1. Un comienzo

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Tove

Agradecida ante los dioses e obtenido un gran regalo de parte de mi padre el Rey Horik, que a accedido para poder asistirte a la tradicional peregrinación en el templo de Upsala para agradecer a los dioses y ofrecerle sacrificios por todo lo que hacen por nosotros.

En estos momentos estamos viajando en una de las embarcaciones con mi padre y mi hermano Erlendur, Erlendur es mayor que yo por un año, tiene 15 en estos momentos, según mi padre ambos somos los más fuertes y menos temerosos, y que hemos sido bendecidos por los dioses, ya que el resto de nuestros hermanos no se sienten atraídos por las aventuras aun.

No los entiendo, yo pienso que las aventuras son la mejor manera de aprender y descubrir nuevas cosas, y es mucho mejor que estar escuchándola en los cuentos, como los que nos contaba nuestra madre antes de dormir, ya que son historias de otros y yo quiero que escuchen las mías.

Mi padre nunca antes me había llevado tan lejos de nuestro hogar en Dinamarca, era el único lugar el cual yo conocía, tiene grandes tierras frondosas y verdes, también grandes kilómetros de aguas azuladas en las cuales de vez en cuando iba.

—¿Estas emocionada pequeña Tove?–pregunta mi padre llamando mi atención de las aguas azules congeladas.

—Si, lo estoy, cuanto queda.—pregunto frenética.

—No lo has notado aún.—ríe por lo bajo.—mira al frente.

Levanto mi vista y para mi sorpresa, a lo lejos, bueno no tan lejos, se ve tierra.

—Gracias Thor por hacer este viaje rápido y sin inconvenientes.—sonrío hacía el cielo.

—Que bien has aprendido a respetar a los dioses.—me dice mi padre y luego se aleja de mi.

Pasaron los minutos y ya habíamos llegado, los hombres comenzaron a bajar las cosas, subimos por el gran monte hasta que finalmente pudimos llegar, nuestro campamento fue instalado, todo estaba listo y yo tenía una ganas de ir corriendo al gran templo que había para poder hablar con los dioses.

—Tranquila iremos—dice mi padre.

Y así fue, después de subir por el empinado monte, llegamos al templo.

—¿Que vas a pedir?—pregunta mi hermano Erlendur mientras contemplaba a Odin.

—Eso lo sabré los dioses y yo.—contesto y comienzo a caminar por las rocas en medio del agua hasta quedar frente a frente con Odin.

Poso mis manos ante la gran representación de madera solida y tallada.

—Padre escúchame hazme crecer rápido y fuerte para poder luego defender a mi pueblo y hacer grandes hazañas.

Finalmente de deseos pedidos a los dioses mi padre nos dio libertad para poder disfrutar la presencia de estos y del festival.

—Mi Lord—dice el mensajero de mi padre.—El conde Ragnar Lothbrok está aquí.

—¿El famoso Ragnar Lothbrok?—pregunta y este asiente.—Díganle que quiero hablar con el, pero no ahora, después

—Si mi Lord.—contesta obediente y se va.

—¿Quien es Ragnar?—pregunto.

—El es el hombre que a ido hacía el oeste a buscar tierras.—contesta mi padre.

—¿Enserio?—contesto con los ojos abiertos sorprendida.—¿Puedo conocerlo?

—Por ahora no, pero si todo resulta bien, tal vez lo llegues a conocer.—pone una media sonrisa y se retira.

No pasa mucho tiempo y yo ya e salido corriendo en busca de ese tal Ragnar, no soy una persona muy paciente y no quiero esperar para poder escuchar ese viaje por el oeste.

—¡Tove!—grita alguien—Tove.

Me giro y me encuentro con mi hermano Erlendur que viene corriendo hacia mi.

—¿Que pasa Erlendur?

—¿Que estás haciendo?

—Nada.—me alzo de hombros y este me fulmina.—Que necesitas.

—No te podía encontrar.—contesta con simpleza.

—Para que llevas ese cuchillo.—señalo su bolsillo el cual tiene medio cuchillo por salir.

—Para nada.—lo guarda con cuidado.

—Ragnar Lothbrok está aquí.—comienzo a caminar por el verdoso bosque y este comienza a seguirme.

—Lo sé, ¿lo estás buscando acaso?—estoy de espaldas a él, pero si no de seguro estaría con el ceño fruncido.

—No.—contesto rápido.

—Acabo de conocer a su hijo, Bjorn, estaba en busca de ti cuando este me chocó, y me dijo quien era.

—¿Has hablado de otra cosa con el?—pregunto inquieta.

—No, eso a sido todo.

—No te dio curiosidad preguntarle por las hazañas de su padre.—me giro hacia el.

—La verdad si.

—Entonces que estamos haciendo acá, vayamos a buscarlo.

Ambos nos miramos por unos segundos y salimos corriendo en busca del tal Bjorn hijo de el conde Ragnar Lothbrok.

Corrimos, buscamos por todas partes, pero para nosotros no había ninguna señal del hijo de Ragnar y Ragnar, nosotros no conocíamos a su familia, para poder preguntar en donde estaban, así que solo nos favorecía el recuerdo de Erlendur sobre Bjorn

—Estoy cansado, deberíamos ir donde esta nuestro padre.

Dude uno momentos, pero finalmente accedí.

Ya estaba oscureciendo lo que significaba que los mayores, como mi padre, se pondrían a celebrar y a beber. Mi padre siempre nos dijo que tuviéramos cuidado porque la gente suelen actuar sin pensar y cometer cosas peligrosas.

No lo había pensado hasta ahora.

De un segundo a otro me encontraba acorralada en los brazos de algun hombre, no sabía quien era, intentaba zafarme de el, pero este era mucho más fuerte que yo. Agradecida ante los dioses, estaba con Erlendur, que le dio con el cuchillo en alguna parte de el, aproveche el momento de salir de su agarre. Tome a Erlendur del brazo y corrimos, entre a la primera tienda que hallé para poder perder de vista a ese hombre.

Con la respiración agitada y mi corazón latiendo a mil, contemplo la tienda en la que nos habíamos metido.

—¿Quienes son ustedes?—pregunta una voz masculina.

Ambos dirigimos nuestra mirada para encontrarnos con una señora, una niña y un niño, el cual nos estaba hablando amenazante con un cuchillo en su mano, ambos niños de nuestra edad, al parecer.

—Bjorn.—dice Erlendur.

El plan perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora