos guarecimos debajo de la cornisa de una paletería cercana, que recuerdo estaba pintada de verde y aún existe, y vimos como se empezó a abrir el pavimento hacia arriba como si fueran unas bocas gigantescas que escupían tierra y concreto hacia el exterior. Estábamos pálidos, muertos de miedo y sudando frio. El tiempo detuvo su marcha y nos pareció eterno. Sentíamos que nunca terminaría. Todo lo que ya relaté seguía sucediéndose inexorablemente. Veíamos gente saliendo a la calle, llorando y gritando. Se escuchaba un extraño murmullo de miedo, desolación y terror. Pero finalmente terminó. Todavía no estabamos seguros de que hubiera acabado, y para no dar pasos en falso nos quedamos unos minutos todavía rezando, hasta que estuvimos seguros que todo había terminado. Decidimos regresar a nuestro hogar; sólo habíamos recorrido unas cuantas cuadras, pero al regresar nos asustamos de la cantidad de gente que había en las calles; vimos algunas bardas derrumbadas, vidrios rotos por todos lados, y mucho desconcierto y desconsuelo. Cuando llegamos al eje 6 sur vimos que exactamente enfrente de nuestra unidad habitacional el pavimento se había roto impresionantemente. Se hizo un agujero enorme, que cubría la avenida (tiene como 5 carriles) completamente a lo ancho y como en 10 ó 15 metros a lo largo. Afuera de nuestro hogar había una cantidad enorme de gente. Ví a lo lejos a mi madre, a mis hermanos y a la familia de mi amigo. Nunca se me olvidara que la mamá de mi amigo Eli, una mujer muy supersticiosa y un poco chiflada, cargaba en sus manos un gran cuadro del sagrado corazón de Jesús. Todo mundo lloraba, comentaba con angustia y se notaba mucha trizteza y pesadez en el ambiente. Para no hacerles el relato más largo les diré que se cayó el edificio de hasta atrás de la unidad donde yo vivía. No se murió nadie de milagro, pero exactamente en el mismo departamento en el cual yo vivía (pero del edificio que se cayó) se quedó atrapada la familia que vivía ahí, compuesta por un matrimonio jovén y un bebé hermoso de un año. El edificio prácticamente se les vino encima, pues todo el primer y segundo piso se vino abajo. La mamá y el bebé salvaron la vida porque se metieron debajo de la mesa del comedor, y aunque les parezca increíble, soporto lo que se vino encima de piedra y casacajo. El padre quedo tumbado en el piso de lo que era el estacionamiento de abajo pero con el edificio arriba, aunque sin sufrir daños de consideración...sólo su pie se quedo atorado entre cascajo, y tuvieron que amputarle un solo dedo para liberarlo. Afortunadamente ahí nadie murió, pero la ciudad de México, sobretodo en su zona centro, quedó destrozada. Dirán ustedes que que tiene que ver el relato de terror con el que inicié con lo que pasó ese día...pues no tengo una explicación certera. Podría aventurar una pequeña explicación: la descripción de lo que yo ví ese día coincide con los relatos que ya existen acerca de La Llorona. Se dice que "Es una mujer con un vestido largo de color blanco, con la cara descarnada, los ojos como cuencas y llorando sangre, y lo más característico es que sus manos tienen unas uñas muy largas y las tiene estiradas como si buscara arañar. Siempre está flotando con el cuerpo hacia adelante y más o menos a uno o un metro y medio del suelo...y sus quejidos son muy lastimeros". Días antes del terremoto en México, se escucho llorar a La Llorona en varias partes de la ciudad. Su presencia siempre precede a grandes catástrofes y se aparece sobretodo cuando llueve muy fuerte (por aquello de que ahogó a sus hijos en un río). La Llorona se aparece en México desde antes de la llegada de los españoles y en el libro sagrado del "Popol Vuh" existe una descripción de la misma, y por cierto, ella misma vaticina la conquista española y lo mucho que sufrirían los habitantes del México antigüo.Relatos un poco más recientes datan de la época de la Colonia, en la ciudad de Guanajuato, donde se dice que una madre acuchilló en una tina con agua a sus tres pequeños hijos, víctima del abandono de su esposo. Personalmente creo que en todas las épocas La Llorona se posesiona de alguna mujer con problemas maritales y termina ocurriendo siempre una tragedia. Para muestra un botón: la historia de la familia Mijangos de Querétaro, donde el 24 de abril de 1989 ocurre el asesinato de 3 pequeños niños realizado por madre de esa familia, quienes vivían en la colonia Jardines de la Hacienda en Querétaro. Pueden consultar el periódico de esa época en www.uaq.mx/fcps/tribuna/320/soc06.htm y allí podrán leer los hechos sangrientos tal como ocurrieron. Por cierto, la Señora Mijangos aún vive; algunos dicen que salió ya del manicomio y que actualmente vive en la ciudad de Guanajuato (que coincidencia, no?). Espero sigan votando mi relato. 

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