{용서해}

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Finalmente actualicé:')

Abrió sus ojos lentamente, sintiéndose confundido. Su vista estaba borrosa, y por más que lo intentara, sus párpados parecían ir en contra de sus órdenes buscando cerrarse por su cuenta. Aún así se obligó a sí mismo a despertar. Después de parpadear varias veces para aclarar su vista, Yuuri se encontró con el rostro alegre pero al mismo tiempo preocupado de Phichit. Al principio se sintió claramente extrañado, frunciendo el entrecejo. Sintió un incómodo entumecimiento en sus extremidades, y sus labios formaron una mueca cuando sintió una punzada de dolor atacar su cabeza. Sentía su garganta reseca y adolorida. Quería agua. Remojó sus labios y notó que estos estaban de igual forma resecos. Movió sus manos y las levantó. Se observó las mismas con detenimiento, viendo un tubo delgado pegado a su muñeca derecha.

—¡Yuuri, por fin despertaste! —el tailandés exclamó, alertando a Yuuri. Éste simplemente cerró sus ojos sintiéndose exhausto. Quería volver a dormir, pero su confusión lo obligaba a mantenerse despierto para entender qué era lo que estaba haciendo en lo que parecía ser a simple vista un hospital. Varios rayos de sol proviniendo de una ventana a su izquierda le iluminaban el rostro.

—¿Por qué estoy aquí? —preguntó lentamente, su voz sonando ronca. Colocó sus codos sobre la cama en la que estaba recostado y con apoyo de estos comenzó a levantarse. Sintió varias molestias en su espalda, y cuando miró hacia abajo se dio cuenta de que un vendaje cubría gran parte de su torso. Tenía una camisa azul desabotonada puesta, y una sábana blanca lo cubría hasta la cintura. Las paredes de la habitación eran de igual forma blancas, y al voltear a ver a su derecha pudo observar un florero de vidrio lleno de rosas y otras flores que Yuuri no pudo identificar. También había un globo de helio que estaba sujeto al respaldo de la cama para evitar que éste subiera hasta el techo—. ¿Qué me pasó? —cuestionó, centrando su atención en Phichit. Éste le sonrió con aprecio.

—Tenías un par de heridas en la espalda que se te infectaron por no tratarlas a tiempo —explicó con un tono suave de voz—. Te hicieron un par de puntadas, pues estaban profundas, pero el Doctor dice que pronto sanarán, sólo es cuestión de evitar que se vuelvan a infectar —Phichit se encogió de hombros. Yuuri entonces comprendió, y al mismo tiempo recordó lo último que estaba grabado en su memoria. Recordaba estar en el baño y sentirse extremadamente mal. Después de eso todo se volvió negro.

—Necesito agua —murmuró, cerrando sus ojos y suspirando. Phichit asintió de forma animada.

—Te la traeré enseguida. Ya vuelvo —entonces Yuuri sólo escuchó tiempo después el sonido de la puerta cerrándose. Volvió a abrir sus ojos color avellana, y estos mismos percibieron algo que no había podido notar antes. Se abrieron amplia y espontáneamente, y sintió más confusión de la que antes. Frunció el entrecejo creyendo que tal vez lo que estaba viendo era parte de su imaginación. Después de unos segundos se convenció de que lo que veía era solamente la realidad.

Yuri estaba sentado en uno de los sofás que se encontraban cerca del rincón de la habitación. Su cabeza estaba recargada contra la pared y sus piernas colgaban del descansa brazos. Sus ojos estaban cerrados y su pecho subía al ritmo de su tranquila y suave respiración. Su cabello estaba alborotado, y Yuuri pudo percibir grandes ojeras descansando bajo sus ojos. Permaneció mirándolo por lo que parecieron horas hasta que el sonido de la puerta abriéndose lo despertó de su pequeño trance.

Phichit se acercó a él con una botella de agua en mano, llegando a la camilla de Yuuri y entregándole la bebida, la cual recibió con muy poco interés, sus ojos fijos en algo que se encontraba en el otro extremo de la habitación. El tailandés siguió la mirada de Yuuri hasta ver a la durmiente silueta de Yuri.

Help Me Understand [YuuYu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora