Nota: Mi chica en Ámbar

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Hubiera preferido una chica en verde.

Incluso una chica en rojo,

una chica con un portazo en la cara.

Eso me hubiera ayudado a superarlo.

Pero tú eras una chica en ámbar,

me decías quizás,

me dabas esperanza

antes de empotrarme un adiós en las costillas,

me obligabas a mirar hacia los lados

antes de pasar hasta tu vida

y siempre pasaba eso,

que pasaban tantas cosas que nunca pasaba nada.


El ámbar es el peor color que existe.

Quizás es la peor palabra que conozco,

la más perra de todas,

la que ni come ni deja comer.

TErminAMOs y otros poemas sin terminarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora