28. El monstruo de dentro

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El frío y la nieve seguían acerriando el extenso paisaje. Los pies se le hundían en algunos tramos hasta las rodillas, provocándole, además de una humedad terrible en los pies, una dificultad enorme en su búsqueda, debida a la lentitud de sus pasos.

Habían pasado muchos días desde que salió de KingCross, pero ya hacía tiempo que no llevaba la cuenta de ellos: prácticamente la mayoría los había pasado siendo un lobo, y los lobos no tienen la misma noción del tiempo que los humanos. Seguramente estaba a principios de diciembre, basándose en la nieve y en la cantidad de lugares recorridos, pero en aquel momento tampoco había nada a su alrededor que se lo aclarara. Se encontraba en una extensa pradera nevada, con uno que otro árbol a su alrededor y unas cuantas cuevas oscuras y mojadas con el hielo derretido. Cada vez que se acercaba la noche acudía a una de ellas, o encendía un fuego bajo los árboles cercanos con su varita, cosa que no le hacía entrar demasiado en calor. Hubo un momento que se arrepintió mucho de haberse transformado de nuevo en humana, y no sólo por el frío que estaba pasando sin el denso pelaje de lobo:

Se había perdido.

Ya había intentado varias veces volver a transformarse, pero parecía que el insoportable frío hacía un gran afecto sobre ella. Necesitaba su aspecto de lobo cuanto antes: había llegado un momento en el que toda la llanura le parecía igual en todos sus sentidos. Sin un rastro al que oler, estaba perdida.

Y recordar la escena casi idéntica en la que se hallaba, esa que predecía su muerte, le hacía sentir aún peor.

Estaba pasando por los peores días de su vida: tan malos eran que Alioth a veces deseaba despertarse en su habitación de la Mansión Malfoy, esperando que todo ello hubiera sido un mal sueño. A veces ni sabía que estaba haciendo allí, en medio de la nieve, caminando sin un sentido fijo y con el cuerpo congelado. A veces se daba por vencida y se daba la vuelta, con la intención de dar marcha atrás, pero ya era tarde. A veces intentaba recordar cuándo fue la última que habló con alguien. A veces temía por su corta vida.

Al dormir todos sus temores tomaban forma: Lucius Malfoy quemando el libro de los Black y a ella misma en una hoguera, como hacían con las brujas en la Edad Media. Elise Greengrass yaciendo en el suelo, muerta, y su boca inerte pronunciando que había sido demasiado tarde. Ella misma, desatando su antigua personalidad y un monstruo que había dentro de ella, persiguiendo y entregando a los Sangre Sucia a Lucius y a los demás Mortífagos, mientras todos reían de satisfacción. Sirius Black convertido en perro ahogándose en el mar de Azkaban porque había seguido el rastro equivocado. Draco Malfoy encarcelado por los ideales que le había inculcado su padre, sin que ella pudiera remediarlo. Lord Voldemort dominando el mundo. Su vida llegando a su fin en medio de la nieve.

Algunos se repetían una y otra vez, todas las noches, varias veces. En ocasiones sentía que se estaba volviendo loca. Después de esos terribles sueños despertaba sobresaltada, descubriendo una realidad casi tan terrible como éstos: estaba sola y fría, en medio de la nada, en busca de alguien del que no sabía qué había sido de su suerte. Había pasado tanto tiempo, llevaba tantos días caminando, que a veces se cuestionaba si en verdad iba a tener resultado, o si Sirius Black era real o fruto de su confusa mente.

Al cabo del tiempo le costaba mucho trabajo diferenciar sus pensamientos y sus pesadillas de la realidad. A veces le entraba un escalofrío de repente y creía que Elisa había muerto, que Sirius se había ahogado o que Draco estaba encarcelado. No era verdad, pero le hacían pasar un mal rato. ¿Estaba volviéndose loca?

Tenía el cuerpo agarrotado, y ya hacia tiempo que no sentía los pies. Sólo podía seguir caminando, con la certeza de que encontraría un nuevo refugio para cuando comenzara a nevar. De vez en cuando, miraba el cielo. Por más que veía pájaros surcándolo, no distinguía a Scarlet en ninguno de ellos. No sabía como tomarse ese retraso.

Harry Potter y La Mestiza Olvidada ||SEMANAL||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora