Emboscada

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Kike

- ¡Kike! ¡Kike!- grita alguien mientras pega porrazos en la puerta- ¿Estás despierto?
- No sé, ¿Tú qué crees?- grité e hice una pausa. Para de aporrear la puerta que no hay más. Ayúdame a levantarme.
Ana entra por la puerta con cara de no haber pegado ojo por la noche.
- ¿No has dormido nada?- le pregunté.
- Sí, al principio. En mitad de la noche Laura pegó un grito y subí a ver qué pasaba.
- ¿Qué ha pasado?
- Ángela ha desaparecido.- tartamudeó.
- ¡¿Qué?!
- Como lo oyes... 
- Esto se nos va de las manos. Algo está pasando y hay que ver quién o qué es el o la culpable. 
- Pero Jacob no nos deja abrir la valla.
- Ya se me ocurrirá algo, ahora no tengo ganas de pensar. ¿Me ayudas a levantarme?
- Vale.
Ana me estrechó la mano y yo se la agarré. Tiró de mi y un dolor molesto se extendió por mi pierna.
- ¡Ah!- gemí.
- ¿Estás bien?- Me preguntó Ana.
- Si, si... ¿Tenemos gasas nuevas?
- Si en el baño hay más, ¿por?
- Estás están llenas de sangre.
- Vamos, te acompaño hasta el baño.
Salimos de mi habitación y bajamos al baño. Me puse las gasas nuevas y salí al salón.
Carmen estaba allí, en el salón, observando la tele apagada.
-Ángela... ha desaparecido.
- Ya, me lo ha contado Ana.
De repente, una lágrima le recorrió la mejilla.
- No puedo perder a más gente. Mi cupo se llenó con la muerte de Eva. Ahora Ángela. ¿Quién va a ser el siguiente? ¿Tú? ¿Ana? ¿Laura? Sois lo único que me queda en este mundo de masacre y si hace falta mataré por vosotros. Sobretodo al responsable de todo esto de los furnantes.
- No creo que alguien sea el responsable de un virus alien... Si quieres, podemos hacer una cosa para que te sentirnos mejor.
- ¿Qué?
- Busquemos a Ángela. Ha desaparecido, pero eso no significa que esté muerta. La conozco y sé que sabe cuidar de si misma.
- ¿Tú sabes que Jacob no nos deja cruzar la muralla?
- ¿Sabes por donde me lo paso? Lo único que sé es que Ángela es mi amiga y a Jacob y su banda de matones los hemos conocido hace nada.
- ¿Y cómo lo hacemos?
- Ya se me ocurrirá un plan. Además, el disparo ya está mejorando. Solo noto un dolor molesto cuando me levanto.
El sonido de un puño golpeando a la puerta interrumpe nuestra conversación. Me levanté y fui corriendo a la entrada y miré por la mirilla. Era un hombre calvo con una Walter en la mano y un cuchillo metido en el cinturón.
- ¡Abrid la puerta coño!- gritó el hombre con una voz muy grave.
No tenía pinta de tener buenas intenciones.
- ¡Sé que hay gente aquí!
Miré a Laura y Ana bajaron sin hacer ruido por las escaleras.
- Pásame el pico- le susurré a Laura
Laura agarró el pico que había tirado y lo deslizó por el suelo.
Lo cogí y les dije a las demás que no atacaran y que actuasen normal.
Abrí la puerta y me escondí en un armario de la cocina.
- Hola, soy Mike. Si querés que esto vaya rápido hacedme caso.
- ¿Que quieres de nosotros?
- Me vais a dar todas las armas y víveres que tengáis. Luego os mataré.
Si me hacéis caso, vuestra muerte no será dolorosa.
Un escalofrío me recorrió el cuerpo.
- Está bien.- dijo Carmen.
- En la planta de arriba guardamos las armas, acompañame.
Carmen empezó a subir por las escaleras y Mike le acompañó.
Cuando vi que Mike desapareció en la planta de arriba, salí del armario.
- ¿Qué vas ha hacer con el pico?- preguntó Ana.
- Matarlo. ¿Qué voy ha hacer sino?
Subí las escaleras intentando no hacer ruido.
Mike estaba registrando mi cuarto.
Cuando se agachó para registrar un cajón miré a Carmen y ella me indicó con la cabeza que ese era el momento.
Entré corriendo y le clavé el pico en la cabeza.
FIN DEL CAPÍTULO 13


5.000.000.000 de vidas inocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora