El plan perfecto

9. Tesoros

Capítulo largo.

Tove

Mi hermano Ari había muerto, me sentía en parte devastada, pero con Erlendur y mi padre nos apoyábamos, teníamos que dejar atrás a Ari, los dioses se harían cargo de el ahora estaría en Valhalla. Le hicimos un funeral digno, al igual que a muchos de los otros que habían muerto.

Después de eso mi padre junto Ragnar decidieron que deberíamos ir a algún lugar y saquearlo, así llamaríamos la atención del Rey Edgberto. Como mandaron, Athelstan nos guió a un lugar que el conocía y ahí mismo nos encontrábamos, frente a una aldea grande, tan solo separados de metros de hierba alta.

—¿Que es este lugar?—pregunta Ragnar.

—Es una iglesia cristiana, una catedral. Es gran, quizas sea Winchester.

—¿Es importante?—pregunta nuevamente.

—Si.—asiente.

—¿Y allí hay tesoros?—pregunta mi padre.

—Si muchos tesoros.—responde Athlestan.

Todos comenzamos a sonreír y de un segundo a otro ya nos encontrabamos en camino hacía Winchester. Avanzamos muy rápido hasta que ya estábamos lo bastante cerca para ponernos en alerta.

Mi padre sacó su espada, imite su acto y seguimos caminando por las altas hierbas que nos cubrían para no ser vistos, pero de todas formas, desde lo alto nos podíamos ver caminando en un gran grupo de vikingos armados, dispuestos a atacar. Justamente como pensaba unas campanas empezaron a sonar, reiteradas veces desde Winchester.

Todos a mi al rededor comenzaron a sonreír, pensé que algunos se adelantarían, pero todos se mantuvieron calmados. Cuando ya estábamos lo bastante cerca de la aldea, pudimos ver como todo se encontraba totalmente vacío. Mi padre me hizo una señal para esperar y ya de un momento a otro se escucharon fuertes gritos de un grupo que luego aparecerían ante nuestros rostros. Un grupo de personas armadas, corrían en nuestra dirección dispuestos a defender Winchester.

—No tengas miedo.—dice alguien por detrás de mi hombro.

Se de quien se trata, podría reconocer su voz desde cualquier lugar, era Hansen. Me limito para dirigirle una mirada, respondiendo que no tenía ni un poco de medio, lo único que sentía en esos momentos era la adrenalina.

De a poco nuestro grupo comenzó a atacar, mi padre, Floki, Ragnar, Athlestan, Torstein, Erlendur y otros vikingos comenzaron a adelantarse y a matar. Hansen se me adelantó, rápidamente reaccione y imite su acto, pero esta vez fui yo la que se adelantó.

Con mi espada en mano, me encontré con uno de los guerreros, di una patada al escudo de esté, que aturdido aproveche avanzar y ahora con la espada cortar su cuello.

Mate a otros dos, y cuando me di cuenta ya habíamos acabado con ellos, eran pocos, pero cuando comenzábamos a introducirnos en la aldea, unos pocos iban apareciendo, aunque no importaba porque de todas formas los mataban al instante.

Nos reunimos en el grupo, mirando al rededor, al frente nuestro había una gran puerta, todos lo notamos, y dos de los nuestros se acercaron a ellas.

—Podría ser una trampa.—dice Torstein deteniéndolos.

Mi padre da las ordenes para juntarnos a hacer un muro de escudos, cada uno se fue poniendo en su lugar, cuando ya estábamos todos listos, fueron a abrir las puertas. Extrañamente cuando las abrieron todo estaba vacío, así que comenzamos a avanzar y entramos a un extraño lugar, que seguía completamente vacío.