Una dura lección

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Lauren trataba de asimilar todo lo que Camila había dicho, las lágrimas comenzaron a rodar por su cara, una mezcla de sentimientos le invadía, de pronto se sintió el ser más miserable sobre la tierra, el más mezquino.

"Camila, eres maravillosa" decía mientras besaba fervorosamente las pequeñas y delicadas manos de la morena.

"¿Porque no me lo dijiste antes?".

El rostro de Camila cambio, se volvió frio y secamente respondió: "Aquella vez en la piscina bien te lo dije, que hacías juicios adelantados sobre mi persona".

"En cambio yo, si que tuve que quitarme la venda de los ojos para ver hasta donde eres capaz de llegar por tu ambición".

Sus palabras dejaron helada a Lauren: "¿De qué estas hablando?".

Camila se levanto de la cama se dirigió a buscar algo en su cartera, de donde saco una hoja de papel doblado: "Es momento de darte el tercer regalo", "Toma" dijo y entrego el papel a Lauren.

Lauren estaba totalmente descolocada, sin embargo lo agarro, procedió a desdoblarlo y comenzó a leer su contenido.

Su voz se diluyo: "¿Que significa esto?, no estoy entendiendo".

Camila permaneció de pie aun desnuda: "Estoy cumpliendo tu mayor deseo Lauren, te estoy devolviendo lo que según tu, te robe".

"Obviamente esa hoja es una copia del original, pero no te preocupes puedes ir con el notario con el que realice el tramite y listo, tendrás de vuelta lo que te corresponde, pero de antemano te advierto que no me iré de la mansión no por mi, sino por Lily".

A Lauren le cambio la cara, se veía pálida, en vano intento decir algo coherente: "Camila, yo..."

Camila saco su peor lado, se empezó a mostrar hiriente: "¿Qué creías Lauren, que no me enteraría de tus planes?; ese día que te escuche discutir con Mayor, lo supe todo, se me cayo la venda de los ojos, desde entonces se de lo que eres capaz, pero ahora ya ves, no es necesario que sigas fingiendo, ya no necesitas endulzarme el oído, ni decir que me amas, cuando tu no tienes corazón, lo único que te mueve es el poder, vives y destruyes con tal de tenerlo".

Lauren suplico desesperada: "Camila, por favor, solo dame la oportunidad de defenderme, es verdad lo que escuchaste ese día entre Mayor y yo, pero todo fue producto de mis estúpidos celos, creí que me estabas engañando con Shara, pero fue ella misma quien me saco del error, reaccione queriendo dañarte, pero juro que en cuanto supe que la habías rechazado, no moví un dedo en tu contra".

Camila se lleno de rencor, para ella Lauren solo trataba de buscar una salida fácil, así que en un arranque de ira, la abofeteo: "Y piensas que voy a creerte, no pienso volver a confiar en ti, maldigo el momento en que te deje entrar en mi corazón".

La cara de Lauren estaba enrojecida, su mirada era un pozo infinito de tristeza:

"Tal vez no creas en mis palabras, pero mi cuerpo no miente, que acaso no lo sentiste vibrar y estremecerse por tus caricias, no puedes negar que lo que paso entre nosotros fue sencillamente maravilloso".

Una sonrisa maquiavélica se dibujo en el bello rostro de la morena: "Si, lo reconozco, esta noche ha sido absolutamente perfecta, me alegro que la disfrutaras tanto, porque escúchame; primera y última vez que me tendrás en tu cama, se acabo Lauren; de ahora en adelante no me busques y hablaremos estrictamente lo necesario".

Camila busco rápidamente su ropa, se la coloco, se acomodo un tanto el pelo y salio disparada, abandonando la habitación que hasta hace pocos minutos era un espacio lleno de amor y pasión, ahora en el, solo quedaba Lauren desolada prácticamente ahogándose en sus propias lagrimas.

Cuando herimos o lastimamos a alguien, no reparamos que en el fondo tal vez somos nosotros mismos quien más nos dañamos al caer presas de malos sentimientos, nuestras acciones tarde que temprano traen consecuencias y nos pasan factura, unos lo llaman "Ley del bumerang" otros simplemente "Karma".


Imperio (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora