Narrador OmniscienteLa familia Cabello estaba rota.
Alejandro Cabello y Sinuhe Estrabao eran un matrimonio complicado.
Hace más de veinte años, se habían conocido en la escuela de leyes.
Alejandro era hijo del dueño de un exitoso bufete de abogados y pretendía seguir los pasos de su padre, razón por la cual el hombre estaba muy orgulloso al igual que su esposa. Sinuhe por otro lado era hija de una adinerada familia que había heredado su fortuna de generación en generación.
Cuando los padres de ambos jóvenes coincidieron en algún evento de sociedad, ambas familias coincidieron en lo conveniente que sería la unión de sus hijos al término de sus estudios y como Alejandro y Sinuhe vivían para complacer a su linaje, aceptaron.
Se casaron un año después de la graduación de ambos y la familia Estrabao inyectó una gran cantidad de capital en el bufete para así hacerlo más reconocido. Con los años se transformó en un imperio manejado por Alejandro que con mucho esfuerzo personal había logrado conseguir triplicar su fortuna inicial.
Alejandro y Sinuhe no estaban enamorados cuando se casaron. Pero habiendo estado de acuerdo en que debían unir sus vidas por el bien financiero de sus familias decidieron intentar el tener una relación lo suficientemente cercana para mantener las apariencias y, quizás, con el tiempo desarrollar sentimientos el uno por el otro.
Tres años después de haberse casado finalmente lo consiguieron. Se querían, se cuidaban el uno al otro, quizás no como la pareja más enamorada del mundo pero a fin de cuentas sabían que se tenían el uno al otro y habiendo llegado a ese punto decidieron finalmente cumplir al último capricho de sus padres. Tener un hijo.
Sinuhe estaba embarazada y pronto la familia Cabello-Estrabao tendría una hija.
La pareja no podía estar más feliz pues finalmente tendrían a quien dedicarse, sobre todo Sinuhe, que había dejado de estar involucrada en los asuntos del bufete ya que Alejandro lo llevaba todo a la perfección. La mujer estaba muy entusiasmada con la idea de ser madre y cada día despertaba para cantarle una melodía a su pequeña hija que crecía en su vientre mientras su esposo la acariciaba con ternura, dedicándole palabras de afecto a su futuro bebé.
Sofía fue el nombre que ellos eligieron para la pequeña princesa de la familia. Un ser lleno de luz que llegaría a colmar de alegría sus vidas que hasta ese momento sólo habían girado en torno a las exigencias de otras personas.
Sin embargo una tragedia ocurrió impidiendo que el matrimonio lograra tener a su bebé entre sus brazos.
El embarazo de Sinuhe era de alto riesgo.
No había ninguna razón en específico para ello. Ella era una mujer joven y sana, estaba en el mejor momento de su vida para dar a luz pero el destino lo había querido así. El destino tenía planes que podían llegar a ser crueles, arrebatándole lo único que alguna vez habían querido dos personas que habían sido unidas por motivos completamente distintos al amor. Un amor que, sin embargo, habían logrado conocer desde el momento en que habían tenido conocimiento de que serían padres.
Sofía tenía el cordón umbilical enredado en el cuello y pese a la operación de emergencia que los médicos habían realizado para salvar la vida de la pequeña, lograrlo había sido imposible.
El dolor que inundó a Sinuhe la sumió en una profunda depresión al igual que a Alejandro y cada uno de ellos lo enfrentó por su cuenta. Alejandro refugiándose en su trabajo a tiempo completo y Sinuhe desarrollando un deseo compulsivo de comprar.
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Caminos - Camren (EN EDICIÓN)
FanfictionLa vida es un camino lleno de obstáculos distintos para cada persona y son estos obstáculos los que nos convierten en quienes somos a lo largo del trayecto. Algunas personas, las más afortunadas cuentan con la suerte de no encontrar muchas piedras a...