Help Me Understand [YuuYu]

{i'm not the one that you want me to be}

No puedo creer cuánto amé éste capítulo.

Tenía mucho que procesar. Seung y Chris seguían en su hogar habiéndose puesto cómodos en el departamento del ahora miserable Jean que trataba de comprender lo que le acababan de decir. A pesar de que la historia sobre los ángeles, sobre Yuuri y sobre él teniendo los recuerdos de un ángel especial se le fuera repetida una y otra vez, Jean se rehusaba a creerla posible, y se encargó de hacérselo saber al par peculiar que poco a poco se exasperaba cada vez más con cada comentario negativo del canadiense. Los dos se vieron forzados a hacer algo que no estaba forzosamente prohibido, pero sabían que tendrían problemas por ello si lo llegaran a descubrir. Chris y Seung se dieron la libertad de mostrar sus alas a Jean, grandes e intimidantes ocupando gran parte de la pequeña habitación. Jean entonces se sintió insignificante ante tal belleza de la cual estaba siendo testigo, y se sorprendió cuando su cuerpo no dio indicios de caer inconsciente. ¿Qué demonios estaba pasando? ¿A caso todo era producto de su vívida imaginación? ¿A caso estaba soñando? Porque todo simplemente parecía como una mala broma.

Estaba sentado en una silla de madera que hacía juego con la mesa sobre la cual sus codos estaban recargados, y escondido entre sus manos, su rostro se encontraba pensativo, reflexivo y aún así escéptico. Ni siquiera sabía qué hora era, no tenía apetito alguno, había perdido todo el interés en salir, tomar o simplemente ver la televisión. Necesitaba tiempo, pero esos dos imbéciles no estarían dispuestos a dárselo. Levantó su rostro y los vio con cierto odio por haber alterado de una manera tan radical su vida de un segundo a otro. Seung estaba en un rincón de la habitación mirándolo con intensidad, sus ojos azabaches buscando penetrar cada defensa que Jean se había autoimpuesto. Chris, por su parte, estaba sentado en el sillón blanco de la sala, silbando una melodía desconocida a los oídos de Jean mientras examinaba lo que había en el cuarto con sumo detalle. Jean sólo quería salir de ahí, o despertar si ese era el caso. Soltó un suspiro tembloroso cuando recordó la tarea que se le encargó.

¿Cómo diablos iba a acercarse a Yuuri cuando horas antes lo había tratado de pésima forma? Probablemente el muchacho no quisiera acercarse a él nunca más. Jean, de igual manera, creía que borrarle la memoria a un joven de menos de dieciocho años era injusto, pero cuando Seung le explicó que Yuuri había descubierto no sólo su naturaleza, sino que también había encontrado al niño que había cuidado antes de ser desterrado y que ese niño había resultado ser Yuri Plisestky, Jean se dio cuenta de que nada podría sorprenderlo más a esas alturas. Cuando le explicaron que el recuerdo de un ángel especial se había almacenado en su memoria, y que el último niño bajo el cuidado de ese ángel había sido Yuuri Katsuki, Jean comprendió por qué había sentido toda esa clase de sentimientos hacia el muchacho aún a pesar de que había sido su primera vez en verlo en toda su vida. Chris también le dijo que tenían que borrarle la memoria porque el secreto podría llegar ser expuesto al mundo, y aunque ese no fuera el objetivo de Yuuri Katsuki y Yuri Plisetsky era mejor no correr riesgo alguno y deshacerse de los dos antes de que el lazo que había entre ambos se hiciera más grande de lo que ya era. A Jean no le importaba mucho Yuri Plisetsky, pero tenía esa cierta necesidad de proteger a Yuuri. Era todo tan confuso. ¿Por qué no simplemente lo dejaban solo para que pudiera vivir una vida tranquila, en paz y en completa ignorancia? Aunque a le hubiese parecido algo sumamente loco, no pudo evitar sentir fascinación ante sus nuevos conocimientos. Se preguntó quién había sido el ángel que lo había cuidado, quién había sido el ángel que le había dado sus recuerdos y cuál había sido la razón por la que lo había escogido específicamente a él.

Jean sentía como si estuviera a punto de desbordarse por tanta información. Ni siquiera había notado que su pierna derecha había empezado a subir y a bajar por su propia cuenta en un frenesí involuntario hasta que se atrevió a echar otro vistazo alrededor de la habitación y asegurarse de que todo seguía siendo igual y que lo que estaba viviendo era real. Estaba asustado. Les había rogado al par que era mejor si le borraran la memoria a él y se encargaran de borrar la de Yuuri por su cuenta, pero ellos sólo lo miraron con burla, como si acabara de decir la estupidez más grande en el mundo. Jean se sentía pequeño e inútil, también se sentía confundido y desilusionado por haber vivido en una mentira casi toda su vida, ignorante a la existencia de los ángeles. Sus dedos comenzaron a entrelazarse los unos con los otros y podía sentir el sudor en las palmas de sus manos. Era como si estuviera en una ruleta rusa de emociones. ¿Por qué había tenido que ser él? ¿Por qué ese ángel especial había decidido darle sus recuerdos? De la confusión y la extrañez pasó a la frustración y a la ira. Toda esa situación era tan injusta. ¿Cómo podría acercarse a Yuuri si le había demostrado semejante grado de indiferencia en su primer encuentro?