De pronto flash

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La ida al cine fue diversión pura, si bien la película estaba orientada al público infantil, ninguna de las tres mujeres paro de reír y porque no, de soltar una que otra lagrimita en los momentos dramáticos, todo esto al compás de palomitas y bebidas gaseosas, Lily por su parte aplaudía y celebrara cada acción del tierno mapache, al salir de la función Leigthon le compro a Lily un Rococó de peluche, haciendo las delicias de todas.

La ida al cine fue diversión pura, si bien la película estaba orientada al público infantil, ninguna de las tres mujeres paro de reír y porque no, de soltar una que otra lagrimita en los momentos dramáticos, todo esto al compás de palomitas y bebi...

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"Yo también quiero uno" dijo Dinah mientras hacia pucheros.

"Por Dios Dinah tienes 24 años" Camila la regaño mientras rodaba los ojos.

"Como has sido una buena niña, por supuesto tu también tendrás tu Rococó" sonrío una complaciente Leigthon

"¡Gracias Ley!" exclamo con una enorme sonrisa Dinah tomando al peluche entre sus brazos.

Durante el trayecto de regreso a la casa el sueño venció a Lily quien aun dormida no soltaba a su nuevo amigo de peluche; así que en cuanto llegaron a la mansión, Dinah la llevo directo al cuarto de Camila.

Ese momento a solas con la morena era el que había estado esperando Leigthon.

"Camila, acompáñame a la biblioteca por favor" dijo en un tono serio.

Camila siguió a la joven, era más que evidente que la chica quería hablar sin interrupciones.

"Hay tantas preguntas que quiero hacer, que no se por donde empezar"

"¿Como conociste a mi padre?", "¿Porque nunca te menciono o te presento con nosotros?", "¿Como es que tuvo una hija contigo y nos lo oculto?".

Camila tomo un pequeño respiro, se armo de valor y entonces empezó a hablar.

Al finalizar la confesión de Camila, Leigthon era un autentico mar de lagrimas, estaba totalmente trastocada por la confesión de la morena, se acerco y abrazo a la chica, fue un abrazo fraternal y sincero.

"Camila, de verdad eres una mujer maravillosa, no tengo como agradecerte todo lo que hiciste por mi padre y como has cuidado de Lily" dijo la chica conmovida por todo lo que había escuchado.

"Solo te pido que esta conversación no salga de este lugar, aun no quiero que Lauren lo sepa" le pidió la morena, mientras Leigthon solo asintió con la cabeza en signo de aceptación a su solicitud.

"Tu te has portado tan amable, que sentí que debía ser sincera contigo, agradezco tanto la forma en que te has comportado con Lily, con Dinah y conmigo, se que de una u otra forma hemos venido a invadir tu vida, tú espacio, pero tu has sido comprensiva, y sobre todo cariñosa con Lily, en verdad te estoy muy agradecida"

"Camila créeme que mas que venir a invadir esta casa, las tres le están inyectando vida, hace tanto que no me sentía como en familia, porque al final de cuentas eso somos, familia" Leigthon correspondió amorosamente al abrazo de Camila.

En ese momento los ojos de la morena se volvieron a llenar de lágrimas al escuchar las sinceras palabras de la chica.

"Que emocionales nos hemos puesto" bromeo Leigthon para aligerar el momento mientras ambas limpiaban su lagrimas

"Porque no vamos al área de la piscina ahí podemos despejarnos un poco, y disfrutar la noche, dile a Dinah que se nos una, mientras me cambio rápido y llevo unas bebidas"

"Por supuesto, seguramente Lily esta durmiendo así que aprovecharemos, yo también me pondré mas cómoda, nos vemos en la piscina"

Minutos después las tres mujeres departían alrededor de la piscina.

"Y dime Camila, ¿Que te gusta hacer, a que te dedicas?" pregunto intrigada Leigthon ya que no conocía absolutamente nada sobre las aficiones de la morena.

"Soy diseñadora de joyas"

"Ohh que cool", "En cambio yo estoy estudiando Finanzas, así o mas aburrida".

"Aunque he de decirte que si bien he dejado de lado por un tiempo mi profesión, pronto la retomare con nuevos brios"

"De de echo tenemos planes de montar un negocio aquí en Belafont", la secundo Dinah.

"Ustedes por lo visto son como una especie de mosqueteros" sonrío Leigthon.

"Siiii, y estamos buscando el tercer mosquetero, ¿estas interesada en el puesto?" bromeo Dinah mientras disfrutaba su bebida favorita.

"¿Porqué no?", "Claro que me interesa unirme a este selecto club" guiñó un ojo traviesamente Leigthon.

"Diablos olvide traer más hielo" recordó la picara chica.

"No te preocupes, yo voy a la cocina por el" se comidió Camila

"¡Que día!, estoy muerta" exclamaba una agotada Lauren Jauregui al llegar a su casa, a paso veloz se dirigió a la cocina para buscar algún aperitivo y una bebida. La jornada del día había sido ardua, ahora solo deseaba cenar algo ligero e irse a descansar.

Lauren entro tan intempestivamente que no se percato que en ese preciso momento Camila estaba saliendo de la cocina, fue cuestión de segundos, el choque fue inevitable, ambas cayeron estrepitosamente, al mismo tiempo que el bowl que contenía el hielo salio disparado, esparciendo su contenido por todo el cuarto.

Camila solo sintió como retumbaba su cabeza al golpearse con el piso, cerró los ojos como si al hacerlo el dolor se amortiguara, después solo sintió "algo" o "alguien" caer sobre su cuerpo.

"Mierda" escucho decir la morena, mientras poco a poco abría los ojos, y al lograr enfocar vio unos ojos verdes mirándola, "¿Estás bien?" pregunto la dueña de los ojos esmeralda.

En ese instante supo que era Lauren Jauregui, si la mismísima había tenido un encontronazo con ella, ahora ambas estaban botadas ahí en el suelo de la cocina, solo que ella había llevado la peor parte.

"¿Estás bien?" volvió a preguntar Lauren, aun encima de Camila, la cual se trato de incorporar para quedar a escasos centímetros de ella.

"Si, estoy bien" dijo mientras se tomaba la cabeza y la revisaba, "Solo creo que se me hará un chichón".

Y al levantar la cara, vio el rostro de Lauren esbozar una leve sonrisa, en ese momento, en ese pequeño momento sintió una energía que atravesaba su cuerpo como si fuera una especie de corriente eléctrica, podría jurar que estaba temblando ante la mirada de esa mujer.

Lauren logro incorporarse, le ofreció su mano para que se levantara, eso fue mágico para Camila, el sentir su piel tan fina, tan suave era como viajar en un mar de hermosas sensaciones.

Por su parte Lauren trataba de disimular pero su corazón se acelero, sintió una descarga de energía al contacto con Camila, eso jamás le había ocurrido con alguien mas, eso le hizo sentirse vulnerable y para sus planes no era nada bueno, no era bueno pero se sentía tan bien.

Por unos segundos, ambas se miraron a los ojos, cada una se perdió en las pupilas de la otra, pareciera que no existiera nada ni nadie a su alredor solo ellas dos. Una eternidad envuelta en una mirada.

Es increíble la cantidad de veces que las personas buscan el amor, sin pensar que este puede llegar y plantarse donde menos se le espera y con la persona aparentemente menos conveniente.

Imperio (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora