Maraña de mentiras

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"Buenas tardes, aunque esta frase creo que no aplica para ti Lauren" saludo sonriente Mayor Miller al hacer su triunfal aparición en la mansión Jáuregui.

Lauren estaba como agua para chocolate: "Que graciosito Mayor, hiciste muy bien en estudiar leyes, porque de comediante seguro estarías desempleado".

Lauren estaba como agua para chocolate: "Que graciosito Mayor, hiciste muy bien en estudiar leyes, porque de comediante seguro estarías desempleado"

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Mayor lo tomo muy a la ligera, simplemente se acomodo placidamente en uno de los sofás de la sala. Mayor era un tipo con un carácter afable, salpicado de cierto cinismo, no se podía negar su galanura- 1,90 mts. de estatura, una bella cabellera oscura, un cuerpo atlético, y un rostro varonil aderezado con esos ojos color sepia- ni el hecho de que ante la presencia de una mujer bella siempre tratara de soltar su red de seducción.

Lauren y el fueron bastante cercanos en su niñez, ya que los padres de ambos además de ser socios eran amigos, sus familias se frecuentaban ya fuera para comidas, cenas o reuniones, pero eso cambio drásticamente con la muerte de Rebeca, a partir de ahí el trato no fue tan directo, sin embargo el sentía un cariño genuino por ambas hermanas y ellas sabían que podían contar con su apoyo incondicional.

"Aquí estoy, soy todo tuyo" se pavoneo Mayor, haciendo que Lauren olvidara su enfado esbozando una leve sonrisa.

"Pues bien, como te comente hace rato por teléfono, necesito que te quedes al frente de la empresa, ya que por obvias razones, no estoy en este momento en condiciones optimas para presentarme en el corporativo, pero eso no significa que desde aquí no este al tanto de todo lo que ocurra" señalo la ojiverde mientras levantaba una ceja.

"Lauren no tengas pendiente, bien sabes que aparte de Leyes, estudie Gestión Empresarial, además de..."

"Si bla, bla" interrumpió Lauren "Si te lo pido a ti es porque eres de mi entera confianza, además de que tu papa es el segundo mayor accionista de la empresa".

En ese momento se escucho la dulce voz de Camila mientras bajaba por las escaleras "Buenas tardes".

"Muy buenas tardes" se apresuro a contestar Mayor mientras se levantaba de su asiento saludando cortésmente a la hermosa morena. "¿Ya mas ambientada a su nueva casa, y a la ciudad?".

"Para empezar no me hables de usted, creo que aun soy bastante joven para ello, sinceramente a esta mansión apenas me estoy adaptando, en cuanto a la ciudad me queda mucho por conocer y explorar".

Mayor en un tono que llevaba su dosis de coqueteo se puso a las órdenes de la bella latina: "Pues si gustas yo puedo ser tu guía, seria un placer para mí mostrarte de pe a pa la ciudad" hecho que no paso por alto a los ojos y oídos de Lauren.

"Dudo que tengas suficiente tiempo libre Mayor, entre WIS y el despacho de tu padre" sentencio Lauren reflejando incomodidad en su rostro ante lo acomedido que se presentaba el abogado con Camila. "Muchas gracias por venir hasta acá, cualquier duda o consulta llámame, que yo hare lo mismo para estar al tanto de todo".

"Bueno supongo que eso fue un gracias por venir, nos vemos luego" sonrío Mayor divertido, sin dejar de mirar a Camila, quien sentía cierta incomodidad, no porque el hombre fuese desagradable; sino porque estaba en casa de su recién fallecido marido y era halagada por el joven abogado delante de su "hijastra", algo realmente fuera de lugar.

El hombre se despidió amablemente de ambas, retirándose rápidamente de la mansión.

Camila vio por unos segundos a Lauren: "Eso fue realmente incomodo"

"Así es Mayor, no pierde la oportunidad de usar sus tácticas de conquistador, simplemente mantenlo a raya, es inofensivo, a menos que te interese seguirle el juego" dijo Lauren mientras miraba fijamente a Camila.

"Para nada, por ahora y por un largo tiempo mis prioridades son Lily y empezar en esta ciudad un negocio junto con Dinah".

"Vaya, pensé que solo te dedicarías a vivir de tus rentas" dijo Lauren de forma irónica.

"Soy una persona que esta acostumbrada a trabajar desde joven, el que ahora tenga dinero, no significa que me voy a tirar en una hamaca a ver la vida pasar, tengo aspiraciones y sueños por cumplir"

Esa respuesta no se la esperaba Lauren, y muy dentro de ella debía reconocer que Camila le había dado cachetada con guante blanco, era irónico siempre que alguien la desafiaba o contradecía despertaba su cólera, pero esta vez se podría decir que hasta sintió cierta satisfacción de que la bella morena la hubiese puesto en su lugar.

"Mira Lauren se que tu no puedes verme ni en pintura, pero créeme, yo solo quiero llevar la fiesta en paz, estoy aquí porque deseo que Lily conviva con ustedes, quiero que tenga una familia, que la disfrute, no quiero que el día de mañana me reproche no haberla acercado a sus hermanas" dijo con toda la sinceridad del mundo Camila.

Esas palabras retumbaron en la mente de Lauren, "llevar la fiesta en paz", eso equivalía a convivir y con la convivencia llega la confianza, cuando confías bajas la guardia, entonces....eso era...la misma Camila le acababa de dar el arma perfecta para destruirla.

Sin percatarse de ello la morena había plantado una idea que suponía el nacimiento de un maquiavélico plan para despojarla de lo que John le había heredado, ese patrimonio que Lauren consideraba que le pertenecía por derecho propio.

Lauren sonrío y dijo en un tono pacificador "Esta bien hagamos una especie de tregua, llevemos la fiesta en paz, todo sea por Lily", "Además debo reconocer que me he mostrado muy distante con ella, prometo que estos días en casa las cosas serán muy distintas, al fin de cuentas llevamos la misma sangre"

Camila solo escuchaba a Lauren y no daba crédito, ingenuamente pensaba que sus palabras la habían hecho recapacitar y que la mayor de las Jáuregui estaba dando su brazo a torcer, lejos estaba de sospechar la telaraña que la mujer de ojos esmeralda estaba tejiendo a su alrededor, lo que Lauren tampoco sabia era que ella misma terminaría enredada en su propia maraña de mentiras, pero tiempo al tiempo.


Imperio (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora