Capítulo 14 | ¿Estás loco?

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Cuatro días ya habían pasado y cero noticias del rubio. El día en el que ____ volvió a la agencia la conmoción fue enorme, el hecho de que apenas haya querido tomar un descanso la hacía una heroína para muchos de los que estaban ahí.

El último intento de Max por acercarse fue el primer día y la chica solo le indicó alejarse. Por más cruel que fuera ella estaba haciendo lo mejor y lo que sentía correcto.

Aún que ____ se mantuviera ocupada todo el tiempo, casi cada segundo de sus días, saliendo lo más tarde que podía, apenas podía dejar de pensar en el rubio, cada papel, cada caso, cada cosa que veía en su trabajo era él. El ser la encargada del maldito caso no le hacía bien y maldecía el día que quiso seguir su trabajo sin un descanso.

Mentir ya se le había hecho costumbre estos días. Y en su mente y corazón le era normal y lo más indicado.

-¿Estás segura que no recuerdas su cara? –Le preguntó su jefe, el encargado ahora del secuestro de ____.

____ cerró los ojos y el rostro de Justin, por la mañana, su sonrisa y sus caricias no tardaron el aparecer. Su corazón se rompió y solo deseo estar en sus brazos. Maldita sea ya estaba confirmado, le gustaba. –No. –Susurró la morena y abrió los ojos.

-¿____, Te sientes bien?

-SI, no te preocupes, estoy bien, solo que intento forzar mi memoria, pero nada sale. Frustrante, es frustrante. –Le dice la morena a su jefe y la mirada de lastima que cruza sus ojos hace notar que se ha creído la mentira de ____. Ella solo sonríe, feliz por quitar a Justin del camino.

____ miró fijamente su puerta y ventana, pensando por donde sería su mejor escapatoria.

Debía salir de ahí, no sería capaz de mentir una vez más para poder salvar al chico.

Bueno… si sería capaz, pero no se sentía bien hacerlo.

Luego de mirar varias veces más se golpeo mentalmente. - ¿Cómo puedo ser tan estúpida? –Se dijo a si misma y cerró su portatil para luego pener los codos sobre su escritorio y taparse el rostro con sus manos y suspirar pesadamente.

“Maldito infeliz, idiota, tan malditamente bueno para el sexo, que me encanta” Pensó, ya no se lo negaba en absoluto, ya no le importaba si alguien pudiera saber que el chico le gustaba, solo quería decirle a él cuanto le gustaba. Cuan jodidamente le atraía.

Cerró los ojos una vez más y la perfecta imagen de un Justin sonriendo vino a si mente y no se contuvo de disfrutarla. De su rostro hermoso, sus perfectos musculos, sus manos asperas y suaves a la vez… su sonrisa, su mirada, su semblante serio y enojado. Oh, cuanto le encantaba su semblante dominante y serio. Serio y hermoso.

Se dejó caer en su silla giratoria, con los ojos aún cerrados y giró una vez, relajandose en su puesto. Luego de la lenta y peresosa vuelta que dio en su silla, volvió a quedarse quieta frente a su escritorio y abrió los ojos.

Dio un respingo cuando vio una figura larga y musculosa en su oficina. A estas horas de la noche, las horas extras que tomaba, solo con la pequeña luz de su escritorio, todo estaba en penumbras y no lograba distinguir las figuras.

-  Hola, nena. –Dijo un voz gruesa y masculiana. La cara de miedo y sorpresa de ____ cambió a una llena de felicidad y de una gran sonrisa.

- Hola, Justin. –Habló ella esta vez y sonrió aún más ámplio… si es que eso era posible.

- ¿Cómo has estado? –Preguntó el rubio y caminó hacia ella en la oscuridad, aún que ella no lo pudiera ver bien sentía la sonrisa en su rostro.

- No muy bien que digamos. –Confesó, pero se arrepintió de inmediato de haber dicho eso. -¿Y tú?

-Yo tampoco he estado muy bien. –Dijo haciendo una mueca que ____ pudo ver cuando el se paró a su lado y apagó la luz de la mesa.

- ¿Eso es malo? Digo… yo… yo tengo mis razones… ¿Por qué estás mal? –Le dijo ___ un poco nerviosa y se golepo otra vez por hacerlo notar en su voz.

-Por que… He decidido que lo mejor es entregarme a la policía, luego de todo lo que hice, quisisera entregarme y hacerte el trabajo más fácil, al fin y al cabo estaría un poco más cerca de lo que quiero. –Confesó él y en la oscuridad, con solo la luz de la luna entrando por la ventana, lo que les permitía ver un poco, la miró a los ojos.

- ¡¿Qué?! –Gritó y se levantó de la silla, pero luego bajó el tono y deseó que los guardias nocturnos no la hubiesen escuchado. -¿Estás loco? –Le habló comenzando a caminar por la habitación, como si de una leona enjaulada se tratase. - Ya estubiste aquí por matar a alguien y te ha salvado tu abogado de estar mucho más tiempo, imaginate lo que te llevarás si confiesas que has secustrado a alguien y más si ese alguien es un agente de la ley. O sea yo. –Remarcó la palabra apuntandose con el dedo. –Te has vuelto completamente loco. –Le dijo a punto de estallar y alzó los brazos al aire. –Espera… -Se detubo en seco, mirando la pared en frent e de él. -¿Estar más cerca de lo que quieres? –Preguntó y algunos celos la recorrieron. ¿Qué? ¿Se había enamorado de alguna reclusa? Es imposible, la carcel el solo para hombres… ¿Él es gay?  -¿Quién es? –Habló y se cruzó de brazos, como si ellos fueran algún tipo de novios y estubiera pidiendo explicaciones. Bueno… las estába pidiendo.

-Am… una chica –Dijo él caminando más cerca de ella hasta ponerse en frente.

-¿Quién? –Dijo mirando a todos lados menos a él y golpeando un muñeco budú de él en su mente.

-¿Estás celosa, cariño? –Dijo él y una sonrisa se formó en sus labios. Oh, que bien se sentía que la mujer más hermosa y la mujer que más le atraía e importaba estubiera celosa.

- No… -Dijo y lo miró a los ojos. Cariño… Que bien se siente eso viniendo de él. – Oh, ya solo dime quién es.

-La chica más hermosa y perfecta que conosco, aún que es un poco temperamental… ah, al diablo aún así me encanta. –Dijo con firmeza Justin mirandola a los ojos.

-Ella sería… -Dijo y Justin sonrió, sabiendo que la chica solo quería escuchanlo salir de sus labios. Y estaba exacatamente en lo correcto

-Tú. - Y los ojos de ____ se abrieron a más no poder y dejó caer sus brazos a sus costados, rompiendo su barrera de contención con el cartel de “Aléjate” y colocando uno de “Bienvenido”.

-¿Yo? –Dijo y su estómago se llenó de mariposas. Oh, vámos, ya tienes 24 años.

-Si, tú. –Dijo él, y tomó la barbilla de ___ entre sus dedos y la acercó con su otra mano en su cintura. – No estaba jodiendo cuando te dije que me gustas, peciosa, no jodía en absolutamente nada.

____ Lo miró a los ojos a travez de la poca luz y sonrió como él lo estaba haciendo. Él la miró y supo que era exactamente lo que pasaba por la cabeza de ____.

Calor. Mucho, mucho, calor.

-Maldita sea, solo bésame. –Dijo Justin con voz profunda y ella no tardó en hacerlo, lanzando sus brazos sobre los hombros del rubio y unindo sus labios en un acalorado beso. 

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Espero les guste, las amo♥

-Carol

Imprisoned in your heart | Justin Bieber y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora