Capitulo 4

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Habían pasado los años, las niñas crecieron, y bueno, Adagio tuvo muchos problemas debido a este par. Un ejemplo fue cuando Sonata apenas tenía un año de edad, y un perro le mordió el rostro arrancándole casi un ojo (Adagio casi muere de un infarto esa vez) y le cocieron el rostro, afortunadamente hasta la fecha la cicatriz de aquella herida se ha ido borrando, mientras que Aria se peleó un par de veces en la escuela con niñas de grados superiores, si, Adagio tuvo que castigarle varias veces. Y no solo era eso, Adagio tuvo que renunciar a ciertas cosas, un ejemplo fueron los asombrosos viajes que su trabajo le ofrecía, digamos que ella no fue a ningún evento de moda donde su boutique fuera invitada, además de que este par se encargaba de hacer correr lejos a los pretendientes de su madre, no es que fueran mal educadas ni nada por el estilo, simplemente el hecho de que Adagio tuviera hijas hacia correr a los hombres, ahora hablemos del desarrollo de cada una.

Sonata, aun sabiendo que Adagio no era su verdadera madre, fue muy feliz viviendo a su lado, siempre fue una niña muy sociable y alegre, además de simpática ¿quién podría odiar a una niña como Sonata? solo un estúpido (como la mayoría de los pretendientes de Adagio, según Aria) simplemente era un encanto!

Mientras que Aria era más seca, creciendo con la idea de que su madre biológica no la quería ¿qué niño podría vivir feliz con eso? por lo que, al ir creciendo, cada vez era más raro el verla sonreír, incluso las peleas en la escuela eran por burlas de que ella era adoptaba, a su hermana menor no le importaba mucho, pero a Aria, en verdad le dolía bastante el recordar aquel día en que su madre las abandono, y cada tarde era lo mismo, sola en su habitación.

Adagio se daba cuenta de las diferencias, pero les siguió dando el mismo trato, a ambas, y a pesar de que le preocupaba Aria, nunca le presiono, nunca le regaño por decirle "Adagio" y no "mamá" como lo hacía Sonata, evidentemente le dolía pero como se dijo antes, no quería presionarla, sabía que el momento llegaría, aunque no supiera cuando.

Adagio estaba en la dirección de la escuela de sus hijas. Aria cuenta con 12 años de edad mientras que Sonata cuenta con 8 años.

-señorita Blaze ¿le gustaría explicarle a su madre lo que paso?- pregunta la directora de manera seria mirando a la niña.

-ella no es mi mamá- dice Aria cruzándose de brazos.

-Aria no hables así- dijo Adagio seria mirando a su hija mayor- ahora dime ¿qué es lo que paso?

-lo de siempre, me estaban molestando y solo me defendí- responde Aria de mala gana.

Adagio suspiro cansada.

-cariño...- Aria le interrumpe.

-no me digas cariño!- dice Aria mientras se levanta de la silla molesta y sale de la dirección.

La directora mira seria a Adagio.

-señorita Dazzle debe parar esto, sé que trata de entenderla pero no puede seguir permitiendo que le hable así ¿entiende?

-por favor directora Celestia, entienda yo no quiero regañarle, ella solo no está de ánimo nada más...

-¿no está de ánimo, señorita Dazzle? durante 8 años que la conozco nunca está de ánimo, eso señorita Dazzle ya es una falta de respeto para usted, póngale disciplina, el cómo lo haga ya no es de mi incumbencia- dice la directora.

Adagio asiente con la cabeza.

-gracias directora Celestia

-nos vemos luego señorita Dazzle

Adagio sale de la dirección, y al salir siente un cálido abrazo.

-mami, si viniste!- exclama Sonata emocionada abrazando a su madre.

Mis Pequeños Problemas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora