La alianza

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Ángela

Salimos del callejón observando las calles destrozadas. Fuego, sangre, ventanas rotas y sobretodo, furnantes que íbamos esquivando.
- ¿Como ha podido ocurrir todo esto en tan poco tiempo?- preguntó Ana.
- La enfermedad no comenzó solo en la casa de David, porque había más monstruos de esos por la calle, que iban destrozando. Entre ellos y la gente que se volvía loca, esto se convirtió en un caos a las tres
horas.- explicó Carmen.
- Furnantes- dijo Kike entre dientes- estaría mejor ponerles un nombre.
- Me parece bien.- dije.
-  ¿como llegaste a vernos y a salvarnos?- preguntó Eva.
- Antes de comenzar todo, yo estaba en mi casa viendo teen wolf con mis padres, ya que estaban enfermos, aunque no sabía que era furnocleinosis.- aclaró- entonces mis padres comenzaron a transformarse y yo fui corriendo a llamar al médico. Al llamar, me saltaba el contestador, así que lo dejé e intenté ayudar a mis padres. Al final de la transformación, a mis padres les empezaron a salir tentáculos de la boca.
Yo estaba asustada y empecé a llorar. Mi hermano pequeño vino a ver que pasaba y le dije que se alejara, pero no me hizo caso. Uno de los tentáculos se acercó a él y le dió un latigazo en el pecho. Mi hermano empezó a sangrar hasta desmayarse.
A los tres o cuatro minutos ya se había transformado. Los tres se levantaron y fueron a por mi. Salí corriendo y me encerré en el cuarto de mis padres, aunque la puerta no duraría mucho.
Abrí el armario para ver fotos de nuestra familia antes de morir, pero en vez de eso, me encontré la catana con la que cortaron mis padres la tarta de boda. Abrí la puerta y se la inqué a los tres en la cabeza. Cayeron al suelo y salí de la casa.
Al salir todo estaba destrozado y había muchos furnantes caminando por la calle. Pasé desapercibida por los callejones hasta que os encontré a vosotros.
- Siento lo de tus padres- dijo Kike.
- Eso da igual, creo que lo importante ahora es buscar alimento y refugiarnos.- comentó Carmen.
- ¿Y nuestras familias?- pregunté.
- Habrán muerto, después de esto, poca gente ha quedado viva.- explicó Ana.
- ¿Creéis que el gobierno puede haber caído?- dudó Eva.
- No se, lo más probable es que sí, no hay ningún helicóptero o avión de patrulla que haya venido a parar este descontrol.- dijo Carmen
- Pues tendremos que sobrevivir. Carmen, ¿te unes a nosotros?- pregunté
-  Vale. Vayamos a buscar refugio.
Cuando Carmen terminó de pronunciar la última palabra, 4 personas se acercaban a lo lejos.
Nosotros nos escondimos en otro callejón y nos quedamos observando. Una de aquellas personas era más alta de lo normal, entonces me di cuenta de que era un furnante.
El furnante mató a las otras tres personas que se transformaron a los tres minutos.
Empezaron a acercarse hacia nosotros y Carmen sacó su catana.
Yo cogí un tono de metal que había en la basura y Kike, Ana y Eva cogieron piedras.
Cuando ya estaban delante nuestra empezamos a atacarles. Los tres cayeron y salimos del callejón.
- ¿Así será nuestra vida a partir de ahora?- preguntó Kike.
- Sí, así que más vale que busquemos armas.- comentó Carmen.
FIN DEL CAPÍTULO 5

5.000.000.000 de vidas inocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora