Help Me Understand [YuuYu]

{in the land of gods 'n monsters i was an angel}

Un capítulo un poco lento y sin taaanta relevancia, pero se necesitaba para empezar a formar todo el drama. Que lo disfruten :) (Perdón por los errores ortográficos) 

—¿Una fiesta? En serio que te has quedado sin ideas, Viktor —Yuri dijo sintiéndose fastidiado. Los rayos del sol se filtraban por la ventana de la sala del departamento del rubio, sentados en los sofás. El peli—plateado sonreía ampliamente, tomando un largo trago de su vaso de agua que Yuri le había ofrecido cuando recién había llegado. Provocó un suave sonido de satisfacción al sentir el frío líquido bajar por su garganta. Era exagerado el calor que los envolvía—. ¿Para qué querría yo ir a una fiesta?

—Vamos, Yuri, es lo único que te pido —Viktor pidió con voz juguetona. Se quitó con el costado de su mano el sudor que se había formado en su frente. El rubio torció la boca, mirando de manera sospechosa al simpático hombre sentado a un lado de él—. No has convivido con nosotros en mucho tiempo, ¿te cuesta demasiado un día de tu vida? —una imagen de Yuuri se reprodujo de manera espontánea en la mente del rubio, y se dijo a sí mismo que no dejaría que una fiesta se entrometiera en los planes de fin de semana que Yuuri y él tenían.

—Aunque quisiera, Viktor, en realidad no puedo. Estaré ocupado —Viktor puso sus ojos en blanco sin molestarse en demostrar su descontento. Sabía de antemano que sería difícil convencer a Yuri, pero no creía que la tarea le fuera a crear semejante exasperación, además de que el calor y estar encerrado en el departamento de Yuri no lo ayudaban en lo absoluto. Forzó una sonrisa en sus pálidos labios, cerrando sus ojos azules y removiéndose en el sofá. Eran aproximadamente las dos de la tarde, y la temperatura estaba escalando con cada minuto que pasaba. Jean y Viktor habían tomado en cuenta la ola de calor que se avecinaba, así que decidieron hacer una clase de fiesta con piscina. Habían pasado un día entero organizándola, y en esos instantes suponía que Jean se encontraba comprando todo lo que necesitarían para el sábado. Viktor se había encargado de invitar a sus estudiantes y a varios amigos, pero había decidido dejar a Yuri al final.

—¿Ocupado? ¿Acabas de inventar eso o en verdad tendrás algo que hacer ese día? —preguntó arqueando una solitaria ceja, sonriéndole a Yuri. El rubio bufó en lo alto sin romper contacto visual; no era una mentira que a veces Viktor lograba volverlo loco con sus comentarios aleatorios o sus gestos elaborados para intimidar al contrario. No era exactamente como si Yuri estuviera mintiendo; no había hablado con su ángel sobre qué harían el fin de semana, pero sabía que harían algo, así que prefería guardar esos días especiales para pasarlos en compañía de su ángel, pues éste le había explicado que regresaría a la escuela el lunes.

—No tengo por qué darte explicaciones, Viktor —se explicó con un tono de voz aburrido y cansado. Cerró sus ojos y frunció el entrecejo cuando escuchó una divertida risa escapar de la boca del peli—plateado. Dejó mostrar sus iris verdes una vez más para mirar en los iris azules de su acompañante, quien le sonreía de forma pícara y traviesa. Yuri sintió un mal presentimiento formarse al instante en la boca de su estómago—. Eso no puede significar nada bueno —vio a Viktor ponerse de pie, caminando con paso lento hacia la ventana recibiendo un poco de aire fresco que logró apaciguar por fugaces momentos su calor.

—Sería una pena que esos planes involucraran a Yuuri Katsuki, pues él ha aceptado mi invitación. Créeme cuando te digo que ese muchacho es bastante fácil de convencer —al terminar de decir dicha frase, guiñó el ojo derecho, y no le permitió a la burlona risita que quería escapar de sus labios cuando ante la mención de Yuuri el rubio se puso rígido por completo—. Oh, no creas que no sé tu pequeño secreto, Plisetsky, pero, ¿no crees que es un poco menor? Estas abusando de su inocencia —negó con su cabeza, moviéndola de un lado a otro mientras producía pequeños sonidos de desaprobación. Yuri salió de su pequeño trance, su boca transformándose en mueca mientras se cruzaba de brazos.