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"¿Tyler? ¡Tyler!"

La madre de Josh buscaba al moreno en el parque, hasta que escuchó su suave voz cerca de ella.

"¿Laura? ¿Qué sucede?"

"Josh de nuevo-"

"Perdió la vista, ¿cierto?"

"Sí, no durmió por llorar toda la noche."

"¿Dónde está?"

Apuntó con la vista al invidente, moviendo su cabeza cuando escuchaba el más mínimo sonido.

"Josh, yo lo-"

"Tyler, hazlo."

"Hay mucha gente aquí, Josh."

"Pues vamos a casa, pero ya, rápido."

La madre del mayor los llevo a ambos, esperanzada de que su hijo volviera a ver.

Estando en la sala, el castaño miraba incómodo a Laura, que seguía estando al lado de su hijo.

"Mamá..."

"¿Qué necesitas, cariño?"

"Que nos deje a solas. No creo que usted quiera-"

"Yo quiero ver, no importa. Así que sigan, que por mí no hay problema."

Los dos muchachos trataron de ignorar a la mujer rubia, uniendo sus labios en un simple piquito.

Nada.

Seguía sin poder recuperar aquella sensación de tranquilidad, mientras que el miedo y ansiedad se encontraban muy dentro de su pecho.

Tyler trató de perder aquella vergüenza de besar al pelinegro frente a su madre, así que le tomó por las mejillas, acercándolo a él para besar sus labios de manera más larga.

"Chicos, ya vengo. Haré galletas." habló la incómoda Laura.

Al separarse, ambos sonrieron, solo tenían que esperar los efectos.

"Espero que sólo nos haya visto tu mamá, Josh."

"Eso espero también, Tyler."

Ha pasado más de un año desde que les escribí este fic, y no mamen, un chingo de faltas de ortografía, errores, ugh.

Quisiera contarles que estoy pasando por una especie de... Felicidad, creo.

Tengo tantas cosas que me hacen feliz. Y me gustaría que ustedes me cuenten qué les hace feliz.

Les amo, a montones.