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ADVERTENCIA: Leve contenido erótico.

La boda de Hinata y Naruto había sido un total éxito, por lo que todos los que ayudaron con los preparativos, suspiraron con alivio

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La boda de Hinata y Naruto había sido un total éxito, por lo que todos los que ayudaron con los preparativos, suspiraron con alivio. No obstante, ese alivio para los miembros de la familia Hyuuga no duró demasiado, pues todavía quedaba preparar mi boda con Neji.

Los días transcurrieron rápidamente, y en un parpadeo, nuestra boda estaba por comenzar. Los invitados habían llegado, no eran demasiado, ya que, a diferencia de la boda de Hinata y Naruto, nosotros no habíamos invitado a toda la aldea. Ninguno estaba de acuerdo en que en nuestra boda estuvieran esas personas que todavía me miraban y hablaban con desprecio.

El patio trasero de la casa Hyuuga se había transformado en un escenario encantador, decorado con flores y luces que creaban un ambiente mágico.

—¿Estás lista? —preguntó Naruto, quien se encontraba apoyado en el marco de la puerta mientras me miraba con una sonrisa.

Debido a que yo no tenía a un familiar que me acompañara en este bonito momento, Naruto, quien había estado apoyándome desde aquel día en que Neji me trajo de regreso a la aldea, se ofreció para acompañarme y así no dejarme sola.

—Lo estoy —dije con una pequeña sonrisa mientras me levantaba y me acercaba a él—. Espero que no hagas nada tonto, Naruto.

—Eh, que esta vez no me tropezaré —dijo con un puchero mientras recordábamos como en su boda se tropezó y casi cayó al suelo en mitad de la ceremonia.

Ambos compartimos una pequeña risa antes de dirigirnos hacia el altar. Una vez fuera, observé el cielo y comencé a pensar en mi familia que ya no se encontraba conmigo.

«Mamá, Papá, hermano Shisui...»

Sonreí al recordar los rostros de mis seres queridos.

«Me voy a casar...»

Continué avanzando junto a Naruto, y una vez llegué, solté el brazo de Naruto y sostuve las manos de Neji. Nos miramos el uno al otro con cariño, recordando todos los momentos que habíamos compartido a lo largo de este tiempo.

El sacerdote que oficiaría la ceremonia nos dio la bienvenida y comenzó con las palabras tradicionales, mientras que Neji y yo continuábamos mirándonos con cariño.

—¿Hyuuga Neji, aceptas por esposa a Uchiha ____, en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, hasta que la muerte los separe? —preguntó el sacerdote, mirando fijamente a Neji.

—Sí, acepto —respondió Neji, mirándome con amor.

—Y tú, ____, ¿aceptas por esposo a Hyuuga Neji, en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, hasta que la muerte los separe? —preguntó el sacerdote, esta vez mirándome.

—Sí, acepto —respondí con felicidad.

Intercambiamos votos personales que resonaron con sinceridad y cariño. Los anillos fueron colocados en nuestros dedos, sellando nuestro compromiso.

—Ahora, con el poder que se me confiere, los declaro marido y mujer. Puedes besar a la novia.

Nos miramos durante un momento, compartiendo una sonrisa, antes de unirnos en un tierno y encantador beso. Los aplausos y vítores resonaron en el patio trasero, marcando el comienzo de una nueva etapa en nuestras vidas.

La celebración continuó, los invitados nos felicitaron y apoyaron nuestro amor. Entonces, mientras charlábamos, reíamos e incluso bailábamos, la noche llegó, por lo que Neji y yo nos retiramos de la celebración para tener nuestro momento a solas.

—¿Qué sucede? —preguntó Neji una vez llegamos a la habitación que Hinata había preparado para nosotros—. ¿Te sientes mal?

—No. Estoy bien —dije con una pequeña sonrisa mientras miraba la argolla en mi dedo anular—. Es solo que todavía no asimilo que todo esto haya sucedido.

Neji sonrió y me rodeó con sus brazos.

—Pienso igual. Todavía no asimilo que me casé con la chica que siempre me gustó.

Nos besamos tiernamente, sumergiéndonos en la calidez de ese momento. Entre besos comenzamos a retroceder hasta llegar a la cama matrimonial, donde comenzamos poco a poco a deshacernos de nuestras ropas.

Neji comenzó a dejar un rastro de besos desde mi cuello hasta mi abdomen, donde se detuvo y me observó por un momento, apreciando cada parte de mi cuerpo desnudo. Él formó una pequeña sonrisa antes de comenzar a preparar mi parte íntima, para que así pudiera recibir a la suya con total calma.

Cuando finalmente terminó de dilatarme, sacó sus dedos de mi parte íntima y acomodó su miembro en mi entrada. Neji me susurró un suave «te amo» antes de comenzar a penetrarme. Las embestidas eran lentas y suaves, pero luego comenzaron a ser rápidas y placenteras.

Durante varios minutos, la habitación se llenó de nuestros suspiros. Entonces, cuando ambos llegamos al tan esperado clímax, nos acomodamos en la cama y nos miramos con dulzura.

—Mi amada esposa, te amaré por siempre —dijo Neji con una pequeña sonrisa.

—Mi amado esposo, te amaré por siempre —dije mientras me acurrucaba en su pecho.

Neji me abrazó suavemente antes de caer profundamente dormido. Este había sido un gran día para ambos. Un día que sin duda alguna nunca olvidaríamos.

 Un día que sin duda alguna nunca olvidaríamos

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YOU ARE MY DESTINY; Hyuuga Neji. [2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora