CAPÍTULO 1 | MAYA

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Los polos opuestos se atraen,

los iguales, se rechazan.

TRES MESES ANTES

Mis nudillos están completamente blancos por la presión que ejerzo al apretar los puños. Las gotas de sudor se acumulan en mi frente, y golpeo una vez más el material duro y firme. Mi respiración es agitada pero me obligo a seguir, tengo que seguir...

Mi torrente sanguíneo literalmente estalla en adrenalina. Mi corazón late desbocado y mis músculos queman; pero aun así, me digo a mí misma que soy lo suficientemente fuerte para continuar.

—Maya, vas a destruir el pobre saco —bromea Anabelle.

—Dios, apenas llevo cuarenta minutos aquí, y siento que no puedo más. Soy una pequeña chillona.

— ¡La última vez aguantaste veintidós!, has mejorado —dice, dándome aliento—, pero ve a bañarte, mi madre quiere vernos.

—De acuerdo, pero tú y yo tendremos una pelea luego —siseo vacilante y le sonrío.

—Voy a ganarte Maya, aún te falta un poco más de fuerza. Es mejor que vayas de a pocos, ahora concéntrate en mamá, ella se encuentra muy orgullosa de ti.

No puedo evitar sonreír aliviada, desde hace siete meses me esfuerzo para esto. He mejorado mucho en cuanto a mi precisión y reflejos. No me he atrevido a dispararle a alguien; pero, sin embargo, estoy preparada para cuando llegue el momento. No puedo evitar sentirme bien por cubrir las expectativas sobre mi desempeño en este último tiempo.

Me dirijo a mi habitación completamente agotada y me apresuro en la ducha. Después de hacer mis necesidades primarias lavo mis manos, luego mis dientes, y finalmente me coloco un pantalón de latex negro, un top del mismo color, y la chaqueta cliché de una chica mala. No me molesta tener el aspecto de una chica mala y su toque cliché, toda esta mierda de vida es cliché.

Sin esperar más me pongo los botines altos y salgo de mi cuarto. Llevo el cabello totalmente húmedo y suelto. Espero que a Anne-Lise no le moleste mi estilo descuidado, ella suele ser algo estricta.

De camino a la habitación de la señora, me encuentro con Ana.

—Mamá se encuentra muy mal... Sus doctores dicen que no pasará la noche —rompe el silencio, con un pequeño sollozo.

—Lo siento mucho Ana...

— ¿Cómo se supone que debo prepararme para esto? —se detiene en medio de pasillo—, hace poco todos nosotros volvimos de México, y mamá estaba contenta por lo bien que nos fue ahí con los nuevos proveedores—limpia sus lágrimas con el dorso de su mano—. Ahora tengo que asimilar la razón por la que volvimos..., ella sabía que moriría, y quería despedirse aquí.

—Tienes que ser fuerte, Anabelle —pongo una mano en su hombro—. Recuerda que eres su única heredera, sabes perfectamente que Anne-Lise no cuenta con tu hermana para nada. No quiero recargar tu preocupación pero, es mejor que te vayas preparando. La vida de todos nosotros depende de ti, y regresamos de México porque sabemos que no vas a destruirnos.

—No te preocupes, Maya. Perder a mi madre dolerá, pero no voy a defraudarla. El Búnker Rosa ganará más trayectoria.

Una sonrisa triste se dibuja en su rostro. Sé que ella es lo suficientemente fuerte como seguir, pero también sé que a veces se desmorona muy rápido.

(...)

—Confío mucho en ustedes —espeta Anne-Lise, agarrando nuestras manos.

—Agradecemos eso, señora —replico, besándole la mejilla—. Gracias por salvarme.

Trust me (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora