Caricias.

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Desperté de mal humor, o mejor dicho, me despertaron y me pusieron de mal humor. Estaba felizmente soñando con no me acuerdo qué, y una de las peores risas que había escuchado en mi vida me despertó.

Era la de la fastidiosa rubia teñida.

Me senté en la camilla, y miré la situación que tenía en frente mío. Era algo increíble de ver.

Hoseok estaba conversando con la rubia teñida, y ésta se reía a carcajadas. Aunque en vez de reírse parecía que se estaba muriendo, pero vamos a saltear ese pequeño detalle.

¿De qué tanto podían estar hablando? Desde que estuve en este hospital internado, no hubo ni un sólo día en el que no pelease con aquella rubia. Tengo que aceptar que estoy sorprendido; sorprendido por la habilidad de Hoseok para hablar con esa mujer, todo este tiempo pensé que no era posible entablar una simple conversación con ella.

Hoseok desvió su mirada de la rubia al ver que me había despertado. Ya no estaba vestido como ayer, ahora llevaba ropa más cómoda, y tenía el pelo algo despeinado por haberse, supongo, despertado hace un rato.

-Hyung... lo siento, ¿lo despertamos?- La verdad... que no, no me despertaron. 

Hoseok al ver que no respondía hizo un pequeño puchero con sus labios.

-No te gastes Hobi, es un imbécil.- ¿Lo había llamado Hobi?

-¡No diga eso Hanna!- ¿Hanna? ¿Así se llamaba la rubia? Eso era algo nuevo.

-Lo defiendes porque todavía no lo conoces bien, pero pronto te darás cuenta de lo imbécil que es. ¡No te miento!- Habla como si me conociera, simplemente es una estúpida.

-Rubia, ¿por qué no te vas? ¿O querés que le cuente el tipo de relación que tenes con el jefe del hospital?

-¿Entre el jefe del hospital y Hanna?- Me preguntó Hoseok apuntando con su dedo índice a la puerta de la habitación como si estuviera señalando al jefe a lo lejos, y después lo movía en dirección a la rubia; como tratando de conectar a ambos.

Me pareció algo tierno y gracioso.

-Ya me voy.- Interrumpió la rubia. Y después de fulminarme con la mirada, le dio un beso en la mejilla a Hoseok antes de irse.

El silencio volvió a la habitación, y me levanté de la camilla para desperezarme un poco mientras caminaba. En todo momento, sentí la mirada de Hoseok sobre mí.

-Yoongi hyung.

-¿Hm?

-Siento mucho haberlo despertarlo, no fue mi intención.- Volteé a mirarlo, y vi que esperaba ansioso alguna respuesta mía. Tardé unos minutos más en responder sólo para ver cómo reaccionaba.

-No importa, no fuiste tú. Fue la rubia con su "no risa".

-¿Hanna?- Asentí y rió un poco. La risa de Hoseok era un abismo comparada con la de la rubia. -Es verdad, tiene una risa un poco escandalosa, pero no es mala.

-¿Un poco escandalosa dices?- Levanté una ceja, y Hoseok volvió a reír esta vez, más que antes.

-Bueno, un poco mucho.- Admitió, y volvió a seguirme con la mirada hasta que me acosté de vuelta en la camilla.

-¿Te simpatizó la rubia?- Pregunté después de unos minutos, y Hoseok soltó un pequeño suspiro.

-Extraño... extraño hablar con mi familia.- Lo miré de reojo, y pude ver que estaba algo cabizbajo. ¿Así que su familia? Me imaginaba a sus padres como personas muy simpáticas y risueñas con sólo haber estado con él ayer, y lo que va del día de hoy.

No me gusta entrometerme en la vida de los demás, pero por alguna razón sentí la necesidad de preguntar.

-¿Tu familia... se encuentra bien?- Hoseok levantó la cabeza, y nuestras miradas se cruzaron.

-Lo están, sólo que no viven en Daegu. Mi ciudad natal es Gwangju, así que ellos se encuentran ahí, y por eso vine solo hasta este hospital.- Hizo un amague de sonreír, pero no hubo ninguna sonrisa. Y supuse que era mejor no seguir preguntando.

.

.

.

Ya eran pasadas las seis de la tarde, y no había vuelto a cruzar palabra con mi compañero de habitación; se había quedado completamente dormido después de que hablamos. ¿Habrá dormido bien ayer? Esa pregunta me trajo recuerdos de la primera noche que estuve en el hospital; no había podido dormir nada, estaba tan inquieto estando en un lugar que no conocía, que no se me había ocurrido pegar un ojo en toda la noche.

Eso fue antes, años atrás cuando ingresé en el hospital. Ahora lo único que quiero y puedo hacer es dormir.

Me distraje al escuchar la puerta de la habitación abrirse, era la enfermera de turno tarde, no la rubia molesta.

-Disculpe...- Murmuró al ver que Hoseok estaba dormido, y yo asentí para que pudiese pasar. Traía la merienda en unas bandejas de metal.

-¿Puedo dejarlas aquí?- Me preguntó de vuelta en un murmuro, y volví a asentir.

Seguramente pensaba que era mudo.

Observé como apoyó con delicadeza las bandejas en la mesa de la habitación; y después de mirarme una vez más, se fue. Supuse minutos después, que se había ido rápido para que yo tuviera que despertar a Hoseok y darle la merienda.

Ya no me gustaba esta enfermera de turno.

Con pesadez, me levanté de la cama y miré de reojo a Hoseok. ¿Cómo tendría que despertarlo? Es odioso que te despierten, lo sé por experiencia propia.

-Hoseok... despierta.- Murmuré a una cierta distancia de su camilla, pero no hubo respuesta por su parte.

-Hoseok, despierta.- Volví a insistir, pero esta vez más fuerte; haciendo simplemente que se moviera con un puchero en sus labios.

-¡Hoseok despierta!

-¿Hmm...?- Me miró por unos segundos tratando de comprender en qué mundo estaba en este momento, y me sentí identificado. Después de asegurarse de que era yo, volvió a dormirse como si nada estuviese pasando.

-Hoseok, necesito que despiertes... me estoy cansando.- No me quedó otra alternativa que acercar mi mano hasta su codo para sacudirlo un poco.

-Hoseok, vamos despierta de una vez... Hoseok, Hoseok, Hoseok.- Alejé mi mano, y esperé respuesta.

-S-sólo... Sólo cinco minutos má...s- Y volvió a dormirse. Suspiré, no había caso.

Estaba regresando a mi camilla para estar con el celular, (el cual no había tocado en unos días porque se encontraba muy lejos de mí, y no me había levanto para agarrarlo en todo este tiempo) y sentí la mano de Hoseok agarrar la mía.

-No te vayas...- Murmuró, y dio un débil tironeo con su mano haciendo que regresara hacia su camilla.

Lo miré por unos cuantos minutos, todavía parecía completamente dormido, y no se veía con intenciones de soltarme. Así que me senté en el pequeño lugar que quedaba en su camilla.

-Yoon...Yoongi hyung.

-¿Hm?

-¿Puede acariciarme?

-¿Qué dijiste?

-¿Pue...puede acariciarme? Sólo... sólo el pelo si quiere, pero por favor...- Estaba totalmente seguro de que me iba a negar, ¿por qué Min Yoongi acariciaría el pelo de su compañero de habitación que recién conoció ayer? No había razón alguna; pero ahí me encontraba acariciando el pelo negro de Hoseok.

Lo peinaba hacia atrás o hacia cualquier lado, simplemente sintiendo las hebras suaves de su pelo pasar por mis dedos, haciéndome sentir un pequeño cosquilleo en mi mano. Y en algún momento a mí mismo me tranquilizó. Era un movimiento suave, que no requería fuerza, no me molestaba en lo absoluto.

Volví a mirar a Hoseok, quien ahora dormía con una pequeña sonrisa plasmada en sus labios.

Al final, ninguno merendó.





Min de Minutos [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora