Sara (Cancelado)

CAPÍTULO 9: LA ENFERMERA

Después de lo ocurrido Sebastian y yo estuvimos en silencio por un buen rato, tratando de comprender lo que había ocurrido hace ya unos momentos atrás, observando con determinación la puerta, donde hace unos minutos Amanda y Anthony atravesaron para poder salir. Esperando a que la tensión se fuese poco a poco, hasta desvanecerse.

... ... ... 

Pasaron al fin los días que tuvieron que pasar dentro del hospital, que fueron casi dos mes enteros; mis cortadas se desvanecieron, mis moretones ya no dolían, el golpe de la cabeza ya no necesitaba una venda y la herida de mi costado ya casi desaparecía, sólo quedaría la cicatriz, pero aun dolía y necesitaba reposo, pero eso no evitaba que pudiera caminar. Anthony me visitó al día siguiente de la pelea para pedir una disculpa por lo ocurrido. Pasó todo el día contándome de sus otros hermanos, que al parecer son gemelos:

«— si los hubieras visto —su risa se mezclaba con sus palabras— siempre se peleaban por la atención de su hermano mayor... fueron... Son buenos recuerdos —su mirada dio inicio a una sonrisa amplia de oreja a oreja, quitando aquella risa. »

Aquellas palabras me dieron un sentimiento y una expresión que ni yo misma puedo explicar; aquella escena la he visto miles y miles de veces, pero por alguna razón esta es diferente y única en su especie. Eso provocó que Anthony viniera más seguido a visitarme para seguir contando sobre sus aventuras de pequeño con sus hermanos.

Sebastian a cambio me visitaba todos los días, por las noches principalmente me acompañaba, me contaba historias o anécdotas de su vida con Amanda, como se conocieron y como aceptó ser su ayudante de trabajo hasta que me quedara dormida:

«— Fue difícil al principio, debiste ver mi rostro jajaja —sonrió pensativo mientras paraba poco a poco su risa hasta callarla— fue extraño y no lograba entenderla por completo, de la nada mostraba un lado suyo, luego mostraba lo contrario... todo un misterio, pero al final logré entenderla —puso pausa para verme a la cara, ya que estaba mirando al suelo anteriormente— al igual que tú lograras entenderla, Sara —dijo con una sonrisa piadosa.»

Amanda jamás vino a verme después de aquella pelea, sólo dejaba notas en un papel mal escritas dándome buenos deseos para mi recuperación, se disculpaba por no poder venir por el trabajo; pero yo sé que no era eso, sino la vergüenza que tenía por lo que había ocurrido antes, no tenía la valentía para disculparse.

... ... ...

Estaba lista para irme, Sebastian y Anthony estaban en la puerta del cuarto esperándome, mientras que dos enfermeras estaban en mi ayuda para bajarme de la cama, donde estuve acostada por dos meses, o casi dos meses. Poco a poco y con mucho cuidado me bajaban de la cama, para que después de mucho esfuerzo mis pies llegaran al suelo; aplausos y felicitaciones llenaron el cuarto de parte de todos los presentes, a excepción de mí claro. Las enfermeras se despedían de mí, mandándome buenos deseos y recomendaciones para mi cuidado, ya que ellas eran las que estaban a mi cargo todos estos días. 

Con cuidado caminaba sola hacia la salida, donde mis pasos eran algo lentos, no caminar por casi dos meses es demasiado, aunque haya tenido ejercitación diaria para que la sangre recorriera por mis piernas y no perderlas, eso no ayudaba ahora. Cuando había alcanzado por fin la mano de una de las enfermeras, quien estaba esperándome en la orilla de la cama que casi daba a la puerta, me detuvo, se agacho para quedar a mi altura y dijo...

— Esto es un regalo de parte de la enfermera Karina y yo —me enseño un paleta color rojo— no se lo vayas a decir de esto a nadie ¿okay? —guiñó un ojo. 

Miré a la otra enfermera, quien al verme me sonrió, acepté la paleta, agarrándola con delicadeza y volviendo a ver a la enfermera quien dirigía su mirada hacia mí, pero antes de volver a caminar me susurró una cosa en el oído, sujetándome del brazo con fuerza, deteniendo mis movimientos... Mi cuerpo temblaba, mis ojos se abrían, mis labios se abrieron y cerraron, mostrando miedo ante aquellas palabras.