No me dejes solo.

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Abrí lentamente los ojos, sentía el cuerpo entumecido y cansado como nunca antes.

Con desgano, miré vagamente la habitación silenciosa, tratando de recordar qué era lo que había pasado y cuánto tiempo había estado dormido.

La realidad no se hizo esperar y recordé todo en cuestión de minutos; como si mi cabeza se hubiese empeñado en ocultar los recuerdos para así tratar de ahorrame la depresión.

—Hobi... 

Me moví rápidamente, por inercia, recordando como los cálidos labios de Hoseok habían estado contra los míos. Un fuerte dolor se hizo presente en mi pecho, casi como una punzada haciendo que soltara un quejido, dolía demasiado.

Con el ceño fruncido desabroché la bata que las enfermeras probablemente me habían puesto y mis ojos se centraron en los puntos negros que allí había. ¿Qué había pasado? ¿Qué hora era? ¿Hanna? ¿Dónde podría estar Hoseok en aquel momento?

Maldecí por lo bajo por todas las preguntas hasta que unas enfermeras entraron apresuradamente a la habitación.

—Paciente Yoongi, ha despertado...

—Se tardaron en venir. —las enfermeras no parecieron enojarse por el comentario, lo cual me molestaba aún más.

¿Por qué mierda me miraban con lástima en vez de enojarse? No tenía sentido.

—Lo sentimos mucho... —murmuró una enfermera.

—No me interesa, si quieren podrían decirme qué demonios pasó.

Las enfermeras se miraron entre sí dudosas, y crispando mis nervios aún más me di cuenta de que no me dirían nada.

—Si no cumplirán con su trabajo al menos llamen a Hanna. Tengo derecho a saber en qué mierda de situación estoy.

—L-lo haremos, sólo recuéstate Yoongi.

—Sí, sí, lo haré.

Me recosté cerrando los ojos, este había sido el peor despertar de toda mi vida. El hecho de no comprender qué pasaba me perseguía pero por alguna razón eso no parecía ser lo peor de todo, lo cual solamente me dejaba un sabor amargo en la boca.

Si tengo puntos en el pecho el deducir que me han operado es fácil, pero... ¿qué puede ser peor que no saber qué te hicieron?

.

.

.

—Hanna... Yoongi despertó.

—¿Tan rápido? —preguntó con dejadez.

—N-no pudimos decirle nada de lo que pasó, quiere que vaya usted. —la enfermera miró con tristeza a Hanna, después de lo sucedido todo el mundo se había enterado de la situación.

Todos menos Yoongi.

—No... no p-puedo hacerlo...

La enfermera observó como Hanna lloraba, la conocía de a simple vista porque la había visto un par de veces durante la jornada de su trabajo pero nunca pensó verla en aquel estado tan deplorable.

—Sé que no debería decir ésto... —Hanna sintió la mano de la otra enfermera sujetar suavemente su hombro, en forma de consuelo—, pero no podemos ocultarle más tiempo la verdad, tiene que saber de quién es el corazón que tiene adentro suyo.

Hanna corrió torpemente la mano de aquella enfermera y sentada en la silla se aferró a sus propias piernas. No quería, no podía hacerlo, no podía decirle a Yoongi que Hoseok había muerto.

Min de Minutos [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora