—¿Crees que los niños volverán?
Nooroo y Malgreste volaban sobre los bosques del Prado, algunas de las hadas volaban alrededor de ellos, llevando luz y color a las flores que encontraban a su alrededor, en cambio, otras se iban hacia los arboles y danzaban a sus pies. En su finalización de la danza, las hadas dejaban rastros de hongos en el suelo que crecían en un instante y ellas volvían a ascender por el cielo hasta otras partes del Prado. Para los habitantes del Prado era tan común ver las gloriosas danzas de todas las criaturas feéricas, las adoraban tanto como ayudarse entre ellos; como cuando Malgreste observó a una hada bebé; de color rosa, tratar de seguir a su grupo de hadas y éste, al ver que estaba cayendo debido a una ráfaga de viento, la tomó en sus manos antes de que terminara por el suelo, la pequeña apenas estaba aprendiendo a volar.
—Ten más cuidado, Rose—le dijo Malgreste a la bebé hada.
La bebé hada trató de volar nuevamente, sin embargo, en la caída, se dobló una de sus alas. Entonces, Malgreste la tocó suavemente y en un instante, el ala ya estaba derecha.
—Te curé.
De nuevo, lo intentó y volvió a volar, justo cuando un hada mayor, de color violeta, descendía y se llevaba a la pequeña hada junto a las demás.
Malgreste continuó volando, hasta que, escuchó una voz que lo llamaba desde la entrada del bosque. Éste, voló rápidamente y descendió hacia el suelo.
Allí, estaban los dos niños humanos que había visto el día anterior, regresaron justo como lo habían dicho.
—No pensé que volverían— les dijo Malgreste.
—Pero lo hicimos—respondió Emilie.
Él estaba feliz de volverlos a ver, y lo primero que hizo cuando se adentraron más al bosque, fue llevarlos con los kwamis que al ver a los niños volaron de alegría hacia ellos. La pequeña Emilie, estaba tan maravillada de aquellas pequeñas criaturas, incluso aún más que su hermano Félix.
Los niños no dejaban de impresionarse contra aquellas criaturas y toda la belleza del Prado. En cambio Malgreste, estaba más maravillado que Emilie estuviera con ellos que incluso la llevó en sus brazos hasta las cascadas arco iris; un lugar del Prado donde el agua se pintaba de varios colores en medio del estanque, mientras que, Félix se entretenía jugando a lanzarse lodo con unos pequeños goblins que se entretenían en pequeños charcos que formaron con el agua del estanque.
Todas las criaturas que estaban cerca, estaban muy impresionados en la armonía de los humanos y las criaturas feéricas, jugando juntos.
—¡Malgreste! ¡Malgreste!— llamaba Emilie en la entrada del bosque a su amigo.
Lo que más le sorprendió a Malgreste cuando fue descendiendo de su vuelo frente a su amiga, se sorprendió de verla sola.
La pequeña le explicó que su hermano estaría en búsqueda de trabajo para conseguir alimento.
—Si es alimento lo que quieren, ven conmigo.
Llevándola en su espalda, Malgreste se llevó volando a Emilie hasta una zona del bosque donde crecían frutas en abundancia, muchas de las criaturas feéricas, se alimentaban de frutas y todo tipo de planta alimenticia que encontraban en el bosque. Por eso, en el Prado, siempre tenían alimento que, gracias a su magia, nunca se terminaba.
Ella se sintió apenada cuando Malgreste le ofreció unas bayas y nueces para que comiera. Malgreste le fue insistiendo tanto, que con la ayuda de los kwamis y algunos goblins, recolectó frutas y semillas para Emilie.
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Malgreste
FanfictionInspirado en la película de Malefica pero con algunas diferencias entre trama y personajes. Malgreste es un ser feérico que ha vivido en el Prado hasta que conoce a una humana, de aquel conocimiento surgen acontecimientos inesperados que harán ver...