Te quiero, Ashley.

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NARRA APRIL.

Trago saliva pero ya no tengo líquido para poder regar mi garganta, tampoco puedo parpadear por miedo a que cuando vuelva a abrir los ojos la escena que contemplo sea peor que la que veía anteriormente.

A mí alrededor todo el mundo está gritando, o vitoreando el lema "¡Pelea!" "¡Pelea!". Mientras que yo solo miro pero no soy capaz de escuchar, el sonido ha dejado de entrar por mis oídos y de reproducirlo en mi cerebro.

Agarro a Ashley alejándola todo lo posible del círculo que se ha montado en mitad de una fiesta a la que desearía no haberla traído, ni venido.

Ni si quiera sabe que está ocurriendo a su alrededor de lo ebria que está.

-¡Logan!-. Grito en un intento de hacerle recobrar el sentido. -¡Para!-.

Logan le da un puñetazo en el estómago y James recupera fuerzas para devolver el golpe en la mandíbula haciéndole sangrar, siguen así por unos segundos más hasta que Eidan interviene agarrando al moreno de los hombros y arrastrándolo hacia atrás.

De poco sirve, Logan parece estar ciego y solo tiene como objetivo dejar a James en el suelo hasta que no pueda levantarse para contarlo. Sus ojos de odio lo dicen todo, mientras que los puños apretados del hermano de Ian demuestran que él sólo pelea por mero espectáculo, y no por defender una causa.

Me quedo helada sin saber qué hacer o cómo reaccionar, hasta que miro a Ashley y en ese momento reacciono.

-¡Yo lo mato!-. Grito corriendo hacia James, pero antes de que la gente se gire a contemplar otro frente abierto en la guerra, alguien me agarra de la cintura elevándome del suelo y desplazándome del centro del lugar.

Conozco rápidamente el tacto de sus brazos por lo que no me alarmo, es él.

-¿Qué mierda te pasa Logan?-.

Observo cómo Eidan ha logrado detener la pelea, y ahora se lleva a nuestro amigo lejos de donde no logre ver a su nuevo enemigo.

Espera.

¿Entonces quién me sujeta?.

Comienzo a dar patadas al aire hasta que la persona que me sostiene, cansada de tanto esfuerzo, me deja en el suelo del jardín.

-Adam-. Susurro al verle parado observándome tan serio como la primera vez.

Su silencio me pone los pelos de punta.

Si no fuese por qué me he depilado parecería un erizo.

-Te dejo sola unas semanas y ya te metes en peleas-. Su voz suena más ronca de lo que creía recordar, y aún que no haya pasado ni un mes parece que no lo he visto en años.

Por dentro me sale sonreír pero juraría que tengo el ceño tan fruncido que no reconocerá mi cara.

Se siente tan raro, el sentimiento que un día tuve hacía él ha desaparecido por completo, Ashley tenía razón y he acabado totalmente enamorada de Eidan.

-¿Qué haces aquí?-. Intento sacar las palabras como puedo pero mi garganta cada vez parece estar más seca.

-He vuelto para el partido-. Aclara encogiéndose de hombros. -Ahora doy clases en Driftwood-.

Un vago recuerdo me viene a la cabeza de las vacaciones de Navidad, cuando conocí a Tayson en las carreras ilegales, recuerdo que ese chico me dijo algo de Driftwood por lo que ahora Adam le da clases a la persona que algún día mató con la mirada.

El mundo es demasiado pequeño.

-Has cambiado-. Sonríe dulcemente y acaricia mi mejilla con delicadeza. -Ahora pareces enamorada-. Comenta en un tono nostálgico.

Dos chicas, una ciudad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora