Capítulo 1

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Revisión: 23/03/2022


"Te trajeron a la Nación del Fuego como un recluta para nuestra armada puesto que has impresionado a mis soldados. Pero cuando llegaste, asesinaste a uno de nuestros guerreros mas experimentados como si no fuera nada más que un gusano mal entrenado, mientras que tú no habías sufrido ningún percance. Ni siquiera un rasguño" El Señor del Fuego Azulon habló, y su voz se extendió por la gran sala del consejo.

Ante el estrado de fuego se hallaban tres figuras: Dos hombres portando armaduras reales y coronas de oro, y un tercero quien era un joven niño de ocho años vistiendo ropajes del Reino de la Tierra. "No has sido más que una molestia, y aunque impresionante, ¿Qué uso tengo yo para un soldado que no hace lo que se le ordena?".

"¡No soy soldado de nadie!" Escupe con odio el chico, "¡Y mucho menos de un viejo patético que se esconde tras muros de fuego como un cobarde!".

"¿¡Te atreves a hablarme de esa manera!?".

"¡Oh, me atrevo!".

El Señor del Fuego Azulon se burla, arrugando el entrecejo con rabia, "¡Por esa lengua tuya, vas a ser ejecutado inmediatamente! ¡Guardias! ¡Llévenlo a las celdas de detención!".

Los dos hombres con coronas observan cómo los guardias salen de la nada y agarran al niño, quien comienza a agitarse una vez que esas manos lo atrapan, gritando y escupiendo insultos que harían sonrojarse hasta a un marinero curtido en el mar. 

Cuando las puertas se cierran con un ruido inquietante, uno de los hombres con coronas da un paso al frente con una elegante reverencia, su movimiento capta la atención del hombre a su lado y del propio Señor del Fuego:

"Si puedo ser tan audaz como para hablar padre, pero tal vez podamos moldear al niño en un guardia digno en lugar de tratar de forzarlo a ser parte de nuestro ejército. Piénselo, el muchacho será un buen guardia, uno a la altura de nuestra familia."

"¿¡Estás loco!?", le espetó el hombre a su lado, poniéndose de pie, con los puños cerrados y el ceño fruncido "¡Nos matará a todos mientras dormimos! ¡Desde nuestro Padre hasta el siervo más inútil!".

"Iroh, sé que simpatizas con los niños, pero ese chico es un asesino. Ozai tiene razón en su inquietud, ese niño nos matará a todos si se le da la oportunidad".

"También te equivocas, padre", continúa Iroh, con una sonrisa despreocupada, "Hemos tenido adultos tratando de someter al chico a nuestras costumbres, a nuestro ejército, un ejército con el que sin duda ha tenido un encuentro traumático. ¿Por qué no intentar un camino diferente? Por ejemplo, ¿Alguien sin sangre en sus manos ~ ?".

El Soberano reinante se muestra pensativo mientras mira a su hijo mayor, "Continúa".

"¡Padre!" Ozai grita, "¡No puedo creer que estés escuchando – !".

"¡Otro niño ~ !" Iroh interrumpe alegremente, ganándose una mirada de Ozai, Iroh vuelve su mirada hacia su hermano menor, un brillo juguetón centelleando dentro de sus ojos, "Como, no sé, ¿El joven Príncipe Zuko ~ ?", vuelve su mirada hacia su Padre, "Los dos parecen ser de la misma edad, ambos son niños, estoy seguro de que encontrarán algún tema en común para que florezca una amistad. El joven del Reino de la Tierra está solo en un lugar del que conoce poco, y si el Príncipe Zuko se hace amigo de él, el chico tendrá una razón para mantenerse leal a nuestra familia. El muchacho ya ha demostrado que es un excelente peleador, imagínate si protege lo que le importa. ¡Nuestra familia será la más segura en años ~ !".

El chispeo casi silencioso de las llamas es la única fuente de sonido procedente del salón del trono. Aunque más allá de las grandes puertas se oyen crujidos apagados y estruendos bajos que resuenan en lo más profundo del palacio.

All You Have Is FireDonde viven las historias. Descúbrelo ahora