CAPÍTULO 4: ADIÓS ORFANATO

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El ambiente cambio drásticamente; la directora estaba confundida por nuestro comportamiento, mientras que las miradas de Amanda y las mías no se separaban. En un instante se creo una rivalidad entre ella y yo. De repente unos aplausos suaves y rápidos nos devolvieron a la realidad.  

— Muy bien, muy bien, hagamos esto rápido para que todos nos vallamos a casa a descansar un rato ¿Qué dicen? —la directora añadió.

— Me gusta esa idea. —Amanda devolvió la mirada a la directora, cambiando de gesto y actitud, para después volver a la mía.

— okey, entonces ya está decidido, los papeles los tiene Sara significa que todo está terminado, ¡¡Felicidades!! —. 

— Gracias —responde en un tono calmado y alegre.

Estas hojas contienen mucho más de lo que yo esperaba: tienen mi nombre, mi edad, mi trauma, mis alergias, tipo de sangre, etc. Son mis datos personales en conclusión; pero también están los de Amanda: su nombre, edad, trabajo, estado de matrimonio, salud, sexo, etc. Sus propios datos personales. También, estas hojas cuentan con los registros de adopción; viendo las firmar creo que podría comprobar que no son falsas, ni su contenido... No sé qué esperaba de ello.

— ¡¡Ohh, Sara felicidades, al fin tienes una nueva familia!! —La directora me da un fuerte abrazo; luego termina de agarrar otros papeles y se vuelve a dirigir a mí— Sara ve a tu cuarto hacer las maletas, mientras Amanda y yo estaremos hablando afuera ¿Okey? —Sin pensar asentí con la cabeza; creo que estoy en un estado llamado shock o algo así, no sé como reaccionar, nunca pensé que esto iba a suceder... "Yo siendo adoptada".

Sin darme cuenta llegué a mi habitación, puse mi única maleta sobre la cama y empecé a echar todo en ella: mi ropa que y como ya había dicho antes no era mucha, mi muñeca de porcelana japonesa y un objeto nuevo "El cepillo para el cabello que me regalo Amanda". Cuando terminé de echar todo y cerrar bien la maleta, sentí que alguien me estaba abrazando por la espalda.

— ¡¡¡Ahh FELICIDADES!!! —Una voz muy aguda grito de felicidad en mi oído, y sólo existe una persona en todo este orfanato que tiene esa voz; dejó de abrazarme para poder verme de frente; como lo suponía... es "Dulce", una chica de mi misma edad; a ella le gustan las despedidas, algo que a muchos odian, pero a ella no, siempre cuando alguien se va a ir del orfanato es la primera en despedirse, y de una manera energética y alegre— dime... ¿Cómo te sientes? —¿Eh?— ¿Cómo se siente por fin ser adoptada, tener una familia? —No lo pensé así— ¿Ya sabes cómo es? —¿Habla de Amanda?— y... ¿Cuándo se irán? —Esta niña ya me está corriendo. 

Son demasiadas preguntas; no sabía que ella era así de preguntona, no sé que responder... No me detuve a pensar en eso antes. Justo en ese instante la hermana Irma llega al rescate y nos pide que bajemos mientras llora, me daba muchos abrazos, no me soltaba... en todo el camino ella estuvo pegada a mí diciéndome: "«que todo iba a estar bien», «que ahora mi vida sería más bonita desde hoy en adelante», etc." Frases muy conmovedoras; esta hermana si hubiera estado antes, la hubiera disfrutado más, se hizo mi favorita en poco tiempo. Llegamos al fin a la salida donde todos estaban a los lados de la puerta principal; tanto las hermanas como los niños (principalmente Dulce) se estaban despidiendo de mí, deseandome la mayor de las suertes. Cuando estuve a punto de irme al carro, la directora me pide una foto como recuerdo de este día, Amanda aceptó con la condición de que luego les pasara las fotos. Primero fuimos Amanda y yo con los papeles de adopción en las manos: ella sonreía mientras yo me mantenía seria, la segunda era la directoria y yo, la tercera la pedí con la hermana Irma y la cuarta fue con todos en el orfanato en grupo... de un modo u otro fue aceptable esta despedida. De ahí me dirigí hacia donde estaba Amanda, recargada sobre su carro color gris brilloso; suspire hondo y me preguntó:

Sara (Cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora