Tan cerca de la muerte POV: Andrew

5 2 0
                                    

-¿Eh...? - abro los ojos lentamente - ¿No estaba por morirme?, Nah, ya no importa, fue un sueño - me recosté de nuevo y traté de conciliar el sueño.

-No lo fue - escuché una voz muy suave, muy tierna, muy familiar. ¿Acaso es...?

-¿¡Leia!? - abrí los ojos de par en par. No podía creerlo. ¡Era ella!

-Hola, Andrew - sonrió tan tiernamente que lo primero que hice fue abrazarla tan fuertemente que quise llorar.

-¡No vuelvas a irte así, idiota! - le grité estaba molesto pero tan feliz, fue una mezcla de sentimientos que hicieron que rompiera a llorar.

Se rió - No lo haré más - también derramó lágrimas de felicidad.

Nos separamos después de un largo abrazo, nos miramos a los ojos y reímos sin parar por el aspecto tan ridículo pero tan lindo de nuestras caras al llorar.

Luego, ella se levantó y me tendió la mano para que me levantara también.

-Me alegro tanto de poder verte, Andrew, pero ahora mismo Len está en peligro.

-¿El señor está en peligro?@

-Sí, en este mismo momento está buscándote pero está malherido.

-¿¡Qué le pasó!? - empecé a preocuparme.

-No puedo decírtelo ahora, mi tiempo se está acabando - ladeo un poco su cabeza y miró hacia el suelo con tristeza - Como sea, ve a buscarlo, en estos momentos eres el único que puede salvarlo, por favor, hazlo rápido - un brillo muy intenso me impidió verla bien pero vi que comenzaba a desaparecer. Me asusté.

-¡No, espera! ¡No te vayas! - traté de sujetarla por el brazo pero no pude tocarla - ¡No te mueras! - ese último grito la dejó sin palabras, pero sólo sonrió.

Ella se acercó y acarició mi mejilla - No moriré, tontito - y se rió. Se acercó a mi y susurró a mi oído - No le digas que me viste, por favor.
Luego, desapareció sin dejar rastro.

Sentí que me derrumbaría pero inmediatamente recordé lo que me había mandado a hacer. Corrí hacia adelante, sin parar. No reconocía el lugar en dónde estaba, ya que "había muerto" en el desierto rocoso de la montaña. Eso era más bien un desierto arenoso con dunas muy grandes y a pocos kilómetros se veía la combinación de este con una hermosa y abundante pradera. Que combinación más extraña.

Seguí avanzando y divisé no muy lejos una ciudad desierta a la cual le llegaba bastante luz del sol y eso la hacía bella, pero cuando entrabas sentías el aire pesado, el olor a oxido de la sangre que te mareaba al instante, no podía ver nada debido a la espesa niebla que había, a pesar de que de lejos se veían los bellos reflejos de los espejos y ventanas con el brillo del sol, adentro no se podía ver nada. ¿Cómo era posible?. Sin embargo, ese olor a sangre me hizo sospechar de inmediato que en aquel tenebroso lugar estaría Len.

-¡Ya voy a ayudarle, Señor Len! - en cuanto dije eso, escuché un rugido aterrador que no parecía ser de algún ser humano, o de algún ser de la tierra. Tenía que encontrarlo rápido y salir de allí, sin ser descubiertos por ese monstruo.

Me adentré en la ciudad fantasma y caminé sin tratar de hacer ruido para que no me escuchara.

--------------------------------------------------

No podía creer lo que veían mis ojos... Len... Estaba muerto... Caí a Tierra y grité... Ya definitivamente lo había perdido todo... El monstruo me escuchó, seguro se aproximará hasta llegar acá y acabará con mi vida también... Mejor así... Soy la persona menos afortunada del mundo...

-Es mejor si todo se acaba y no sufro más - dije para mí.

Y allí estaba el monstruo, a pocos pasos de mí. El monstruo lanzó su garra contra mí pero... ¿Por qué no me dolió?
Abrí los ojos y me sorprendí al ver esa escena. ¡Len estaba vivo! ¡Recibió el golpe! ¡Y el monstruo tenía una lanza de hierro en su pecho!.

Cayó a tierra sin aliento y se limitó a respirar desesperadamente tanto como sus órganos se lo permitieran.

-¡Señor Len! ¡Déjeme ayudarlo! - traté de ayudarlo a levantarse. Su piel estaba helada y pálida, tenía su rostro cubierto de sangre, en su abdómen había una herida inmensa que botaba sangre sin parar y su pierna izquierda estaba completamente torcida hacia el otro lado. Era horrible verlo en ese estado.

-N... Niño... - se quedaba sin voz y sin aliento, pero pesaba más de lo que pensé. Hizo un gruñido y cayó de mi hombro - ¡Ups! Lo siento, no fue mi inten... - tomó mi mano y con dificultad trató de hablar.

-¿Co...mo...t-te...lla-llamas? - hizo un esfuerzo para respirar.

Tomé su mano y por más que trate de contener las lágrimas no pude más - A-Andrew... M-m-me llamo Andrew - El llanto no me dejaba hablar bien. Estaba bebiendo mis lágrimas.

Sonrió levemente - Andrew... Corre... - (¿Qué?) - No... Te preocu-pes por mi... - (No) - Vete, t-tienes una...larga vida por delante - (No me abandones, ¡No!). Empezó a cerrar los ojos.

-¡No! ¡No me dejes! ¡No! ¡Por favor, es lo único te pido! ¡Nooo! - gritaba como un histérico, cualquiera se comportaría así cuando todos lo han abandonado. Mis padres, mis hermanos, mis abuelos, mis amigos, la única persona que era como una amiga y madre en este mundo también me abandonó, y ahora ésta persona...que me comprendía y me ayudó a buscarla...se ha ido también. Estoy realmente maldito.

No me rendí. Leia me había pedido que lo salvara, y aunque ahora mismo no esté vivo, yo salvaré aunque sea su cuerpo. Me seque las lágrimas y me animé yo mismo. Iba a lograrlo.

Le sostuve la muñeca y lo arrastré y lo arrastré y lo arrastré hasta que llegamos al desierto arenoso de nuevo. El monstruo que pensé ya no me molestaría más, se levantó y se arrancó la vara de hierro del pecho. Me estaba presionando. Debía encontrar la manera de huir lo más rápido posible sin que nos detectara. No sabía si nos detectaría a kilómetros de distancia, pero lo que si sabía es que mis huella estaban grabadas en la arena y el cuerpo arrastrado de Len también había marcado nuestro recorrido. Debía encontrar un lugar para escondernos y descansar.

Divisé una cueva no muy lejos de dónde yo estaba y me decidí a entrar allí sin importar lo que fuere. Lo que no sabía era que ya la bestia nos estaba siguiendo y ese era el lugar más obvio para esconderse.

Entramos a la cueva y me dispuse a sanar las heridas de él, sin embargo, yo jamás había curado este tipo de heridas y no quise lastimarlo más de lo que ya estaba. Sabía que seguía vivo pero no consciente. Le curé las heridas que pude, pero no logré hacer nada con la herida del abdomen que, supongo que para él era la que le estaba causando tanto daño.

-Ahh... Ya no sé que hacer, Leia. El señor Len se está muriendo, ese monstruo seguramente nos está siguiendo y acabará con nosotros apenas nos vea, yo estoy muy cansado y no puedo seguir caminando bajo el calor cargando tan grande peso y tú sigues sin aparecer. Ni siquiera sé en dónde estamos o a dónde vamos - dije recostándome bajo la sombra en la suave arena del desierto.

De repente, escuché un fuerte rugido y se oía bastante cerca.

Abrí mis ojos de golpe - ¡Oh, no! ¡El monstruo nos está siguiendo y al parecer está demasiado cerca! Debemos irnos rápido...

Tomé de los brazos a Len y empecé a empujarlo - ¡Vamos, Señor Len! ¡Despierte! - lo moví y grité con todas mis fuerzas, incluso lo golpeé pero no despertaba.

El monstruo derrumbó la cueva y con sus garras despedazó al Señor Len. Quedé horrorizado con esa sangrienta y asquerosa escena.

-¡NOOOOO! - sentí náuseas, quería vomitar, pero cuando miré arriba no me dio tiempo ni de escapar. Es mi fin.

Deep Sea GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora