Ella estaba encima de él, y él, tan solo la miraba como si en realidad no estuviera haciendo lo que hacían.
Al notar mi presencia, cesaron todo movimiento. Ahora me miró a mí, pero yo no quería ver lo que ya había visto.
Mis ojos se humedecían, mi respiración fallaba. No necesitaba de esto.
Pero no me podía mover, quería que mi última miserable pizca de esperanza, de confianza, no fuera en vano aunque evidentemente lo estaba siendo. Y yo comenzaba a decaer de nuevo, me estaba sintiendo mal sin explicación otra vez. No...
La chica se levantó y se puso su bata. Me asqueaba la puta, todas las putas me asqueaban.
—¿Vuelvo luego, corazón?—Preguntó.
—No, ehm, yo...
—Qué lástima.—Chitó como último y se fue de la habitación, chocando contra mi hombro.
—Creí que tener sexo en medio de una fuga no era correcto.—Comencé.
—¿Qué te pasa? ¿Qué es todo esto y por qué te pones así, Gerard?
—Dijiste que no lo era...
Las emociones involucradas eran tantas, que no podía controlar absolutamente nada de lo que me pasaba, ya no era dueño de mí mismo. La tristeza, la desilusión e ira reinaban en mí. Las gotas traicioneras resbalaron por mi rostro y a su par mi cuerpo se desvanecía.
¿Cuál es mi motivación de vivir?
Para cuando quise darme cuenta, ya me había convertido en una bolsa de huesos desparramada en el piso, débil. Estaba completamente cegado por las lágrimas y mi corazón cerrado por mis ganas de morir otra vez. Pero luego, no quise morir, quise que ella muriera. Matarla yo mismo. Estrujarle todos los huesos hasta que ya no pudiera sostenerse a sí misma. También quería matarlo a él. Quería matar a todos, hasta que la lista volvía a terminar con mi nombre.
—¿Gerard qué...?—Frank se levantó de la cama, creo que abronchándose los pantalones—¿Qué te pasa? Estás asustándome.
—¿Por... Por qué...?
—¿Por qué, qué Gerard? ¿Qué te sucede?
—...Lo hiciste. Lo hicieron...
Frank se acercó a mi lado, intentó levantarme. No quería que me tocara. O sí, que me tocara mucho, para ya no sentir esta fría soledad. Ya no sabía cómo confiar, la persona a la que le había prometido amor aún en la lejanía me había arrojado al abismo de una patada. ¿Qué era el amor, realmente?
—¿Por qué lo hice? Si hice lo que hice, fue por tu culpa, Gerard Way.
Más culpa. Yo tenía la maldita culpa de todo.
—No porque me hayas traído a un puterío y me hayas dejado a solas con una prostituta. Si no porque me confundes, no soy capaz de entender del todo lo que sientes. Pero sí estoy seguro de lo que yo estoy sintiendo, y tan solo quería olvidarlo por un rato. Eres una persona tan difícil. Me confundes y me encantas a la vez.
Abrí mis ojos y deshice las gotas debajo de mis ojos. Lo miré y el hacía lo mismo, pero no fui capaz de hablar, tan solo silencio. Silencio de mi voz y emociones, ya no estaba llorando.
—Y ahora estás así, reprochándome por tener sexo. ¿Es incorrecto esto que siento, Gerard? Necesito que me digas, porque yo ya no entiendo. ¿Lo es?
—No.—Me atreví a contestar.
Su rostro dejó de irradiar confusión, paseé mi mirada rápidamente por sus facciones. Llegué a sus labios, donde había una pequeña sonrisa, y a sus ojos, que se encorvaban al compás de sus labios, con simpatía.
Golpeó suavemente uno de mis hombros hacia atrás, mi cuerpo estaba tan inmovil que se corrió al costado junto al movimiento del hombro. Quedé acostado sobre el suelo. Acercó su rostro al mío, y repitió aquello que habíamos hecho tantas veces con excusas de por medio. Pero ahora, era un poco más claro, para él y a lo mejor para mí. No pude evitar posicionar mis manos en sus mejillas, mientras que repetía sus movimientos con mis labios. De a poco, su pierna se elevó hasta dejarla en mi otro extremo, y su cuerpo casi recargado sobre el mío.
El calor de él, eliminaba mi frío interior. Borraba mi memoria. Espantaba mis malos pensamientos como si de mounstruos de la imaginación de un niño se tratara, tan solo con un beso y su calor. Y no lo entendía ni quería hacerlo, si por no hacerlo seguiría sintiéndome bien.
Sus manos pasearon por dentro de mi camisa, y supe, que no quería hacerlo. Porque, no me sentía del todo cómodo en el lugar, y con la situación que había ocurrido anteriormente.
—Frank, creo que...
—Sh...—Me silenció.
—Ya, no Frank. No es lugar, tenemos que seguir.
—Mala persona.—Dijo, rindiéndose. Quitó sus manos y antes de quitarse de arriba de mí, me dio un pequeño beso.—Necesitamos un transporte.
Se levantó y acomodó su ropa, yo igual. Froté con mis manos mis ojos, los sentía algo inchados.
Frank caminó en dirección a la puerta, que no estaba tan lejos, no la abrió en el momento, en cambio, volteó a mirarme antes.
—Gerard.—Dijo, con el picaporte en una de sus manos.
—¿Qué?
—Esto no se va a quedar así.—Contestó y finalmente dobló el picaporte, abriendo la puerta y saliendo por ella.
![](https://img.wattpad.com/cover/103836406-288-k545451.jpg)
ESTÁS LEYENDO
2.Free Now [Frerard] ✔
Fanfic[LIBRO 2/3] Gerard y Frank ahora se encuentran dentro de una realidad pintada del azúl y rojo de las patrullas. Sus vidas ahora transcurren con una velocidad imposible de disminuir, sin un lugar específico al que llamar hogar y transitando distintos...