El pequeño Min Yoongi.

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POV Yoongi.

Las luces eran cegadoras y todo parecía moverse en cámara lenta, como si el tiempo se estuviese riéndose de mí en mi rostro. Aunque siempre lo hizo, lo que siempre necesité fue tiempo y siempre supe que en algún momento llegaría a lo que la gente le dice "la hora".

A pesar de los gritos de las enfermeras y de lo frío que sentía mi cuerpo, la tranquilidad me inundaba como nunca antes. ¿Por qué tendría que estar aferrándome a mi vida? Hace mucho tiempo que acepté el hecho de que podría morir en cualquier momento.

Dejándome llevar por los recuerdos volví a cerrar los ojos, el silencio y la oscuridad se hicieron presentes dentro de mi cabeza. Pensé que todo seguiría así, que el silencio y la oscuridad me consumirían de a poco y que al final no volvería a abrir los ojos otra vez, pero como si la vida estuviera jugandome una mala pasada un niño apareció frente a mí.

Lo observé, portaba unos ojos azabaches, piel pálida y contextura delicada. No hizo falta ver mucho más para saber quién era; yo, el Min Yoongi pequeño de hace mucho tiempo.

—¿Qué haces aquí mocoso?

Pareció no escucharme, lo único que hacía era temblar como un miedoso y aferrarse entre sus piernas. Me enojé, ¿cómo no hacerlo? Era como estar viendo la parte débil de mí con mis propios ojos.

—Levantate, no lograrás nada ahí. —me auto ordené a mí yo pasado, pensando que así reaccionaría pero no.

Frustrado suspiré, y decidí acercarme hasta él.

—Yoongi...

¡Oh vamos! ¿Por qué  mi yo pasado reaccionó ante esa voz y no ante la mía? Aún más enojado, me límite a ver como el pequeño Min Yoongi sonreía ante un chico que parecía iluminar con su sonrisa la oscuridad del lugar como si fuera el sol.

—¡Hobi viniste! 

Mi yo pequeño se levantó del suelo y se acercó corriendo al niño que conocía muy bien, a Hoseok. Lo abrazó con todas sus fuerzas y comenzó a llorar como si no hubiera un mañana.

Me avergoncé de mí mismo al verme llorar entre los brazos de Hoseok, y después me di cuenta del error que cometí al notar que el que estaba llorando en aquel momento era yo, y que Hoseok no estaba conmigo en este vacío lugar.

Todo era simplemente mi imaginación, como si estuviera viendo mi vida ante mis ojos. Comencé a recordar todos los momentos en los que Hoseok estuvo conmigo; como el día en el que lo conocí y pensé que estaba muy bien vestido para estar en un hospital, o como el día en el que acaricié su cabello por primera vez, o como el momento en el que nuestros labios se fundieron. Irónicamente, el último recuerdo que tenía junto a Hoseok.

Un terrible dolor de cabeza apareció y la falta de aire se hizo presente en cuestión de segundos. Sin poder hacer nada más que sentir dolor, me aferré a mí mismo en el suelo, tratando de dispersarme con los recuerdos tan importantes que me mantenían cuerdo.

—Hoseok, Hobi... 

Lloré como un desgraciado, el dolor de mi cabeza había pasado a segundo plano cuando en mi pecho sentí el dolor de pensar que no podría ver nunca más a Hoseok si no despertaba.

Eso me llevó a pensar que por Hoseok me aferraría a la vida sin importar qué, sin importar las consecuencias haría lo que fuera por poder ver aquella sonrisa, que sin esfuerzo había logrado brindarme la calidez que ninguna persona pudo lograr darme alguna vez.

.

.

.

—¡Hanna el corazón está aquí!

Las enfermeras parecieron poder respirar nuevamente, realmente les había costado poner estable a Yoongi en el quirófano y preparar todas las cosas para la cirugía.

Hanna no dudó en recibir el corazón el cual estaba en las condiciones optimas de traslado. Con cuidado, ya con los guantes de látex puestos, tomó el contenedor frío y lo llevó hasta los médicos.

Los médicos se encargaron de fijarse que todo estuviera en orden. Abrieron el contenedor el cual contenía hielo y una bolsa estéril en el centro. La misma bolsa estéril contenía al corazón, el cual estaba correctamente preservado por una sustancia fría.

Hanna salió del lugar sintiéndose fatal por no poder hacer nada más, simplemente porque su labor había terminado allí, no era médica como para poder hacer un trasplante.

Se sacó los guantes y toda la "ropa" de protocolo que había tenido que ponerse para estar en el quirófano, era muy importante aquello debido a que todo tenía que estar estéril.

Al caminar por el pasillo sintió un vacío al no ver a Hobi en la puerta.

Se apresuró en buscar al guardia con el que lo había dejado a cargo, estaba segura de que Hoseok estaría destrozado y mientras Yoongi no estuviese junto a él, ella se encargaría de cuidarlo hasta que todo estuviera bien. Era lo menos que podía hacer.

Aún así no estaba segura de poder ayudar, después de todo aunque no quisiera admitirlo ella también necesitaba consuelo. Sus ojos había visto a Yoongi anestesiado en el quirófano, y las ganas de llorar junto a alguien para poder desahogarse no se haría de rogar en lo absoluto.

Corrió porque necesitaba a Hoseok tanto como Hoseok seguramente necesitaba a Yoongi; lo buscó en la habitación, en la entrada del hospital, en la azotea en la que a veces Yoongi recurría, pero no lo encontró.

Sintiendo la adrenalina y desesperación colarse en su cuerpo sin permiso alguno, siguió corriendo, pidiendo disculpas al chocar levemente con algunos pacientes que merodeaban por el hospital.

Sonrió al encontrar a lo lejos al guardia de seguridad. Cansada de correr, al alcanzarlo lo sujetó del brazo y con la cabeza gacha esperó a que éste volteara.

—T-te encontré... —Hanna intentó recuperar su respiración poco a poco.

—Ah, enfermera Hanna también la he estado buscando.

Hanna se enderezó correctamente, y una vez recuperado al aire pronunció lo único que tanto quería decir.

—¿Has visto a Hoseok?

La chica de cabello rubio, "la rubia" como diría Yoongi, y Hanna sonrió melancólicamente al recordar aquello; llevó sus rodillas al frío suelo. Sintió sus rodillas arder ante el azulejo que tantas veces había pisado, y lloró hasta que se derrumbó, hasta que sus ojos quemaron tanto como sus rodillas lo hacían.

Porque se había dado cuenta, porque aunque lo hubiese sospechado desde un principio nunca quiso aceptarlo del todo. Su mente no quiso pensar cómo es que ese trasplante había llegado tan rápido, cuando aquel era uno de los órganos más solicitados y por ende difícil de conseguir.

Ese trasplante había llegado como un milagro.

Las piezas del rompecabezas terminaron de unirse cuando aquel hombre confirmó lo que Hanna no quería aceptar.

—Hanna... —el guardia tragó en secó, y sosteniendo fuertemente entre sus manos las cosas que Hoseok le había dado tiempo atrás para Yoongi, murmuró con dejadez lo que no quería decir— Hoseok ha muerto.


//Por si no se entendió, en la primera parte aclaré que fue Yoongi el que narró por eso puse "POV Yoongi" y en la segunda parte después de los puntos, fue narrado en tercera persona pero siguiendo la perceptiva de Hanna!

Ya no falta mucho para el final :(.//

Min de Minutos [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora