Las despedidas son dolorosas.

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Seguí al señor de seguridad con la mirada gacha, anteriormente, hablamos sobre mi tipo de sangre, mis exámenes hechos y otras cosas importantes para comprobar que mi corazón fuera compatible con el de Yoongi. Al parecer, él había aprendido al estar tantos años de su vida en el hospital con médicos que saben del asunto.

Obviamente sería mejor hablarle a un médico, ellos saben mucho más sobre un trasplante de corazón que un señor de guardia, pero nadie sería capaz de arriesgar su carrera por mi idea de salvar a Yoongi.

La caminata fue silenciosa, no tenía la suficiente fuerza como para seguir hablando más de lo necesario. Simplemente me dediqué a caminar mientras mi vista se concentró en sus zapatos.

La decisión estaba tomada y a pesar de estar feliz porque cumpliría lo que tanto había deseado desde que llegué al hospital, desde que conocí a Yoongi y sobre su enfermedad, el salvar a la persona que amo, la tristeza se apoderó de mí.

El salvarlo también implica el dejar de verlo, el dejar de ver la mirada brillosa y azabache que tanto amo, el dejar de escuchar la rasposa y tranquilizadora voz de Yoongi, el dejar de sentir sus cálidas manos acariciar mi cabello; en definitiva, dejar a Yoongi de por vida.

¿Cómo le diría ahora lo mucho que lo amo? Con sólo pensarlo, sentía hundirme un poco más en mí mismo. Aunque otra persona le dijera lo mucho que lo amo no sería lo mismo, podría escribirle pero de igual manera daría lo que fuera por poder decirle en persona; ahora que sé que no voy a poder hacerlo.

Desde lo más profundo de mi corazón, deseé que mi decisión hiciera entender a Yoongi lo mucho que lo amo.

Conociéndolo lo suficiente, puedo saber que él nunca me hubiese permitido dar su vida por él, se sentiría culpable de algo así y aunque no lo dijera seguro que pensaría algo como "mi vida no vale la tuya".

Yoongi es ese tipo de persona que siente mucho pero dice poco, ese tipo de persona que con la mirada dice muchas cosas... es de ese tipo de personas que aman en silencio.

Ojalá Yoongi no me odie por ésto, realmente no quiero que se enoje conmigo por lo decidido.

—Llegamos chico —levanté la mirada de sus pies, y vi como después de abrir la puerta entraba a la habitación—, puedes pasar.

Al entrar observé el lugar con detenimiento, era una habitación pequeña y de antaño. Había una tina de baño, un espejo y una mesita marrón.

—¿Aquí... será?

El guardia me dedicó una leve sonrisa, no parecía feliz con lo que estaba haciendo por mí, pero realmente se lo agradecía. Sin su ayuda no hubiese sido capaz de ayudar a Yoongi.

—Realmente estás seguro de ésto, ¿no? —preguntó mirándome de reojo, y yo asentí rápidamente.

Se acercó hasta mí y revolvió con su mano mi cabello, haciendo que las ganas de llorar me inundaran. El hombre no lo sabía, pero Yoongi era quien siempre hacía eso.

—L-lo siento, no quise...

—No, está bien, no se preocupe. Ya ha hecho mucho por mí señor.

Se alejó nuevamente, se acercó hasta el espejo y detrás de éste habían unos cuantos frascos con etiquetas. Supuse que se trataban de distintos medicamentos.

Hubo silencio hasta que puso todos los frascos en la mesita marrón, después de eso me pidió con un gesto que me recostara en la bañera y una vez hecho, me dediqué a observarlo con atención.

—Aunque lo mejor sería que el proceso fuera rápido... —el señor me miró con lástima y siguió hablando— no puedo darte demasiados medicamentos, la mezcla podría afectar directamente a tu sistema circulatorio, y por ende a tu corazón, haciendo que entonces tu corazón no sirva para Yoongi.

El señor suspiró y me miró.

—Por tu mirada puedo decir que no creo que quieras morir en vano.

—Haga lo que sea necesario —no quería ser irrespetuoso pero necesitaba apurar las cosas—, no importa que duela o que sea lento señor. Mientras hablamos Yoongi hyung se está muriendo.

Asintió y desvió su mirada hacia los frascos, leyó las etiquetas de éstos con severa concentración, y después me ofreció varias pastillas.

Extendí mi mano y me las entregó, sin titubear me las tragué con el acumulamiento de saliva.

—¿Cuánto tiempo tardará en hacerme efecto? —pregunté en un murmuro.

—Quince minutos o veinte.

—Gracias. —le sonreí, y el señor negó levemente con la cabeza.

—Vendré a buscarte para cuando las pastillas hayan surgido efecto y me encargaré que tu corazón llegué a Yoongi, lo prometo Hoseok.

—¿P-podrías hacer algo más por mí? —la verguenza me consumía al seguir pidiéndole cosas al casi extraño que me estaba ayudando en algo tan importante.

—Claro, ¿qué puedo hacer por ti Hoseok?

—En la habitación que comparto con Yoongi hyung, está mi mochila... allí adentro está mi celular y una libreta que tiene un lápiz adentro. ¿Podrías... traerme esas cosas por favor? —desvié la mirada a mis manos y las apreté al comenzar a sentirlas entumecidas—, quiero despedirme...

El señor pareció entender y rápidamente salió de la habitación, dejándome solo.

Cerré los ojos e incliné la cabeza hacia atrás, no sentía dolor pero un cansancio terrible se había instalado en mi cuerpo, haciendo que los parpados me pesaran en demasía.

No podía dormirme, no ahora, primero tendría que hacer lo más importante y lo más doloroso, despedirme de Yoongi, del amor de mi vida.

Murmuré los segundos que pasaron con los ojos cerrados, teniendo miedo a no alcanzar a despedirme de Yoongi.

Como si el mundo estuviese más en mi contra que ahora, mi cerebro se empeñaba en imaginar los momentos en los que Yoongi hyung y yo estuvimos juntos.

Joder, cualquier tipo de sufrimiento menos ese hubiera sido mejor.

No quiero llorar más, no quiero extrañar más a Yoongi, pero tampoco puedo olvidar lo mucho que lo amo. Las cosas se contradicen por sí solas, al amarlo no puedo dejar de extrañarlo, o llorar... porque mi mirada no se va a encontrar nunca más con la suya, ya no voy a poder despertar en la misma camilla junto a su lado; aprovechando para apreciar su rostro durmiente y sentir su calidez.

Después de unos minutos el señor abrió la puerta, dándole fin a mis pensamientos.

—Te traje las cosas Hoseok. —el señor me sonrió, y una vez se posicionó frente mío me las extendió.

Me asusté al escuchar el ruido de las cosas golpeando contra el suelo de la habitación, fueron sólo segundos, pero me di cuenta de que no tenía la suficiente fuerza como para sostener las cosas en mi mano.

Miré al señor evitando llorar, lo único que quería era escribirle a Yoongi por última vez, ¿tan difícil tenía que ser todo?

—Déjame ayudarte.

Observé como levantó las cosas del suelo, y las posicionó sobre mis piernas. Acomodó con cuidado el lápiz en mi mano y como pude, aunque mi letra plasmada en la hoja estuviera movida por no tener fuerza para mantener el lápiz firme, seguí escribiendo.

Esperaba al menos poder robarle una sonrisa a Yoongi en el momento en el que viera mi letra fea en las hojas viejas del cuaderno, y que pasara por alto lo humedecidas que éstas estaban por mis lágrimas.


//La foto del capítulo (por si alguien quiere saber) dice en coreano "te amo".

No me gustó del todo como quedó este capítulo :(, espero y que a ustedes sí les haya gustado y llegado. Al escribir ésto intento realmente transmitir lo que Hoseok siente al estar dando su vida por la persona que ama.

No odien a Hobi por su decisión, el sólo ama mucho a Yoongi.





Min de Minutos [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora