Pastel de banana y nueces

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Con la mirada clavada en el suelo, andaba a paso pesado a la salida del salón de clases.

No estaba seguro de porque tan triste, tal vez por el hecho de que Marshall lee lo ignorará toda la clase, o bueno él lo veía de esa manera, aunque también lo evitó a toda costa. Si lo llegase a ver a la cara no sabría como reaccionar, decir o pensar, la incomodidad sería demasiada.

Un largó suspiro salió de su boca, miraba el andar de sus pies mientras escuchaba el suave rechinido de sus zapatos. Pero por mirar al suelo, término chocando contra un alguien y haciendo que tirará su mochila juntos con la opuesta.

— ¡Fijate por donde andas joto! — lamentó su suerte al reconocer esa voz. El mariscal de campo, tuvo que tirarle la mochila al mariscal de campo. Un tipo grande y bastante corpulento, poseía dos metros de altura y una poderosa anatomía, con unos enormes puños los cuales estremecía a Gumball ¿Como no? Si aquellos puños lo mandaron a enfermería en más de una ocasión.

— Per-perdon — tomo su mochila y la del mariscal para ofrecérsela, el tipo se la arrebató para empujarlo volviéndolo a tirar al suelo, con su enorme pie le piso el pecho a Gumball

— Al contrario rosita, llegas a tiempo a tu paliza diaria — tronó sus nudillos mirando con burla al pobre Gumball, el cual forcejeaba por escapar, pero era imposible el pesó del contrario era el triple de lo que su cuerpo pudiera soportar

— No-o qui-quiero problemas —

— Que lamentable, porque ya los tienes —

Levanta su pie muy en alto para darle una fuerte patada en el vientre, aunque no pudo ni siquiera rozarle cuando un grueso libro de cálculo choca contra su cabeza. Se giró soltando una exclamación en busca del responsable pero término congelándose al ver que Marshall fue el responsable

— Apártate poste de luz, o te dejo como tortilla — el tono tosco fue el cual Marshall usa trajo pavor al mariscal el cual salió huyendo despavorido, Gumball soltó una carcajada mientras se levantaba, era irónico que el mariscal fuese un tipo rudo y malo con todos pero al ver a Marshall salía despavorido de miedo tomando en cuenta que Marshall media un metro ochenta

Al estar de pie miró a Marshall fijamente, abriendo su boca en busca de agradecerle, aunque todos sus intentos de habla se murieron al momento que Marshall se le acerca chocando sus frentes.

— Rosado, nadie más que yo debería sobrepasarse contigo o darte motes gays. ¿Comprendes? —

En cualquier otra situación, Gumball hubiese soltado un comentario sarcástico o rodado los ojos con fastidió. Aunque término soltando tartamudeos e incoherencias. Marshall se alejo con una sonrisa zorruna mientras metía sus manos en los bolsillos se su chaqueta con clara satisfacción. Gumball parpadeo, sacudió su cabeza y sacó valor en un suspiro para mirar la nuca de Marshall

— Marshall Lee — el azabache detuvo sus pasos, no de giro a mirar a Gumball, podía sentir la mirada azúl clavarse en su nuca — Yo... Te invitó un café... —

Terminaron por ir a un café en el centro de la ciudad, mientras Marshall bebía su café Gumball comía una porción de pastel de banana y nuez con mucha calma, no comentaban nada solo se acompañaban físicamente ya que estaban metidos en sus pensamientos, ignorando la presencia del otro.

Aunque se alegraban de estar juntos.

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Odió las nueces

Bye.

Cake - [Marshall Lee × Gumball Week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora