La gasolinera

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Ana C.

Salimos de la cabaña nada más despertarnos, ya que los furnantes podrían escaparse en cualquier momento.
- Se nos acaban las provisiones.- dije- tendremos que encontrar comida y agua o en dos o tres días nos moriremos de hambre.
- Mirad, una gasolinera. Miremos a ver si queda algo.- dijo Ángela mientras señalaba una gasolinera arruinada.
Al llegar, Carmen y Kike entraron a ver si había algún furnante. Salieron manchados de sangre, eso quería decir que habrían matado alguno.
- ¿Cuántos había?- les preguntó Eva.
- Dos, seguramente antes eran los dueños de la gasolinera.- aseguró Kike- Ya podemos entrar a buscar comida.
Entramos y empezamos a buscar entre las neveras rotas y los estantes destrozados. Solo encontramos unas pocas latas de sardinas y cuatro botellas de agua grandes de dos litros.
- ¿Y como cargamos esto? Es demasiado peso para una mochila que tenemos.- pensó Carmen en voz alta.
- ¡Tengo una idea!- gritó Eva señalando un coche.
- Pero si no sabemos conducir Eva...- se rió Kike.
Entonces Laura soltó un gemido.
- ¡Laura! ¡Laura!- Kike salió corriendo hacia ella- ¡Laura!
Nos sentamos alrededor suya y abrió los ojos.
- ¿Donde estoy? ¿Quiénes sois?- dijo Laura aturdida
- Soy yo Kike, ¿te encuentras bien?
- Más o menos, ¿qué ha pasado?
- Es una historia muy larga, te la contaremos después, pero antes te quiero preguntar una cosa: ¿Sabes conducir?
- Nunca he dado clases de conducir, pero mi padre era mecánico, creo que sabría conducir. No muy bien pero sabría. ¿Porqué lo dices?
Kike señaló el coche que señaló antes Eva, y después las provisiones. Laura comprendió el plan.
- La policía nos va a multar...- comentó Laura preocupada.
- No lo hará, porque no hay policía- le contesté melancólicamente.
- ¡¿Qué?!- gritó Laura.
- Después te lo explicaremos, tú solo prepárate porque nos vamos.- le calmé.
Ayudamos a Laura a levantarse, cogimos las provisiones y nos dirigimos hacia el coche
Nos metimos todos dentro del vehículo y depositamos la mochila y la comida en el maletero.
Laura arrancó el coche y empezamos a movernos marcha atrás.
- ¿Hacia donde vamos?- preguntó Carmen.
- Hacia el sur.  Se acerca el invierno y cuánto más al sur más calor hace. Buscaremos cualquier pueblo y estableceremos allí nuestra vivienda.- dijo Carmen.
FIN DEL CAPÍTULO 8



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