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"¿Jish? Suena lindo."

"Como tú."

"¿Soy lindo? No lo creo."

"Más que lindo. Eres adorable. Tu cabello es tan bonito, tienes unos ojos encantadores, eres hermoso."

"Te voy a creer, solo porque tú si puedes ver."

Estaban tranquilos, conversando sobre su vida diaria.

El moreno miraba atentamente al pálido, y le quitó esas gafas oscuras para poder ver de nuevo sus bellos ojos avellana.

Rasgados, de alguna manera de grandes.

Su nariz era prominente, aunque de alguna manera, no era desagradable.

Sus labios, delgados y un poco rosados.

Y su cabello. Negro, azabache brillante.

Su actitud llegaba a ser un poco negativa a veces, pero siempre se mantenía alegre por un motivo.

"¡Chicos, vengan a comer!"

Tres muchachos bajaron de la planta alta.

Dos chicas, y un chico.

Ambas eran pelirrojas, y el joven era de cabello oscuro.

Al parecer, la familia de Josh eran de ojos rasgados, cosa que le pareció tierna.

"¿Él quién es, má?"

"Disculpen, soy amigo de Josh. Me llamo Tyler."

"¿Desde cuándo Josh tiene amigos?" preguntó Jordan.

"Tienes razón, Jordan. ¿Cómo es que eres amigo de Josh, eh?"

"¡Ash, Abbie, Jordan, no le molesten! Me ayudó a llegar a la casa. Si no fuera por él, ahora estaría en la casa de los Thomson."

Dulces risitas salieron del castaño.

Tal vez Josh era un poquito torpe como para equivocarse de casa.