Narra ¿?
No sé como o porque se me ocurrió caminar esta noche en un lugar que en realidad no había ido nunca, pero estaba algo aburrido y la verdad no tenía nada bueno que hacer hoy, por lo cual, aquí me ven, paseando por el bosque como si nada, aunque en realidad había algo que me inquietaba, algo me decía que no esta solo, pero la verdad no le daba mucha importancia ya que no es la primera vez que me siento así, aunque esta vez algo me decía que de verdad no estaba solo...<<¿Eh? ¿Acaso eso es un lobo, sentando en el tronco del árbol? Debería de acercarme más, tal vez necesite ayuda.>>
Al acercarme, veo que aquel lobo de pelaje azul con blanco o blanco con azul, no se como sea el orden en realidad, pero no importa ahora, eso es lo de menos, debo revisar que su pulso este bien...
- ¿¡Pero que demonios!? Doy un grito algo fuerte al sentir su pelaje, algo suave, que él estaba frío como hielo, estaba totalmente, o al menos parecía estar muerto, porque cuando puse mi mano en su cuello para tomarle el pulso, apenas si sentía que palpitaba su débil corazón.- ¿Pero que demonios te hicieron? - digo algo asustado mientras trato de subir en mis hombros a aquel débil lobo, que a pesar de ser mas chico que el en tamaño, mi fuerza no decía lo mismo, por lo cual lo pude cargar sin ningún problema, a pesar de que este estuviera algo pasado de peso, sinceramente no se como este lobo pudo terminar en un lugar como este, la única luz que lo iluminaba era la tenue y en cierto punto algo tenebrosa, pálida luz de la luna, como si quisiera reclamar su alma, lo cual claro que no iba a permitir mientras yo estuviera a cargo de esto.
<<¡Demonios! Si que este chico es pesado, pero tranquilo, el hospital no está muy lejos... Espero llegar a tiempo ya que al parecer está perdiendo el poco pulso que le queda...>>
35 minutos después
El hospital por mala suerte queda algo retirado del bosque, con mayor razón si vas a pie, por eso he tardado mucho...
Solo espero que te logres salvar - digo algo preocupado, mientras entro por la sala de emergencias, en la cual estaba atendiendo una leona, esbelta, ojos café claro, algo alta, se veía bien, pero dejé de fijarme en eso en cuanto me preguntó, algo golpeado:
- ¿Qué se le ofrece? ¿No ve que es la hora de la cena? - me mira amenazadoramente a los ojos
- Si, estoy seguro de eso, pero este lobo necesita atención medica inmediata - digo recostándolo en uno de los sillones de la sala de espera, que se encontraba exactamente, delante de la mismísima secretaria, lo cual me dio oportunidad para voltear a verla,mostrando que, frunciendo el ceño y de brazos cruzados, estaba algo molesto y no me iría sin que atendieran al pobre lobo, que al menos a mi punto de vista, si que tenía mala suerte, de donde vengo dirían que "está salado".
- Está bien, déjeme llamo al médico - dice desviando la mirada, dando a entender que se daba por terminada la pequeña discusión que le ha costado varios segundos que podrían ser vitales para el pobre...En este momento entró un tigre de 1.85, con bata blanca, usaba lentes, era de complexión algo robusta, le calculo unos 25 años.
Al momento en que entró no pude evitar notar que tenía una mirada de preocupación, como si ya conociera de antes al lobo, al acercarse a él, se nota algo nervioso, noté que solo asentía con la cabeza al momento de describirle como y donde lo encontré, algo así como si estuviera en shock.
- ¿Está bien? - le pregunto algo inseguro, poniendo mi mano en uno de sus hombros
- ¿Eh? A-ah si, e-estoy bien - me contesta, sacudiendo la cabeza, saliendo del estado de shock, diciéndole a una de las enfermeras que estaba a su lado (en realidad ni me di cuenta cuando llego aquella elefanta), que trajera una camilla rápidamente, a la vez que aquel tigre se trepaba en hombros a aquel chico, para después ponerlo en la camilla y ver como lo llevaban al quirófano, lo cual no le vi algún sentido ya que no parecía que tuviera daño alguno en realidad, pero bueno, es un médico, sabe lo que hace, por mientras, supongo que tendré que esperar aquí...Narra Darrence
<<El momento en que vi a aquel lobo... Supe quien era en ese mismo instante, no es tan difícil de distinguir cuando sabes que en su mano izquierda, exactamente en su torso muy cerca del dedo índice, se puede distinguir una pequeña marca en forma de un oso, la ha tenido desde que yo recuerdo, pero bueno eso no importa ahora>>...
Sacudo un poco la cabeza, ya que sin darme cuenta había quedado absorto en mis pensamientos, para después, ver que aquel mapache me estaba mirando con algo de preocupación, para evitar que me siga mirando llamé a la enfermera y le dije que me trajera una camilla, en ese instante al ver un poco mas detallado al señor que hizo el favor de traer a mi amigo, noté que apenas era de tamaño promedio (entre 1.60 - 1.65), por lo cual me entró la gran duda de como había hecho para cargar a aquel lobo, que en realidad es bastante alto y muy pesado para él.
Él me sonreía levemente, el mapache usaba gafas, era gordo y en realidad tenía cierto carisma para ser sincero.
Al llegar la enfermera con la camilla, cargué al lobo en mis hombros y recostarlo con cuidado en la camilla, para después ir a paso rápido hacia la sala de emergencias, el problema es que parece como si llevarabamos al lobo a la sala de cirugía, porque es lo que se puede ver al final del pasillo y es lo que suele pensar la gente, pero hay más puertas de lo que creen, de hecho en la puerta derecha es donde está el consultorio donde lo atenderá el médico especialista en este tipo de casos.
Tal vez no sea un experto todavía ya que estoy aprendiendo esto, como ven soy un estudiante de medicina, a punto de graduarse, por lo cual debo hacer prácticas reales en hospitales reales si me quiero graduar ,y en verdad saber sobre esto y no ser un médico mediocre.Mientras tanto en un lugar no muy cercano...
Narra alguien por el momento desconocido
- ¿Pero que demonios te pasa Kyle? - digo gruñendo algo fuerte, muy enojado, dándole un suave empujón al dalmata ese.
- P-pero... c-crei que... que te gustaba... -me dijo aquel perro, llorando patéticamente.
- ¿Gustarme? ¡No me hagas reír! -digo negando con la cabeza - ¡Tan sólo mirate! Haces todo un espectáculo por alguien que nunca va a poner los ojos en ti, es patético.
- P-pero... tú prometiste... - dice balbuceando algo nervioso y triste
- ¡Cállate! - digo golpeando la mesa en la cual estaba sentado, la cual se quebró al instante ya que el lugar era antiguo (se me había olvidado ese pequeño detalle), la mesa, de madera vieja y algo mohosa, se partió al instante, como estaba algo húmeda no causó ningún ruido estrepitoso.
- A-alph... - me mira con cierto resentimiento, se puede ver en su mirada, pero por suerte, solo después de retarlo con la mirada, baja las orejas y agacha su vista, triste.
- No me llames así ¿vale? Tú y yo nunca nos conocimos, nunca debí dejar a Mus sólo por alguien como tú, ahora él lobo está en peligro, quiero decir, MI LOBO.