La fiesta

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Ana C.

-¿Cuánto tardarán Kike y Ángela en llegar?- pensé.
De repente, escucho el sonido de un coche, en el que viene Kike.
-¿Y Ángela?- Dijo Kike en tono preocupado.
- No idea, habrá que esperarla.- Dije sarcásticamente.
- Ana, ¿has traído comida para la fiesta?
- Ups, se me olvidó.- Comenté riéndome.

-¡Eh, esa es Angela!- Gritó Kike mientras saludaba.
Ángela venía andando, con dos bolsas en las manos.
- Hola, ¿has traído comida?- Me preguntó Ángela intrigada.
- Yo...- Balbuceaba mientras intentaba buscar una excusa- Es que...
- Toma anda, que te conozco.
Ángela me dió una de las bolsas de comida.
- ¿Para mí?- Dudé un poco- ¡Gracias!
- Si es que te conozco- dijo riéndose.

Al llegar a la casa de David, nos encontramos a Eva, que estaba sentada en una tumbona.
- Eva, ¿por qué estás aquí en vez de con los demás?- le pregunté con curiosidad.
- Porque son tontos, se han puesto a tomar cervezas del padre de David.
- ¿Qué?
- Que están bebiendo.- Aclaró Eva
- Anda Eva, vámonos de aquí y vamos a otra parte.- Dijo Kike decidido
- Vale.
Eva se levantó, para irse con nosotros. Emprendimos la marcha, hasta que escuchamos un grito.
Kike y Ángela fueron corriendo a la casa para ver que estaba pasando y Eva y yo los seguimos. Al entrar, David estaba tirado en el suelo, aunque más que David, era una silueta alargada.
Abrí paso entre la gente y vi a David, pero no el de siempre. Un David de color negro, además era como un metro más alto.
- ¿Qué está pasando?- pregunté.
- Que estábamos bebiendo, y David no tenía muy buena cara. De repente se cayó al suelo y todos fuimos a verle.- Explicó Raúl.
-A ver si lo he entendido:
1: Estabais bebiendo. ¿Qué hacíais bebiendo?
2: David tenía mala cara. ¿Por qué?
- ¡Apartaos todos!- Exclamó Kike- ¡Tiene la furnocleinosis!
- ¿De qué hablas?- se rió Marcos.- ¿Te estás quedando con nosotros?
Entonces unos tentáculos empezaron a salir de la boca de ese David negro y de 3 metros de alto. Se acercaron a Víctor, que estaba despistado y le dieron un latigazo en la parte del pecho que se encuentra el corazón.
Víctor empezó a sangrar mucho hasta que se desmayó.
- ¡Corred!- Gritó Kike- ¡Vamos, corred!
Todos empezaron a correr y "David"
(Era irreconocible) empezó a caminar tambaleándose.
Antes de un parpadeo, Víctor también se volvió negro y alto, con los ojos rojos inyectados en sangre.
-¡Ana! ¡Ana!- Gritaba Ángela- ¡Vamos!
Salí corriendo con ella, Kike y Eva. Lo último que vi fue al "Víctor" con furnocleinosis dándole un latigazo en el corazón a Raúl.

FIN DEL CAPÍTULO 3

5.000.000.000 de vidas inocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora