Capítulo 11

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Camila's POV

Jodido Dios. 

La había visto.

Por la gradísima mierda que lo había hecho. 

No podía sacarme la bendita imagen de Lauren desnuda de mi mente. 

Ella simplemente había entrado a la habitación envuelta en una toalla, pasando unos minutos después de las cinco de la mañana y se había despojado de ese pedazo de tela que era lo único que le cubría el cuerpo. 

Tenía unas piernas largas y bonitas, con músculos apenas marcados pero lo suficientemente tonificados para verse completamente apetecibles. Un par de nalgas del tamaño perfecto para hacer que se me cortase la respiración. Un vientre y un abdomen no completamente planos pero con algunos relieves creados por su femenina musculatura subiendo hasta esos asombrosos senos que juro que estaban llamándome para que los tocara y que se unían a sus extremidades largas y delicadas que finalizaban en la punta de sus dedos. Sus hombros eran delgados pero fuertes y la línea de su columna se marcaba de forma soberbia en la extensión de su espalda regalándome una perfecta imagen de sus prominentes omóplatos cuando levantaba los brazos para sacudirse el cabello que salpicaba refrescantes gotas de agua. 

Tuve que morderme un dedo para evitar que se me escapara un gritito de emoción. Joder su cuerpo era una maldita obra de arte. Su cabello, su cara, su todo. La cadencia y fuerza de sus movimientos mientras se vestía.

La habitación de Lauren era realmente oscura, incluso de día la oscuridad erase adueñaba de la habitación dificultando la visibilidad. A esas horas de la madrugada habría sido prácticamente imposible detallar el cuerpo de Lauren de no ser porque dejó la puerta entreabierta permitiendo que la luz del pasillo se colara por la abertura. 

Imagino que no quiso despertarme al encender la luz de la habitación y por eso se había vestido a media oscuridad. Lo que, obviamente, ella no sabía es que tengo el sueño muy muy ligero, había estado dormitando desde que su alarma había sonado a tan indecentes horas pero mantuve los ojos cerrados para tratar de aferrarme a mi sueño.

Cuando ella entró, después de su ducha, abrí los ojos para levantarme y gritarle que me dejara dormir, pero antes de que pudiera hacerlo me encontré con la belleza de su desnudez y preferí quedarme en silencio y disfrutar el espectáculo. Ya tendría otras oportunidades para discutir con ella. 

A partir de que se despidió de mí no pude volver a conciliar el sueño. ¿Con esa imagen grabada con fuego en la mente quién podría hacerlo? Me levanté, me di una ducha -de nuevo- con agua helada que apenas salía por la oxidada regadera del baño de Lauren y me vestí con las pocas prendas que tenía en la valija que mi padre me arrojó cuando prácticamente me corrió de la casa. 

Iba a quejarme con mamá, sabía que si alguien podía hacer entrar en razón a papá era ella. Seguramente cuando se enterase de lo que papá planeaba hacer se enojaría muchísimo y pondría a Alejandro Cabello en su lugar, sin embargo Martha me dijo que ella se había ido de viaje. Otro jodido viaje...

Me puse un vestido azul celeste con detalles de encaje, mangas largas y puños blancos, así como también los tacones que había llevado puestos el día anterior. Me dolían los pies pero no tenía otra cosa que ponerme. 

Mientras cepillaba mi cabello escuché que llamaban a la puerta. Con una sola palabra di mi aprobación y vi a un despeinado Christopher Jauregui asomarse por la puerta con la pequeña bebé Taylor en brazos. 

"Buenos días Camila." Me saludó.

"Buenos días Chris" respondí mirándome en el pequeño espejo que Lauren tenía. 

Caminos - Camren (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora