CAPÍTULO 6: AMANDA

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El canto de mi madre... es lo primero que oigo al despertar...

— ¡Ala! despertaste —dijo mi madre, quien estaba sobre mi cama doblando ropa.

— ¿Mamá?  —dije tranquila, pues en su rostro traía un golpe; era de papá, yo lo sé. 

— ¿Si? —dijo intentando hacer una hermosa sonrisa, pero la tristeza en su cara se reflejaba aun más.

— ¿Por qué papá es... —.

— ¡¡¡Sara... Sara... Saraa!!! —Mis ojos se abren poco a poco, hasta poder enfocar bien y ver a Amanda— despertaste, que bueno. —Da un pequeño suspiro de alivio— pensé que habías muerto —¿Qué sucede?, ¿Estoy en la cocina, con el cereal de ayer? y al parecer deje caer un poco a la mesa, ¿Me habré quedado dormida? Levanto mi cabeza de la mesa para mirar a mi alrededor; en eso Amanda pone su mano en mi frente...— ya veo —dice tranquila, sabiendo que esto iba a ocurrir... ¿Qué cosa?

Amanda me cargó y me llevó a su habitación, esta vez, me deje pues en realidad no tengo fuerzas ¿Por qué?; me acostó sobre su cama, poniendome debajo de las sabanas. Mis ojos querían cerrarse, es lo único que tenía en mente y con las fuerzas que tenía trataba de mantenerme despierta, para ver que es lo que es lo tramaba Amanda; quien agarró el teléfono de la casa y empezó a marcar a sabe quien, recargada a la pared de la puerta, viendo desde la venta ¿Estará esperando a alguien?, en ocasiones me volteaba ver, pero no le entendía a lo que decía, pues estaba hablando por lo bajo o yo estaba muy cansada como para oír bien. Después de unos segundos mis ojos se cerraron por completo.

... 

— Ves, está bien. —Una voz dice a lo bajo.

— Si pero... jamás he tenido un paciente a quien tenga que cuidar —.

— Por favor Srita. Algoda no llame a su propia hija paciente como si fuera una completa extraña —continuó— usted ahora es su madre y ella su hija; ella necesita de usted, a sufrido tanto... —Guardó silencio cuando me vio abrir los ojos y hacer un pequeño ruido; después sentí algo mojado en la cabeza... tenía una pequeña toalla mojada.

— ¡OH! despertaste, ¿Cómo te sientes? —preguntó Amanda, mientras que un señor con su mano la invita a hacer quien sabe que cosa; pero sé que tiene que ver conmigo. Mis ojos no se apartaban de aquel señor bien vestido: traía traje, pero se notaba un poco mayor de edad, pero aun así se veía elegante y recto, como una de esas personas que no dudan de su acciones, sip, así se notaba este señor.

El susodicho hizo un estornudo falso haciendo que Amanda reaccionara.

— A si, Sara, él es Sebastian mi mayordomo, bueno nuestro ahora. —Típico nombre de mayordomo, ¡La verdad! ¿Por qué no me sorprende? pues... viniendo de ella, la verdad es que no.

— Es un gusto conocerte Sara, sabes... ella me ha contado mucho de ti. —¡Wau! Amanda... hablando de mí, eso es nuevo. Sebastian agarra mi mano con las suyas, para darme un saludo, pero se detiene para revisarla— como lo suponía, ella si que tiene calentura —.

— ¡Te lo dije Sebastian! —Al parecer él tampoco confía mucho en la sabiduría de Amanda. Además... ¿Desde cuando que estoy enferma? Debió de ser desde ayer; no me bañé y caí dormida cuando estaba cenando, toda mojada por la lluvia y el ambiente estaba frió... con razón me sentía mal cuando me despertó Amanda hace rato.

— bueno, le traeré su desayuno mientras usted Srita. Algoda valla a terminar su trabajo por favor —.

— Por supuesto... ¿Quién crees que soy? —dijo Amanda segura de sí misma, marcando con firmeza esas palabras.

Sara (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora