Lo siento.

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Al abrir lentamente los ojos, el ardor de la herida se hizo presente automáticamente, como un recordatorio amargo de la realidad.

Tardé en incorporarme en la camilla, miré la habitación esperando no encontrarme con Yoongi. Supuse que aún seguiría con Hanna, pero me sorprendí, y mucho, al verlo cerca de la ventana, tal como yo había estado horas atrás. La diferencia notable es que a estas alturas la poca luz que entraba era la de la luna, y que la habitación estaba casi a oscuras. 

Sentí mi garganta secarse, y mi cuerpo osciló por un momento al ver la mirada azabache que tantas veces había visto. No era la hermosa mirada de la que me había enamorado, era una mirada de desprecio ¿hacia mi?, Y si así lo era tenía que aceptarla. Yoongi tenía todo el derecho del mundo en verme así, de hecho, que sólo sea eso hace que me sienta aún peor.

—Despertaste.

Miré al piso e inevitablemente las ganas de llorar me invadieron nuevamente, la voz de Yoongi había sido el detonante perfecto para que mis ojos se aguasen y ardiesen en el intento inútil de evitar llorar para no empeorar más todo. Pero es que me sentía tan mierda, tan inhumano por lo que le había hecho a Hanna; por dejarme llevar por un simple impulso.

Llevé mis manos a mi rostro, sin importar de por medio que me doliera la herida. Simplemente quería que Yoongi no me viese llorar, quería ocultarme y dejar de sentir la angustia comerme desde adentro, sólo tragar el nudo en la garganta y poder respirar sin que los odiosos sollozos estorbaran. Sólo quería disculparme y volver a estar con Yoongi.

—Jung. 

—Jung Hoseok.

Escuché el sonido de sus pasos y supe que estaba cerca mío. A pesar de sentirme tan mierda, el Hoseok enamorado seguía existiendo dentro mío, y mi corazón reaccionó tal como yo había reaccionado al recibir la noticia de Hanna sobre Yoongi; por impulso.

Sentí mis labios salados por la abundancia de mis lágrimas y supe que en algún momento iba a tener que enfrentar esa mirada de vuelta. Mis brazos se sentían como toneladas, la cabeza me dolía al punto de sentirme mareado, y mi corazón no dejaba de latir por la cercanía de Yoongi.

—Mírame.

—N...no quiero. —murmuré, aún sin mirar a Yoongi.

—No te pregunte Hobi.

—¿H...hobi? —más con sorpresa que con miedo, levanté la mirada. Cerré los ojos rápido al ver que acercaba su mano a mi mejilla no herida, pero su leve roce que limpió mis lágrimas hizo que me tensara y por ende mordiera mis labios para no llorar de vuelta, ¿por qué me trata tan bien ahora cuando lastimé a Hanna?

—Aunque me disculpe, sé que no solucionará lo que te hice. Pero lo siento mucho, me excedí en pegarte.

—E-está bien, yo... yo lo merecía por lo que le hice a Hanna.

Yoongi movió su mano hasta mi pelo y mi cuerpo se relajó al sentir las caricias de sus dedos.

—Hanna me contó todo lo que pasó —un suspiro escapó de sus labios al sentarse al lado mío en la camilla. Retiró su mano de mi pelo, y volvió a observarme.

—¿Todo?

—Todo. Me dijo que reaccionaste así por lo de mi condición, y en definitiva eres... eres Hobi —miré nuevamente al suelo, sintiendo mis mejillas arder—, mi Hobi.

—No te muevas, iré a buscar el botiquín y curaré lo que te hice.

Yoongi me dedicó una mirada triste al ver mi herida, se levantó de la camilla y después de unos minutos volvió con el botiquín. De éste sacó algodón, y puso en abundancia agua oxigenada, lo que supuse que sería para desinfectar la herida.

—Arderá, pero aguanta ¿si?

Su rostro se acercó al mío, y tragué con fuerza. El ardor que sentí en ese momento pasó a segundo plano al poder ver sus facciones tan de cerca, sus casi invisibles pequitas, una en la nariz y otra en la mejilla; sus pestañas, sus labios escarlata, y su mirada azabache que ahora estaba concentrada en la herida. Poder ver a Yoongi hacía que cada segundo vivo, valiera la pena.

—Listo —murmuró, pero aún así no se alejó. Su mirada conectó con la mía, y sentí mi mundo detenerse por unos segundos.

—G...gracias hyung.

Abrí los ojos en sorpresa al sentir sus cálidos labios sobre mi nariz, fue momentáneo, pero mi corazón dio un vuelco. Sentí mi cara arder y mis manos transpirar por los nervios.

—Lo siento por todo. De ahora en adelante cuidaré esa herida hasta que sane, después de todo la hice yo. Y si quieres, para estar a mano, puedes golpearme. —Yoongi se levantó de mi camila y sonrío. Si ya estaba avergonzado, su hermosa sonrisa lo empeoró aún más.

—No quiero golpearte. —respondí después de unos minutos en los que me reincorporé a la realidad.

—Ven —Yoongi golpeteó levemente su mano contra el delgado colchón de la camilla, y al pararme sentí la pesadez de mi cuerpo volver, había dormido algo, pero me desperté peor de lo que ya estaba. El sentimiento de haber arruinado todo, en alguna parte de mí, seguía presente—. Ahora quiero que te acuestes, descanses, y me escuches por unos minutos.

Asentí, y con las pocas energías que me quedaban me acosté después de que Yoongi lo hiciera. Su camilla estaba limpia, y tenía el característico aroma a él que era mucho mejor que cualquier medicamento en el mundo.

—Primero, lo siento Hobi, realmente lo siento, no tuve que haberte golpeado y haberte dicho nada de lo que te dije. Fue un impulso, tal como a ti te pasó con Hanna —Yoongi hizo un leve intento de sonreír y entendí a lo que se refería—. Tenemos que controlarnos más ¿no?

—Lo sé —intenté sonreír, tal como él lo había hecho.

—Segundo, no te preocupes por mí, no es necesario. Ya con tenerte de compañero de habitación tengo mucha suerte. —si supiera que no fue suerte, ¿qué pensaría?—. Y por último, no quiero que llores nunca más, es una regla.

—¿No puedo llorar?

—No, está prohibido. No quiero verte llorar nunca más.

—¿Por... por qué hyung?

—Porque el verte llorar me duele tanto, Hobi.

Yoongi llevó sus manos a mi espalda y me acercó lo suficiente como para abrazarme, haciendo que nuevamente mi corazón se acelerara. Estando junto a Yoongi, ya no me sentía tan mierda; estar con la persona que amas hace que todas las cosas malas pasen a segundo plano. Y Yoongi es en definitiva, es la persona que amo.


Min de Minutos [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora