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Me asusté al ver a todos reunidos en a cocina, principalmente por la cara de seriedad de mi papá.- ¿Ya le llamaron a Taylor?.- Dijo mirando a mi mamá y después a mi hermana.

- Si dijo que ya venia para acá.- Todos se quedaron en silencio nuevamente.- ¿Te diste cuenta cuando se fue?.- Pregunto con seriedad  papá a mamá. Ni siquiera se habían dado cuenta de que yo estaba ahí.- Papi...- Dije parándome al lado de él.

-No, no me di cuenta. Tu tampoco te diste cuenta.- Dijo mi mamá con la voz quebrada.

Se escuchó la puerta de la entrada abrirse y cerrarse, seguido de unos pasos apresurados.-¿Ya la encontraron?.- Pregunto en cuanto llego a la cocina.

-No la policía ya comenzó a buscarla.- Dijo mi papá.

-¿A quien están buscando?.- Pregunté.

-¿Tú tampoco te diste cuenta a que hora se fue la niña?.- Le preguntó papá a mi hermano mayor, a lo que el negó con la cabeza. Mi papá suspiro y se rascó la nuca en señal de desesperación.

.- Escuchen bien lo que voy a decir. A todo conocido de Lea le van a preguntar por ella, todo lo que sepan, pero sin dar a conocer que esta desaparecida.- Exclamó papá.

Todos asintieron menos yo. Esto debe ser una locura. Esto debe ser una broma. Yo soy Lea, estoy aquí.- ¡Estoy aquí!.- Grite ya desesperada por esta tontería. Ninguno me volvió a ver, ni siquiera una risita de parte de mi hermano por su actuación. Nada...

Mi única reacción fue tomar uno de los vasos de vidrio y lanzarlo al suelo, todos voltearon sorprendidos al ver los pedazos del vaso que estaba en el suelo.

Mi madre comenzó a llorar desconsoladamente.- Esta muerta...- Dijo entre llantos.

-Cállate!.- Grito papá enojado.  

LeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora