HASTA QUE TE CONOCÍ

124 12 0
                                    

Mariana llegó a sentarse a su lado y comenzó a llorar mientras buscaba el rostro de León, lo miró, jamás creyó verlo de esa manera, tan frágil, con todo ese dolor en su mirada.

—Debiste haberme dicho la verdad. Hubiera preferido escucharlo de ti y no de ese imbécil que me humilló como quiso, aunque ahora creo que me lo merecía, por lo que le hice.

—No digas eso, nadie se merece ser lastimado por nadie.

—Pero tú me has lastimado mi amor, lo escogiste a él, lo amas a él, y yo, sólo soy el que sale sobrando en tu vida, yo tengo la culpa por haberme entrometido entre ustedes dos que eran felices.

—No importa que hayas puesto mi mundo de cabeza, pues HASTA QUE TE CONOCÍ mi vida era bastante aburrida, aprendí a conocerme a mí misma, a ser feliz aunque te equivoques en la vida.

—¿De verdad? —le preguntó León mientras ella asentía con la cabeza—. Pero que te haya enseñado como vivir y a arriesgarte por lo que quieres, no quiere decir que me ames. Yo no era feliz, ni me sentía con vida hasta que te vi aquella vez en el transporte, tu mirada hizo que cantara como nunca antes lo había hecho. Tú me inspiraste, y te busqué.

—¿De qué hablas?

—Te seguí para ver donde vivías y al día siguiente te vi ir a tu colegio, por eso quise seguir estudiando. Por tí.

—¿Qué dices? Cómo es posible... Eras tú el que me seguía en las noches ¿Cierto?

—Te cuidaba para que nada malo te pasara. Sé que suena que estoy loco, pero gracias a ti quise ser mejor, estar a tu nivel por así decirlo. Así que me inscribí en la misma preparatoria, para estar más cerca de ti y que me conocieras.

—No puedo creerlo —susurró sin poder creer lo que escuchaba.

Mariana lo abrazó fuertemente, hundiendo su cabeza en su cuello.

—Eras tú, siempre has sido tú.

Murmuró Mariana sonriéndole, entonces enterró una de sus manos en su cabello y lo besó, un beso con una entrega total que hizo que León la abrazara con todas fuerzas.

—Te amo Mariana. Siempre te he amado, por eso te hablé, ya no podía vivir sin ti, no podía verte todos los días sin poder besarte, quería que fueras mía.

—Soy tuya mi amor, yo también te amo.

Se levantaron de la arena y León la cargó, le dio vueltas, por fin eran felices, por fin estaban juntos, a veces el amor esta justo en frente de tus ojos, pero te niegas a verlo por seguir la rutina de tu vida, Mariana vivía atrapada en su mundo hasta que León la rescató, ella se dio cuenta, que desde que vio a León por primera vez, lo que sintió no fue solo intriga, miedo ni curiosidad, fue una conexión, solo que ella se negaba a ver el amor que sentía ya que tenía miedo a lo desconocido. Pero conocer a León hizo que se entregara a él y que se olvidara todo, incluso de lo que sentía por Damían, y por él. Sólo sentía cariño junto con un tremendo agradecimiento por haberla cuidado y amado incondicionalmente, pero ellos no estaban hechos para estar juntos, su destino estaba con León, siempre había sido él. León y Mariana caminaron por la orilla de la playa tomados de las manos.

—No puedo creer que estés aquí conmigo... —le dijo a Mariana tomándola de las manos besándolas —. Tú eres mi verdadero amor, quiero estar contigo hermosa.

—Ahora sé que te amo y que es contigo con quien quiero estar. Ya no me voy a arriesgar a perderte, tú que me has cuidado hace tanto... Me sentía sola, perdida y a pesar de todo, quiero pedirte perdón por haberte lastimado.

—Eso ya quedó atrás, ahora estamos juntos, ahora nada ni nadie nos va a separar, te lo prometo.

—Te amo León, siempre fuiste tú.

—Y para mí. Tú siempre has sido la única, te amo.

Mariana y León por fin estaban juntos.

Pero ella todavía tenía un asunto pendiente, un ciclo que debía cerrar, tenía que despedirse de Damían. Y tenía miedo. Pero debía hacerlo para poder ser completamente feliz.
Así que fue a buscarlo, tocó la puerta de su casa y ésta se abrió.

 Era él...

HASTA QUE TE CONOCÍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora