¿Es el final?

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Mariana llegó a su casa confundida, no sabía qué había pasado.
El timbre de su casa sonó, se levantó a abrir la puerta y era su novio con un ramo de rosas rojas, diciéndole, "Te amo mi vida eres todo para mí, no quiero perderte, quiero que tu felicidad sea a mi lado".

Mariana pasmada no supo qué hacer, una lágrima rodó por su mejilla, bajó la mirada, la culpa no la dejó mirarlo a los ojos. Tomó aire y suspiró.

—Perdóname no sabes lo que hice.

—¿Qué pasó? —le preguntó preocupado.

—Lo besé...

Damían bajó lentamente las flores y se volvió hacia ella, tratando de hablar sin que su voz se cortara.

—¿Al tipo que conociste? Creí que no podrías enamorarte de alguien como él. ¿Qué fue lo que cambió?

—Es que, lo conocí más, creo que me enamoré, yo lo quise evitar, pero no pude. Te prometo que quise evitarlo.

Damían con la mirada baja, aguantó las lágrimas, y le preguntó: —¿Lo amas?

Mariana se quedó callada pensado en su respuesta, se dio cuenta que ella no sabía lo que sentía, no sabía si lo amaba, pero sabía que ella sentía algo por él, ¿Pero amor? No lo creía.

—No, no lo amo, pero tengo curiosidad, me gustaría conocerlo más e intentarlo, pero corro muchos riesgos, pues si no funciona, terminaría perdiéndote, por eso tengo miedo, no quiero perderte tampoco.

—Eso suena un poco egoísta ¿no crees? No puedes tenernos a los dos. Debes elegir, aunque eso sería faltarme al respeto, si no te quisiera como lo hago, ya no estaría aquí tratando de arreglar las cosas.

—Perdón pero no quiero hacerte esperar por una respuesta que tal vez no te haga feliz, no soy tan egoísta como piensas, prefiero terminar con esto, no quiero seguirte lastimando.

—No puedes lastimarme más de lo que ya lo has hecho, ya me has roto el corazón, yo confiaba en ti, pero aún te amo y quiero estar contigo.

—No hagas esto más difícil por favor, yo te quiero, créeme pero, prefiero arrepentirme de lo que hice, y no de lo que no me atreví a hacer. Si no funciona aceptaré las consecuencias, o sea haberte perdido, pero no quiero vivir con esta duda. Ni estar pensando en qué hubiera pasado, o estar pensando en él estando contigo. De verdad lo lamento.

—Voy a dejar que lo intentes. Si no funciona yo estaré aquí para ti, espero...

—No quiero lastimarte más, pero sabes que te quiero.

—Pero a él lo quieres más por lo que veo.

—No sé lo que siento, pero si sigo contigo no podré averiguarlo ¿Me entiendes?

—Sí, te entiendo, te amo mi vida, yo voy a estar aquí. Solo espero que cuando te des cuenta que él no es para ti, y que el "amor" que sientes no es suficiente, no sea demasiado tarde, de verdad no deseo que te vaya mal, pero viendo las cosas fríamente, no sé si él te ame tanto como yo.

—Tal vez... Pero, no lo sabré hasta intentarlo.

—Pues te deseo suerte, espero que en este tiempo que nos estamos dando puedas aclarar tus sentimientos, y te quedes conmigo. Porque yo si te amo.

—Gracias y perdóname de verdad no quería engañarte.

—Lo sé, gracias por decirme la verdad. Me alegra haberme enterado por ti, y no por él.

—Sí. Por eso te lo dije.

—Pues suerte mi vida te amo.

Damián la abrazó, le dio un fuerte beso en la frente susurrando un te amo, que se desvaneció tras él cuando se fue de su casa.
Mariana se quedó parada en la puerta, se sentía triste, con un enorme vacío en el pecho. Solo lo miró alejándose y solo pudo suspirar un débil "adiós".

HASTA QUE TE CONOCÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora