Tu amigo me cae bien

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—¡Eres un idiota! —gritaba Chanyeol desde la regadera, mientras se lavaba los brazos con furia.

—Vamos, debes admitir que fue divertido —respondió Kyungsoo, quien se encontraba sentado en el inodoro, con las piernas cruzadas, riendo malévolamente.

—¡Era mi primera vez!... ¡Tú echaste a perder mi maldita primera vez! —le recriminó el chico al ángel, asomando la cabeza mojada por la cortina de baño.

El pelirrojo se tocó el pecho como si doliera.

—¡Te dije que no maldijeras!... No es mi culpa, mi misión es estar contigo en todo momento, sólo cumplía con mi deber. ¡Malagradecido!

—¡Tsh... ¡ —Chanyeol masculló algo inentendible— ¡Te voy a matar!

—Imbécil... No puedes matar a un ángel —Kyungsoo comenzó a reír con aquellas carcajadas espantosas, como si estuviera ahogándose.

En ese momento Baekhyun entró al baño. Después del acto, había salido a comprar comida, mientras Chanyeol se duchaba.

—¿Estás bien? —preguntó con tono preocupado.

Chanyeol volvió a asomar la cabeza por la cortina. Sus ojos se abrieron como platos, al ver la borrosa y desnuda figura de su novio frente a él.

—¿Te molesta si te ayudo? —preguntó travieso el más bajo, tirando al piso los boxers que acababa de quitarse.

—N-no... —respondió Chanyeol. Su sonrisa denotaba los nervios que comenzaron a invadirlo.

Al parecer, era el día de las primeras veces. Porque, a pesar de que había ayudado a Baekhyun a bañarse, mientras se recuperaba de las heridas, siempre había puesto más atención en no lastimarlo. Sin embargo, ahora había otras intenciones en aquella acción.

El más bajo dejó que el agua caliente de deslizara sobre su cuerpo, igual que los brazos de Chanyeol. Se regalaron sonrisas tiernas, mientras el chico alto derramaba un chorrito de champú sobre la cabeza de su novio. Sus dedos comenzaron frotar los cabellos empapados, hasta formar un montón de espuma, la cual estilizó hasta hacerla parecer un par de cuernos.

—Mi diablito —balbuceó entre carcajadas.

—He llegado a pervertirte, chico virgen —replicó Baekhyun, haciendo muecas.

Ambos rieron. Entre besos breves y juegos, terminaron de bañarse.

—De verdad, ¿no te lastimé? –quiso saber Baekhyun, mientras Chanyeol le secaba el cabello con una toalla.

—De verdad, no me lastimaste —respondió el más alto por enésima vez.

—¿Sabes?... la próxima vez... si tú quieres... podríamos hacerlo al revés —propuso el bajito, con tono nervioso.

Chanyeol tragó saliva. La sola idea hizo que su sexo cosquilleara.

—Yo... no lo sé... quizá podamos intentarlo.

Kyungsoo apareció de nuevo frente a él, asintiendo, con aquella sonrisa pervertida dibujada en sus labios. Chanyeol lo miró con odio, imaginándose que su ángel de la guarda lo acompañaría en sus futuras aventuras sexuales. Un sentimiento de vergüenza y terror absoluto, invadieron su pecho

Baekhyun lo miró e hizo un puchero. Era su señal para dejarle saber a su novio, que quería un beso. Chanyeol salió de su ensoñación, sonrió y obedeció, inclinándose para darle un beso breve y tierno.

Esa noche, se fueron a la cama después de cenar. Baekhyun se había convertido en una pequeña sanguijuela, pegado al cuerpo cálido de su novio, mientras sus manos exploraban la piel bajo el pijama. Chanyeol ya no se tensaba más, sólo se limitaba a disfrutar de las caricias. Nunca se había sentido afortunado, ni siquiera le preocupaba serlo. Pero, después de ese día, cada mañana despertaba sonriendo, porque Baekhyun estaba a su lado.

Poco a poco, las cosas regresaron a la normalidad. El dueño de la florería regresó para atender su negocio a tiempo completo. Chanyeol también retomó su horario habitual de trabajo. Todos los días, almorzaba con Minseok y con Baekhyun, quienes se habían vuelto buenos amigos. En ocasiones, se les unía Jongdae. El chico alto sospechaba que algo ocurría entre él y su amigo, porque siempre se miraban con una intensidad algo romántica. Un sábado, mientras Minseok visitaba la florería, lo confirmó.

—¿Qué clase de flores le regalarías a Chanyeol por su cuarto aniversario? —preguntó, mientras paseaba de un lado a otro, inspeccionando los ramos hermosamente armados por Baekhyun.

—¡Ah! Nunca puedes equivocarte con las rosas rojas —respondió el dueño de la florería, apuntando a un sencillo ramo de rosas, envuelto en papel dorado, atado con un moño escarlata— Las rosas rojas representan la pasión y el romance.

—Tienes razón... —Minseok observó el ramo, enamorándose de él al instante— Estoy seguro de que a Jongdae le gustarán. Me lo llevaré.

—¿Jongdae? —preguntó Chanyeol desde el mostrador, donde se encontraba organizando semillas.

Minseok lo miró y le guiñó un ojo. Baekhyun se limitó a sonreír y negar con la cabeza. Su novio podía ser algo lento a veces.

—Ahora entiendo por qué me diste tan buenos consejos —Chanyeol sonrió también, mientras acomodaba los pequeños sobres en una caja.

—Te dije que le habías preguntado a la persona correcta, ¿no? —replicó Minseok, tomando el ramo con cuidado.

—Me lo hubieras dicho antes.

—No lo creí necesario.

—Tonto.

—Lento —Minseok dejó escapar una breve carcajada y le entregó un billete a Baekhyun.

—¿Tienes planeado algo especial? —quiso saber el dueño de la florería, luego tomó el dinero y se dirigió a la caja registradora para entregar el cambio.

—Todavía no lo sé. Mañana es nuestro aniversario y hasta ahora sólo pensé en darle un regalo.

—¿Qué tal una cena romántica? —propuso el chico bajo, depositando unas monedas en la mano de Minseok—. Nosotros podríamos ayudarte. Yo decoraré tu departamento y Chanyeol cocinará. Últimamente se ha vuelto muy bueno en eso.

Baekhyun miró a su Channie con orgullo, regalándole una brillante sonrisa.

—¿En serio? Siempre pensé que era medio inútil

—¡Oye! ¿Quieres morir? —Chanyeol apuntó a su amigo con el dedo, frunciendo el ceño.

Minseok rió.

—Bueno, antes no se esmeraba tanto. Pero, ha estado practicando. Ayer preparó un arroz frito delicioso, quizá el mejor que he probado —presumió Baekhyun.

—Mm... Pues , no parece mala idea. Confío en tus habilidades para decorar, Baekhyun. Y siempre puedo ordenar comida por teléfono.

—¡Oye! —gritó Chanyeol, agitando un puño en el aire.

—Entonces en un hecho. Mañana iremos temprano a ayudarte. Estoy seguro de que Jongdae estará feliz.

—¡Genial! Los estaré esperando. Cuento con su esfuerzo —Minseok apuntó con su dedo a Chanyeol, regalándole una mirada fría. Después, salió de la tienda.

—Tu amigo me cae bien —susurró Kyungsoo al oído de su protegido, mientras revolvía los sobrecitos de semillas en la caja.

—¡Oye! —gritó Chanyeol, frustrado al ver su trabajo echado a perder.

—¿Mm? —Baekhyun lo miró con interés.

—N-nada... Te ves muy lindo hoy —musitó el alto, fingiendo una sonrisa.

Las mejillas de Baekhyun se pusieron rojas. Su corazón siempre respondía acelerado cuando su novio le regalaba palabras bonitas.

Al ver su gesto tierno, Chanyeol suspiró, olvidando por completo el desastre que Kyungsoo había creado. 

Maldito ángel de la guardaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora