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El viento de febrero hacia que mi cabello se levantara provocando que escalofríos recorrieran por mi cuello y espalda. Caminaba sin rumbo, solo viendo los carros pasar a gran velocidad junto a mi . Comenzaba a acostumbrarme a este frío que, inevitablemente recorría todo mi cuerpo.

Sin darme cuenta llegué a la calle donde vivía una de mis mejores amigas; Eleonor. Abrí la reja entrando al pequeño recibidor, dudé un poco pero al final toqué la puerta, una sombra por debajo de ésta me hizo saber que alguien se acercó y seguido de esto la puerta se abrió.- Eleonor...

Sacó un poco mas la cabeza, al no ver nada salió completamente se su casa y después volvió a entrar a ésta.

Sentí nuevamente esa presión en mi pecho  provocando que lágrimas comenzaran a brotar de mis ojos, salí corriendo de ahí sintiendo como el frío chocaba con mi rostro empapado de lágrimas. Llegue a una cuadra cerca de mi casa y los vecinos se encontraban fuera de sus casas murmurando cosas que no alcanzaba a escuchar, caminé lentamente hacia mi casa mirando una camioneta blanca que se encontraba fuera de donde yo vivía. La puerta de la entrada estaba abierta y había muchas personas adentro. Entré a mi casa y nadie se dio cuenta, solo un pequeño se dio cuenta de mi llegada.- Hola bebe gato.- Dije poniéndome en cuclillas para saludar a mi gato quien comenzó a ronronear cuando acaricie su pequeña cabeza.

Levanté la mirada y me di cuenta que dos hombres estaban haciendo preguntas a mi papá, otra mujer platicaba con mi hermana y anotaba algo en su libreta.- ¿Me mostrarías donde duerme tu hermana?.- Preguntó la mujer a mi hermana, ella asintió y se dirigió a mi habitación.

La mujer escribió en su libreta y comenzó a examinar todo lo que se encontraba en mi cuarto.- ¿Movieran cosas de su lugar?.- Volvió a preguntar la mujer.

- Mi mamá dijo que limpiara el cuarto de mi hermana cuando llegara. Ella piensa que se fue porque no le gusta que le ordenen que límpie.

La mujer hizo un gesto con la boca pero no dijo nada.

Caminé hacia mi cama y me senté en ésta, mi gato saltó y se echó a mi lado.-¿De quién es el gato?.- Preguntó por última vez la mujer.

-Es de mi hermana.- Respondió mi hermana que se encontraba recargada en el marco de la puerta.

Me recosté en mi cama al ver que mi hermana y la mujer salían de mi habitación. Cerré los ojos y un recuerdo se apoderó de mi cabeza.

Estaba caminando rumbo a mi casa, ya estaba un poco oscuro y escuché que alguien me llamaba por mi nombre. Giré para ver quien era y un golpe en la cara provocó que mi vista se nublara.

Abrí los ojos de golpe mirando las fotografías que tenia pegadas en el techo. Esas fotografías eran el recuerdo de los mejores momentos de mi vida. 

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