Aidan POV.
-Aidan –se escucha del otro lado del teléfono-. Rob está mal.
Instantáneamente detengo la marcha, orillándome en la carretera.
-¿Qué pasó, señora Stanford?
-Me llamó Heilly.
-Espere –replico rápidamente-. Voy para allá. ¿Están en casa?
-Sí, hijo. Aquí estamos.
-Voy en seguida.
Y cuelgo el teléfono poniendo el coche en marcha al mismo tiempo.
Doy una vuelta en U, totalmente ilegal y peligrosa en esta autopista, y tomo el camino directo a casa de Rob.
Por suerte estaba cerca, así que no tardo más de diez minutos en llegar.
Entro a la casa, y los señores Stanford están en la sala recibidor, esperándome.
-¿Qué pasó? –inquiero, preocupado.
-Heilly llamó –contesta la señora Stanford-. Rob se ha puesto muy mal, y se niega a regresar. Heilly ya no supo que hacer, así que nos llamó a escondidas.
-Le llamaré a Rob –mascullo.
-No –interviene el señor Stanford-. Queremos que vayas por él.
Ambos me miran con ojos suplicantes.
-Por favor –ruega su madre-. Hijo, solo a ti te hará caso. Necesitamos que vayas por Rob y lo traigas a casa.
La mirada de ambos es de desesperación, así que no puedo más que aceptar instantáneamente.
-Necesitamos llamar al aeropuerto –les digo.
-Ya tengo el boleto –me avisa el señor Stanford-. Si no ibas tú, iría yo de todos modos. Pero... todos sabemos que Rob no le hará caso a nadie que no seas tú.
-Lo sé –concuerdo-. Entonces necesito partir lo antes posible. ¿Cuándo es el vuelo?
-Esta misma tarde –responde-. ¿Hay algún inconveniente?
Niego con la cabeza.
Tendré que hacer algunas llamadas, pero nada importante.
-Gracias –me dice la madre de Rob, sujetando mis manos-. Le llamaré a Austin, querrá estar aquí cuando Rob regrese.
-Espere hasta que yo esté allá –le digo-. Hablaré con Rob, veré su estado, les informaré al instante.
-Okay –acepta ella-. Gracias, Aidan. No sabes lo difícil que es esto para nosotros.
Sí. Lo sé.
Robert es el hombre más terco del planeta, y muy pocas personas lo harían cambiar de opinión.
Por suerte yo no negocio con él.
O hace lo que le pido, o lo hace. No le queda de otra.
Así que sí, soy el indicado para ir por él.
Rob lleva un poco más de seis meses viviendo en Phinlandia. Y por más que le pedíamos que regresara, no lo hacía.
Ya nos habíamos enterado, por Heilly, que Rob empezaba a sentirse mal de nuevo, aun así se negó a volver.
Decía que estaba en su paraíso, y quería permanecer ahí un tiempo más.
Pero para que Heilly haya llegado al grado de llamar a los padres de este, es porque la situación debió haber empeorado muchísimo.
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El último adiós
RomanceLa timidez y retracción de Aidan son solo consecuencia de la pesada vida que le ha tocado. Pero Rob lo encontró, y su principal objetivo es hacerlo vivir. Aunque no le quede mucho tiempo para eso. -Precuela de Alfa y Beta.