Capítulo 44

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Lauren's POV 

Camila y yo llevábamos dos semanas de haber regresado. 

Se sentía tan jodidamente bien. Parecía que todas las piezas estaban en el sitio correcto ahora. Chris estuvo eufórico cuando se lo conté y nuestros amigos casi nos hacen una fiesta cuando Dinah y Normani se los dijeron. Todo era perfecto. 

Admito que fue muy difícil procesar todo lo que había pasado en la vida de Camila en el tiempo que estuvimos separadas. Me sentía verdaderamente culpable por aquello, pero cada día ella se encargaba de aligerar mi cargo de consciencia. Me daba todo su cariño y me recordaba que todo lo que pasamos había valido la pena. Ahora estábamos juntas, estábamos felices y parecía que todo estaría bien de ese punto en adelante.

Al principio estaba algo preocupada por cómo tomarían los niños nuestro noviazgo pero ambos lo aceptaron de inmediato. Al parecer tenía que agradecerle a Dinah por hablarles sobre Camren. Me reí suavemente, hacía tanto tiempo que no había escuchado esa palabra y ahora mi hermana y Lawrence la usaban cada dos segundos. 

Aquel día después de que nos reconciliamos en la playa, Camila y yo nos pasamos el día entero en su casa, hicimos de comer juntas, vimos películas con los niños y luego todos fuimos a dormir temprano ya que estábamos muy cansados por haber pasado la mayor parte de la noche despiertos. Al día siguiente, muy temprano por la mañana tuve que irme con Taylor a casa para que nos diéramos una ducha y poder ir, ella a la escuela y yo el trabajo. 

Pese a que ya éramos novias otra vez, habíamos decidido no vivir juntas todavía. Queríamos esperar un poco y no hacerlo hasta estar seguras, no por nosotras sino por Taylor y Lawrence ya que ellos todavía tenían que adaptarse a vernos como una pareja. Confiábamos en que ese cambio pudiera darse pronto porque sinceramente me costaba mucho trabajo estar lejos de Camila.

Básicamente nos turnábamos. Un día Tay y yo íbamos a cenar a su casa y al día siguiente ella lo hacía en la mía. Así lo habíamos hecho toda la semana excepto el jueves que era la noche en que nos reuníamos todos. 

Era viernes. Y esa tarde sería especial. 

Volvería a ver a Alejandro Cabello. 

Resulta que, después del divorcio de sus padres -en el que Alejandro había conseguido que Sinuhe sólo se quedara con la cuarta parte de su fortuna en aquel entonces- Camila llevaba a Lawrence a pasar el fin de semana con su abuelo. En teoría, deberíamos haberlo llevado el fin de semana anterior, pero Camz y yo habíamos llevado a los niños al parque de diversiones así que la visita a la mansión había quedado pospuesta por una semana más. 

Ah decir verdad, estaba muy nerviosa. Camila me había dicho que después de su rehabilitación y del nacimiento de Lawrence había hablado con su padre acerca de mí. De lo que hubo entre nosotras y demás. Al parecer, a Alejandro le había caído como un balde de agua fría el enterarse de que su hija era bisexual. Pero, según Camila el no la rechazó en lo absoluto, ni le dijo nada por haberse involucrado sentimentalmente con una empleada. 

Aún así. Estaba algo asustada. ¿Cómo miraría a los ojos al padre de Camila sabiendo que él tenía conocimiento de que su hija y yo habíamos estado juntas casi en cada rincón de su mansión? Claro, de eso habían pasado cinco años ya, pero la mansión Cabello no era precisamente pequeña y a fin de cuentas yo me había metido con su única hija. Su pequeña Camila, la chica por la que lo vi llorar aquella noche de tormenta. Puede que él no hubiera sabido expresar su amor por Camila en los momentos más necesarios, pero esa mirada era la de un hombre que estaba perdiendo la luz de sus ojos. 

Esperaba que todo fuera bien. 

"No importa lo que pase amor. No importa lo que opine mi padre ¿De acuerdo? Mi decisión seguirá siendo estar contigo. Pero te aseguro que todo irá bien de todas formas ¿Entiendes?"  Me había dicho Camila la tarde anterior cuando nos encontramos afuera de la escuela para recoger a Taylor y Lawrence. Confiaba en sus palabras pero aún así, en cuanto recordaba la imponente presencia de Alejandro en su despacho me ponía a sudar. 

Caminos - Camren (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora