Capítulo 6: Te ves hermosa.

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#Sorpresa
#SabadodeTLEMO
#Graciasporsuapoyo

Hermosa, fue la palabra que se me vino a la mente la primera vez que la vi, hablaba muy rápido disculpándose por estrellar mi carro, y yo solo me concentraba en ella, sus ojos color avellana me hipnotizaron, sus labios fueron mi perdición, en ese preciso instante quería callarla con un beso, pero me contuve no quería espantarla y darle una mala impresión de mí. La observaba de pies a cabeza siempre que nos cruzábamos y no me cansaba de hacerlo, su belleza era mi condena.

Hoy al momento en el que estábamos en la piscina estuve a punto de besarla sin importar quién nos estuviera viendo, pero no se logró mi cometido, claro que siempre tuve una recompensa y fue verla con mi ropa. Antes de que eso sucediera había tocado sus labios cuando me dirigía nuevamente al trabajo y por Dios que me contuve para no besarla con ferocidad, la sensación que se produjo en mi cuerpo al sentir ese pequeño contacto fue indescriptible, solo diré que estuve feliz toda la tarde y más cuando la volví a ver en mi casa.

Y ahora la tengo acurrucada en mi pecho mientras mi madre termina de cocer los puntos, se encontraba sentada en uno de los taburetes de su cocina. Buen susto el que me lleve cuando entre a la cocina y al acercarme vi sus manos llenas de sangre, desde que llego y le paso lo del tobillo había cogido como costumbre estar pendiente de ella y por instinto lo primero que hice fui mirar la gravedad de la herida, era profunda, su cuerpo se debilito y cayó en mis brazos, vi a mi hermana darse cuenta de lo que pasaba y de inmediato mande a buscar a mi mamá, en cuanto reacciono después de haberse desmayado, mi madre me recomendó sentarla en el taburete y sostenerla mientras hacia su trabajo y aquí estamos.

—Tranquila, ya paso —susurre cerca de su oído mientras mi madre terminaba.

—Solo trato de aguantar — me dijo —duele como un demonio —suspiro.

—Tu hermano te digo que no vieras —le hable intentando distraerla de lo que hacia mi madre.

—Lo sé, benditos ojos curiosos los míos, eso me pasa por no hacer caso.

— ¿Te desmayas apenas ves tu sangre? —pregunte.

—En teoría sí, pero no es por eso, es la sensación de cortarme con un cuchillo. Cuando estaba pequeña fue la primera vez que me sucedió, mis padres me llevaron al médico a ver porque se produjo y pues nos explicó que era un efecto de activación del organismo para huir o afrontar el peligro, así que solo me pasa cuando me corto. –contesto dando un largo suspiro.

—Entiendo, debes tener más cuidado —dije.

—Lo tendré­ —sonrió contra mi pecho —no quiero que lo de que tu madre me cure sea una costumbre — me reí.

—Estoy de acuerdo contigo

—Ya está —dijo mi madre al vendar el dedo de Lett. —Solo fueron cuatro puntos.

—Qué pena con usted señora Aida, debería pagarle por lo que hizo. –Comenzó a decir Lett rápidamente, como el día en que la conocí, con tan solo verla así me hace sonreír.

— ¿De qué te ríes? —me pregunto dándome un leve codazo en la barriga.

—Eh –sacudí la cabeza —de nada —me hice el desentendido.

—Si oiste. —Susurro.

Si tan solo supieras.

—Lett cariño, no tienes que pagar nada, lo hago con todo el gusto del mundo, debes ir a la casa para curarte todos los días, o si quieres lo haces tú misma, pero los puntos te los quito yo. —dijo mi madre en tono conciliador.

Tu Luz En Mi Oscuridad. (TLEMO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora